Un general y un cu?ado, claves en el c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo del presidente

El atentado de hoy contra la c¨²pula de seguridad del r¨¦gimen sirio constituye el mayor golpe a Bachar el Asad desde el inicio del levantamiento popular hace 16 meses. Aunque no signifique su inmediata ca¨ªda, analistas y observadores apuntan que las muertes, entre otros del ministro y viceministro de Defensa, van a debilitar el apoyo con el que todav¨ªa cuenta y pueden acelerar las deserciones de alto nivel. No solo resulta cada vez m¨¢s complicado sustituir a esas personas clave, sino que lo ocurrido aumenta el nivel de desconfianza del presidente hacia sus colaboradores.

¡°Indica que los autores han sido capaces de penetrar en el c¨ªrculo ¨ªntimo de El Asad¡±, interpreta Theodore Karasik, director del centro de an¨¢lisis militar INEGMA en Dub¨¢i. Ahora, advierte, ¡°ante la defecci¨®n de generales clave, El Asad tiene que buscar entre sus leales¡±.

El general Asef Shawkat, formalmente el n¨²mero dos del Ministerio de Defensa, era nada menos que el marido de la hermana mayor del presidente y uno de sus m¨¢s pr¨®ximos colaboradores en asuntos de seguridad. En un sistema basado en las lealtades personales y de clan, esa relaci¨®n entre cu?ados pesaba mucho m¨¢s que los galones o el cargo oficial, y hab¨ªa sobrevivido a importantes tensiones familiares. EE UU y la UE le incluyeron el a?o pasado en la lista de sancionados por su responsabilidad en la represi¨®n de las manifestaciones.

Shawkat (Tartus, 1950), que proced¨ªa de una familia alau¨ª como los El Asad, estudi¨® derecho en la Universidad de Damasco y se uni¨® al Ej¨¦rcito en los a?os setenta del siglo pasado. Tuvo una carrera militar normal hasta que se cas¨® con Bushra, la primog¨¦nita de Hafez el Asad, en 1995, tras vencer las reticencias familiares. Fue a partir de entonces cuando se acerc¨® a Bachar. Pero la relaci¨®n tuvo sus altos y sus bajos. Maher, el hermano menor del presidente, nunca conf¨ªo plenamente en su cu?ado y en 1999 se rumore¨® que le hab¨ªa disparado hiri¨¦ndole en el est¨®mago.

Tras los atentados del 11-S, el general Shawkat se convirti¨® en uno de los principales intermediarios entre Bachar y las agencias de espionaje de EE UU y Europa. En 2005 asumi¨® oficialmente la direcci¨®n de los servicios secretos militares que ven¨ªa ejerciendo de facto. Ese mismo a?o, su nombre y el de Maher aparecen mencionados en un informe de la ONU entre los sospechosos del asesinato del primer ministro liban¨¦s Rafik Hariri. Sus relaciones (y las del r¨¦gimen) con EE UU se enfr¨ªan y Washington le incluye en su lista de ¡°nacionales especialmente designados¡± bajo la acusaci¨®n de orquestar ¡°la dominaci¨®n siria de L¨ªbano¡± y ¡°fomentar el terrorismo¡±.

En 2008, en medio de los rumores sobre un intento de golpe de Estado, en Damasco se especula con que ha perdido el favor del presidente, pero sigue en su puesto. Cuando en 2010 fue relevado, algunas fuentes de la oposici¨®n lo interpretaron como una degradaci¨®n. Sin embargo, su nombramiento como viceministro de Defensa el pasado septiembre volvi¨® a poner de relieve la confianza de su cu?ado.

¡°Las decisiones del Ministerio de Defensa se toman en lo m¨¢s profundo del c¨ªrculo ¨ªntimo de El Asad¡±, opina Karasik.

Con todo, el ministro de Defensa Daud Rayiha es el m¨¢s alto cargo del r¨¦gimen muerto desde que empez¨® el levantamiento para derribar a El Asad. Rayiha (Damasco, 1947), un general que con anterioridad fue jefe del Estado Mayor, era tambi¨¦n el cristiano de mayor rango en el Gobierno. Su nombramiento el a?o pasado, en medio de la revuelta, fue interpretado como un mensaje a esa comunidad. Los cristianos, un 10% de los 22 millones de sirios, se han mantenido en general del lado del r¨¦gimen por temor a un triunfo islamista que, como ha sucedido en Irak, acabe con las libertades que disfrutan bajo el sistema laico actual.

A mediados de mayo pasado, los generales ahora muertos y varios de los responsables heridos ya fueron objeto de un intento de envenenamiento. Entonces, algunos activistas llegaron a anunciar su muerte, pero Hasan Turkomani, un colaborador del vicepresidente fallecido junto a Shawkat y Rayiha, apareci¨® en la televisi¨®n estatal para desmentirlo.