Horas decisivas en Damasco
El Asad ya no puede negar ante los sirios la evidencia de que su r¨¦gimen se tambalea
Son horas decisivas. Lo dice hasta Sergu¨¦i Lavrov, el ministro de Exteriores ruso, el hombre encargado de mostrar al mundo la inquebrantable alianza de su pa¨ªs con el r¨¦gimen sirio. El atentado de hoy en Damasco ha tocado de lleno a la guardia pretoriana del r¨¦gimen. Ha matado al ministro de Defensa, y a su n¨²mero dos, cu?ado del presidente Bachar el Assad. Dos hombres, pero sobre todo dos s¨ªmbolos. Su muerte disparar¨¢ sin duda la moral de los opositores, que ayer corrieron a atribuirse la autor¨ªa del ataque suicida. En concreto, ha sido un grupo islamista, Liwa al islam, y el Ej¨¦rcito Libre Sirio se han apuntado el tanto de la voladura del cuartel general de la seguridad nacional en Damasco.
El presidente El Asad podr¨¢ ahora incidir a trav¨¦s de los medios estatales en sus teor¨ªas conspirativas y profundizar en su ret¨®rica de que la rebeli¨®n no es tal, de que es todo obra de terroristas islamistas y de los pa¨ªses extranjeros que los apoyan. Pero lo que no podr¨¢ negar ya El Asad es la evidencia de que su r¨¦gimen se tambalea. Que la guerra de la propaganda hace tiempo que la perdi¨® y que sobre el terreno tal vez vaya camino de tambi¨¦n de perderla. O que al menos, su superioridad militar y su falta de escr¨²pulos no le est¨¢n resultando suficientes para asestar una victoria clara a unos rebeldes divididos y malarmados.
Nadie es capaz de predecir cu¨¢nto durar¨¢ el r¨¦gimen de Damasco; el que ha mantenido amedrentados a los sirios durante d¨¦cadas y que ahora les aterroriza a golpe de blindado. Es muy dif¨ªcil saber c¨®mo respiran a estas alturas los c¨ªrculos conc¨¦ntricos de militares, empresarios y figuras influyentes que apuntalan al presidente. Las se?ales entrecortadas que llegan desde Damasco en los ¨²ltimos d¨ªas, apuntan sin embargo a que las lealtades comienzan a flaquear.
Habr¨¢ que esperar a ver qu¨¦ deparan los pr¨®ximos d¨ªas y horas, que pol¨ªticos y analistas consideran decisivas. La espera no ser¨¢ paciente. Muchos civiles morir¨¢n en vano en la operaci¨®n Volc¨¢n que ha incendiado Damasco, en su contraofensiva y en las que vengan despu¨¦s. La llamada comunidad internacional asistir¨¢ mientras a la sangr¨ªa desde la impotencia que le confieren los mimbres diplom¨¢ticos en los que se enreda.
Porque, a pesar de que la situaci¨®n en Siria no ha dejado de agravarse desde que estallara la revuelta hace ahora 17 meses, la noria diplom¨¢tica no ha dejado de dar vueltas volviendo una y otra vez a su punto de partida. El energ¨¦tico enviado internacional Kofi Annan salta de una capital a otra ¨CDamasco¨C incluida sin aparente progreso m¨¢s que la liquidaci¨®n de su escaso capital pol¨ªtico. China y Rusia apenas han acercado posiciones en estos meses con los pa¨ªses occidentales, que piden para Siria una transici¨®n pol¨ªtica sin El Asad a la cabeza. Parece imposible ponerse de acuerdo en nada. Pero como pasa en estas ocasiones, no seremos capaces de valorar la verdadera magnitud del fracaso diplom¨¢tico hasta que se imponga la distancia que trae consigo el paso del tiempo. Entonces ser¨¢ evidentemente demasiado tarde.
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