¡°La mayor¨ªa de los refugiados sirios viven en familias de acogida libanesas¡±
26.000 personas han abandonado Siria desde el inicio del conflicto sirio, seg¨²n Unicef
Unas 26.000 personas ¡ªentre ellas 9.000 ni?os¡ª han abandonado Siria desde el principio del conflicto entre el Gobierno de Bachar Al-Asad y sus opositores en enero de 2011, seg¨²n Unicef. Cada semana 1.000 sirios cruzan la frontera al norte de L¨ªbano. ¡°Una vez en el pa¨ªs tienen que buscarse la vida, y a menudo reciben la ayuda de sus vecinos libaneses¡±, asegura Jean-Marc Cordaro, responsable de Unicef en L¨ªbano. El Gobierno liban¨¦s ha prohibido la creaci¨®n de campos de refugiados para los sirios. La mayor¨ªa de ellos vive en familias de acogida.
El norte del pa¨ªs y el valle de la Bekaa, al este, son los lugares que albergan al grueso de los refugiados sirios, gente pobre que abandona sus casas y sus familias para huir de la violencia y de unos combates que se han recrudecido desde principios de 2012. Las condiciones de vida de los sirios que cruzan la frontera, en su mayor¨ªa mujeres y ni?os, dependen en buena medida de la solidaridad de sus vecinos libaneses. La poblaci¨®n que los recibe es la m¨¢s desfavorecida del pa¨ªs asi¨¢tico. ¡°No tienen dinero para ellos y ayudan a los habitantes de un pa¨ªs que, hay que recordarlo, ocup¨® L¨ªbano durante casi 30 a?os. Ahora procuramos ayudar a esas familias de apoyo para que no sufran problemas de alimentaci¨®n¡±, subraya el funcionario del programa de Naciones Unidas, de visita hoy en Madrid.
La vida de los ni?os sirios refugiados en L¨ªbano transcurre entre la incomprensi¨®n por el abandono de su pa¨ªs, las ganas de regresar cuanto antes y las dificultades de integraci¨®n en su nuevo entorno. Unicef trata de localizarlos en el norte y el este del pa¨ªs para asegurar su protecci¨®n y su acceso a la sanidad y a la educaci¨®n, sus tres mandatos principales. Una tarea dificultada por la renuencia que muestran los refugiados a la hora de registrarse en L¨ªbano. ¡°Los refugiados tienen miedo de comprometer sus posibilidades de regresar a casa. Por eso mucho de ellos no han querido registrarse al entrar al pa¨ªs. Ahora, sin embargo, sus malas condiciones de vida les obligan a hacerlo. Las distintas ONG y asociaciones no tienen derecho a ofrecer asistencia a las personas no registradas. No es el caso de Unicef, pero si los sirios quieren que se les entregue comida, por ejemplo, deben registrarse¡±, afirma Cordaro.
El Gobierno liban¨¦s deja que Naciones Unidas y las dem¨¢s asociaciones act¨²en con relativa libertad, siempre y cuando se muestren discretas con su labor en el pa¨ªs. El Ejecutivo permite que los ni?os sirios accedan a las escuelas libanesas. En la pr¨¢ctica, no siempre son bien recibidos. ¡°Los ni?os refugiados tienen muchas dificultades para integrarse en las escuelas. No son siempre bienvenidos para los directores. Adem¨¢s tienen que adaptarse a un sistema educativo muy superior al suyo, y a los estudios en un idioma distinto al suyo: el franc¨¦s.¡± Unicef trata de mejorar el nivel de los refugiados en una suerte de campos de verano con profesores. ¡°El acceso a la educaci¨®n es primordial, los ni?os que no van a la escuela acaban trabajando o dedic¨¢ndose a actividades delictivas. Hace poco vi a un ni?o con un kal¨¢shnikov. Es preocupante.¡±
Cordaro no se muestra nada optimista con el devenir del conflicto sirio. ¡°No creo que esto finalice antes de finales de a?o, aunque apenas tenemos informaci¨®n sobre lo que ocurre en Siria. Los miembros de la ONU y las ONG all¨ª presentes no se comunican con el exterior. Saben que si lo hacen pueden ser expulsados, y prefieren no arriesgarse y seguir con su labor en el pa¨ªs¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.