Un apret¨®n de manos para la historia
La reina Isabel II y el exdirigente del ala pol¨ªtica del IRA McGuinness intercambian saludos en p¨²blico en Belfast en un gesto que rompe barreras
Fue un instante. Ella sonre¨ªa. ?l tambi¨¦n. ?l le hizo un comentario ¡ªen irland¨¦s, ¡°adi¨®s y buen viaje¡±, seg¨²n explic¨® despu¨¦s¡ª y ella asinti¨®, siempre sonriente. Puede parecer una banalidad, pero fue un apret¨®n de manos para la historia porque ella es la reina de Inglaterra y ¨¦l un antiguo terrorista del IRA.
Entre tantas fechas hist¨®ricas que jalonan el proceso de paz en Irlanda del Norte, el 27 de junio de 2012 pasar¨¢ a la historia como el d¨ªa en que Isabel II y Martin McGuinness se dieron la mano. Primero, en privado. Luego, en p¨²blico. Ese gesto simb¨®lico que rompe barreras tuvo lugar la ma?ana del mi¨¦rcoles en el teatro L¨ªrico de Belfast. Para muchos, ese breve saludo ha enterrado para siempre la pol¨ªtica del ¡°nunca, nunca, nunca¡± que hace no tantos a?os proclamaban a gritos los dos bandos enfrentados en el Ulster.
Nada m¨¢s llegar, Isabel II se reuni¨® en privado con McGuinness, con el presidente de Irlanda, Michael D. Higgins, y su esposa, y el ministro principal de Irlanda del Norte, Peter Robinson. McGuinness estaba all¨ª como ministro principal adjunto de la provincia, aunque lo que de verdad importaba era su papel como n¨²mero dos del Sinn Fein, el brazo pol¨ªtico del IRA, reconvertido con el tiempo en el brazo ¨²nico de los republicanos que poco a poco decidieron enterrar las armas y buscar la unidad de Irlanda por la v¨ªa pol¨ªtica.
Todo se desarroll¨® con la habitual coreograf¨ªa de la pol¨ªtica norirlandesa, siempre en busca de equilibrios. El encuentro, por ejemplo, no form¨® parte de las celebraciones del jubileo de la reina, objetivo inicial de la presencia de Isabel en Belfast. Y el anfitri¨®n fue una instituci¨®n neutral, Cooperation Ireland, que trabaja por integrar a los dos bandos que durante a?os han vivido enfrentados en el Ulster: los unionistas protestantes y los nacionalistas cat¨®licos. Cooperation Ireland existe porque aunque el proceso de paz ha acallado las armas, a¨²n arraiga la desconfianza entre comunidades.
A ese breve encuentro privado asistieron como privilegiados testigos un c¨¢mara del palacio de Buckingham, Peter Wilkinson, y un fot¨®grafo de la agencia Press Association, Paul Faith. Se esperaba que la BBC difundiera las im¨¢genes de ese primer apret¨®n de manos, pero el palacio de Buckingham anunci¨® que no ser¨¢ as¨ª por haber sido en privado.
Despu¨¦s, la comitiva recorri¨® una exposici¨®n de pintura acompa?ada de un grupo de artistas locales. Luego, a la salida, la reina y el exterrorista se dieron la mano en p¨²blico, a la vista de todos. Un instante hist¨®rico abierto a las c¨¢maras, a los ojos del mundo entero. Aunque las im¨¢genes se difundieron unos minutos despu¨¦s, en diferido, y no en directo.
Ese apret¨®n de manos quiere ser un s¨ªmbolo del avance de la paz y el deseo de superar el pasado entre dos bandos cruelmente enfrentados durante a?os. No ha sido una decisi¨®n f¨¢cil para ninguno de ellos porque probablemente cada uno se ve como v¨ªctima y al otro como verdugo. Es un gesto que hubiera parecido quimera hace solo 15 a?os.
Para el Sinn Fein es un paso m¨¢s en su transformaci¨®n desde un grupo terrorista ¡ªcuyo objetivo era expulsar de los seis condados del Ulster que siguen bajo soberan¨ªa brit¨¢nica a todo lo que oliera a Estado brit¨¢nico¡ª a un partido pol¨ªtico que quiere dominar la isla entera con la fuerza de las urnas.
El gesto de darle la mano a la reina de Inglaterra no es del gusto de todos. La disidencia republicana lo ha tomado como una traici¨®n. As¨ª lo atestiguan las pintadas de ¡°Marty, c¨®mo te atreves¡± que han aparecido cerca del domicilio familiar de McGuinness en Derry o las denuncias de ¡°Judas¡± y de ¡°traidor¡± lanzadas estos d¨ªas por conocidos militantes de la l¨ªnea dura republicana. Pero las fuerzas vivas tanto en Irlanda como en Reino Unido han ensalzado su enorme importancia simb¨®lica.
¡°Soy plenamente consciente de que represento a una comunidad profundamente herida por la violencia del Estado brit¨¢nico durante muchos a?os¡±, explic¨® McGuinness antes del saludo. ¡°Para m¨ª es una oportunidad de ofrecer la mano de la paz y la reconciliaci¨®n a la comunidad unionista¡±, ha a?adido. ¡°Sigo siendo republicano¡±, ironiz¨® despu¨¦s, y calific¨® el encuentro de ¡°bonito¡±.
¡°La inmensa mayor¨ªa de la gente en las dos comunidades sabe que el futuro pasa por trabajar juntos y entendernos y compartir el futuro sin olvidar el pasado, pero sin dejar que el pasado domine el futuro¡±, opin¨® Michael Gallagher, cuyo hermano fue asesinado por el IRA y perdi¨® a un hijo en el atentado de disidentes republicanos en Omagh poco despu¨¦s de que se firmaran los acuerdos de paz de Viernes Santo.
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