El regreso de Bachelet mantiene en vilo a la pol¨ªtica chilena
La expresidenta, radicada en Estados Unidos, mantiene altos niveles de apoyo y, aunque guarda silencio sobre sus intenciones, parece claro que se postular¨¢ a las elecciones de 2013
![Roc¨ªo Montes](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F35dbdf26-bbcb-47d6-8a7e-7daa24ff7d85.png?auth=5e7df9f30b47f39f3915c5c9e578436688034d396f304146aaa50c8773e121b4&width=100&height=100&smart=true)
![La expresidenta chilena, Michelle Bachelet , habla con el presidente actual, Sebastián Piñera, el 18 de enero 2010, en Santiago de Chile.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4YSH2VJ6RPPMJ6W2TYKNN56QFQ.jpg?auth=133246081e67d24324fedd049376c7d5e6598f1454f25ef3497ff373ca9d6760&width=414)
No hay conversaci¨®n pol¨ªtica con integrantes del Gobierno de Sebasti¨¢n Pi?era, del Parlamento y de los partidos pol¨ªticos chilenos de todas las tendencias que no confluya en una persona que hace casi dos a?os no vive en el pa¨ªs y ha guardado un irrestricto silencio sobre los vaivenes de la coyuntura local: la expresidente Michelle Bachelet, radicada en Nueva York, actual directora ejecutiva de ONU Mujeres.
A 16 meses de las elecciones presidenciales de noviembre de 2013, la m¨¦dico socialista mantiene ¨ªndices de apoyo popular que sobrepasan de lejos a cualquiera de los otros diez candidatos. De acuerdo con un reciente estudio del Centro de Encuestas del peri¨®dico La Tercera, 42% votar¨ªa por Bachelet para la presidencia de la Rep¨²blica. La sigue con un 15% el ministro de Obras P¨²blicas, Laurence Golborne, rostro del exitoso rescate de los 33 mineros en octubre de 2010, la figura mejor posicionada del oficialismo para suceder a Pi?era. En tercer lugar, con un 10%, Franco Parisi: un economista sin partido que alcanz¨® popularidad en programas de televisi¨®n y que apela al voto de los que no se sienten representados ni por la Concertaci¨®n de centroizquierda ni por la Alianza de derecha, las dos principales coaliciones de partidos.
Pero la exmandataria es la ¨²nica que hasta ahora no ha despejado la duda de si estar¨¢ disponible para la carrera presidencial. En diciembre pasado, en uno de sus escasos viajes p¨²blicos a Chile, al ser consultada sobre la materia se?al¨® escuetamente: ¡°No ando con el traje de candidata¡±. El silencio de Bachelet, sin embargo, con el correr de los meses se ha transformado parad¨®jicamente en una se?al n¨ªtida, y tanto partidarios como detractores consideran un hecho probado que regresar¨¢ al pa¨ªs como la abanderada de la Concertaci¨®n. A medida que se acortan los plazos y su respaldo ciudadano se mantiene insumergible, explica uno de sus colaboradores cercanos, las posibilidades de que se niegue a presentarse son hoy en d¨ªa pr¨¢cticamente nulas.
En Chile no se sabe pr¨¢cticamente nada sobre su vida en Estados Unidos, pese al inter¨¦s generalizado que despierta su figura
Despu¨¦s de un Gobierno de cuatro a?os que no estuvo exento de graves conflictos, Bachelet dej¨® la presidencia en marzo de 2010 con un 84% de popularidad. Desde ese momento tom¨® la decisi¨®n de abstraerse de la coyuntura pol¨ªtica local, acept¨® el nombramiento en ONU Mujeres y se radic¨® sola en Nueva York, sin la compa?¨ªa de su madre de 85 a?os ni de sus tres hijos. Fue el hito con que arranc¨® un periodo de silencio total: en Chile no se sabe pr¨¢cticamente nada sobre su vida en Estados Unidos, pese al inter¨¦s generalizado que despierta su figura, ni su diagn¨®stico pol¨ªtico sobre la crisis de la Concertaci¨®n tras la derrota presidencial, el estallido social de 2011 y los problemas pol¨ªticos de la Administraci¨®n de Pi?era.
La consigna de Bachelet, la discreci¨®n absoluta, es respetada con fidelidad por el peque?o grupo de confianza que la expresidenta mantiene tanto en Norteam¨¦rica como en Chile y que defiende la idea de que se trabaja mejor si se guarda silencio. En Santiago se concentran en la fundaci¨®n Dialoga, que la ex Jefa de Estado fund¨® tras salir de La Moneda para ¡°apoyar el liderazgo progresista y, en particular, el de las mujeres y j¨®venes¡±. Ni siquiera los dirigentes de centroizquierda, salvo un par de excepciones, puede acceder con facilidad a la directora de ONU Mujeres. En estos dos a?os, muchos pol¨ªticos han intentado presumir de su cercan¨ªa tras lograr una audiencia privada, encontr¨¢rsela en alguna recepci¨®n e intercambiar alg¨²n correo electr¨®nico. El fen¨®meno ha sido bautizado por la prensa chilena como la procesi¨®n a Nueva York.
La gran pregunta respecto a Bachelet no es si se animar¨¢ a presentarse, sino qu¨¦ tipo de Gobierno llevar¨ªa adelante en el caso de ganar
El silencio de la expresidenta, que en parte se explica por su rango de funcionaria internacional, ha generado que en Chile se reciba con expectaci¨®n cada dato suyo que trasciende a los medios de comunicaci¨®n: su residencia en Queens, los viajes reservados que realiza a Chile durante las vacaciones, los personajes que supuestamente comienzan a formar parte de su c¨ªrculo en vista de un eventual futuro Gobierno.
La reserva de la socialista, la primera mujer en llegar a La Moneda, irrita al oficialismo chileno. En diversas ocasiones, tanto parlamentarios de la derecha como miembros del Gobierno la han emplazado a que se pronuncie, por ejemplo, sobre el papel que cumpli¨® la madrugada del 27 de febrero de 2010, cuando murieron 181 personas por la alerta fallida de maremoto. ¡°Un presidente siempre debe asumir sus responsabilidades y nunca debe evadirlas¡±, dijo Pi?era en mayo. Bachelet, en otra de sus escasas declaraciones, le record¨® desde Par¨ªs que hab¨ªa entregado su testimonio a la Fiscal¨ªa e hizo un llamado a ¡°no politizar¡± el caso y ¡°dejar trabajar a la Justicia¡±.
El oficialismo advierte que la expresidenta es el gran impedimento para no gobernar durante un segundo per¨ªodo y su gran esperanza es lo que ocurra cuando regrese a Chile y deba entrar de lleno a la coyuntura. Pero el respaldo a Bachelet parece ser incombustible. El fen¨®meno se contrapone a la situaci¨®n de Pi?era, cuya popularidad sigue siendo baja, pese a que ha remontado desde las manifestaciones estudiantiles de 2011. De acuerdo con la ¨²ltima encuesta Adimark, obtuvo un 34% de apoyo en junio y un 58% de desaprobaci¨®n. El jefe de Estado, que ya ha sobrepasado la mitad de su mandato, comienza adem¨¢s a sufrir el s¨ªndrome del pato cojo: tanto la derecha como la oposici¨®n est¨¢n concentrados en las elecciones municipales de octubre pr¨®ximo, que se convertir¨¢n en la primera gran prueba electoral del Gobierno.
Chile cambi¨® abruptamente el a?o pasado cuando el descontento de la poblaci¨®n tom¨® forma de protestas, huelgas y marchas ciudadanas. Las instituciones democr¨¢ticas perdieron respaldo y tanto el Parlamento como los partidos encabezaron la lista del desprestigio. Apenas un 26% dice sentirse representado por la Alianza y un 19% por la Concertaci¨®n, cuyo ¨²nico pasaporte para regresar al poder es Bachelet, que es inc¨®lume al descr¨¦dito pol¨ªtico general. Seg¨²n un dirigente de la coalici¨®n, que gobern¨® por 20 a?os tras derrocar a Pinochet, los cuatro partidos habr¨ªan tomado caminos separados si no existiera la opci¨®n de regresar a La Moneda de la mano de la expresidente.
Actualmente, el conglomerado enfrenta una de sus peores crisis internas, ya que hay quienes propugnan la idea de fortalecer la izquierda por sobre el centro pol¨ªtico, y juntar fuerzas para influir ante Bachelet. En su c¨ªrculo, sin embargo, aclaran que independientemente de los vaivenes de los partidos, ser¨¢ la Concertaci¨®n la que deber¨¢ adecuarse al modelo de la eventual candidata.
La gran pregunta respecto a Bachelet no es si se animar¨¢ a presentarse, sino qu¨¦ tipo de Gobierno llevar¨ªa adelante en el caso de ganar, tras medirse en una primaria con los precandidatos de la oposici¨®n. Es una de las cuestiones sobre las que ha reflexionado desde Nueva York. De acuerdo con quienes han conversado con la expresidenta, ha llegado al convencimiento de que tendr¨¢ que hacer una Administraci¨®n diferente que responda a otro ciclo de la pol¨ªtica chilena, cuyo eje ser¨¢ la superaci¨®n de la desigualdad. Es la raz¨®n por la que deber¨ªa llevar adelante el paquete de reformas profundas que la Concertaci¨®n no realiz¨® durante 20 a?os, como el cambio al sistema tributario y el modelo electoral binominal. En cualquier caso, explica un dirigente de su c¨ªrculo, no har¨ªa un Gobierno de izquierda ni revolucionario, sino anclado en la centroizquierda.
Tampoco est¨¢ claro si este nuevo discurso contar¨¢ con el respaldo de los movimientos sociales emergentes, cuyo impacto electoral todav¨ªa es una inc¨®gnita. ¡°Bachelet hoy representa un tap¨®n de contenci¨®n a la construcci¨®n de una alternativa de izquierda que deberemos superar¡±, escribi¨® en Twitter hace unos d¨ªas el presidente de la Federaci¨®n de Estudiantes de la Universidad de Chile, Gabriel Boric. De cualquier forma, con la nueva ley de inscripci¨®n autom¨¢tica y voto voluntario, en las pr¨®ximas elecciones se incorporar¨¢n casi cinco millones de electores. En este segmento, compuesto mayoritariamente por j¨®venes, Bachelet tambi¨¦n corre con una amplia ventaja.
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