El estigma Clinton
La exbecaria, a sus 39 a?os, no tiene trabajo estable. Trata a toda costa de desvincularse de su aventura con el presidente de EE UU.
Monica Lewinsky era en 1995 una joven de 21 a?os a quien, como becaria de la Casa Blanca, de vez en cuando le correspond¨ªa acudir al Despacho Oval para llevarle pizza al presidente de Estados Unidos. La comida deriv¨® en un flirteo que evolucion¨® hasta convertirse en una relaci¨®n de 18 meses que incluy¨® sexo oral, llamadas de alto tono er¨®tico y varios escarceos con un puro y un vestido azul de GAP, que desembocaron en un proceso contra Bill Clinton en diciembre de 1998 por haber cometido perjurio, al negar ante el pueblo estadounidense haber tenido una aventura sentimental con la becaria, y por obstrucci¨®n a la justicia. Catorce a?os despu¨¦s, la vida del exmandatario dem¨®crata es perfectamente conocida, pero ?qu¨¦ ha sido de Lewinsky?
La becaria m¨¢s famosa de la historia, a sus 39 a?os, se ha decantado por mantener un perfil bajo, alejada de los focos a los que tan bien se adapt¨® inmediatamente despu¨¦s de que estallara el esc¨¢ndalo presidencial bautizado con su nombre ¡ªMonicagate¡ª. Tras probar suerte en una larga serie de empresas fallidas ¡ªque incluyen una l¨ªnea de bolsos, ser imagen de una dieta de adelgazamiento, presentar un programa de telerealidad en el que aconsejaba a las concursantes c¨®mo elegir a su hombre ideal, o como corresponsal de moda para el canal brit¨¢nico Channel Five ¡ªLewinsky se mud¨® a Londres en 2005 para obtener un posgrado en psicolog¨ªa social por la London School of Economics. Un a?o despu¨¦s regres¨® a Nueva York, ciudad en la que reside cuando no est¨¢ en Los ?ngeles, donde viven sus padres, divorciados, y su hermano. La joven no tiene un trabajo estable aunque, seg¨²n The National Enquirer, est¨¢ ilusionada con fundar su propia empresa de relaciones p¨²blicas. ¡°Monica est¨¢ trabajando por su cuenta para una amiga que tiene una compa?¨ªa de relaciones p¨²blicas y cuenta con apoyo econ¨®mico de su familia para ir tirando y poder montar la suya propia¡±, declar¨® una compa?era de Lewinsky a la publicaci¨®n.
Sin embargo, de acuerdo con el Enquirer, la examante de Clinton no parece pasar por su mejor momento. Lewinsky est¨¢ alica¨ªda y ¡°tiene la autoestima baja¡±, seg¨²n la misma compa?era. Aunque de vez en cuando se la pueda ver por el SoHo comiendo con su amigo el actor Alan Cumming o con el fot¨®grafo Terry Richardson ¡ªque en 2011 colg¨® en su blog una foto de ambos, una de las pocas im¨¢genes p¨²blicas actuales de la exbecaria¡ª, esta apenas se prodiga por las fiestas m¨¢s exclusivas de Nueva York, ni acude a los restaurantes de moda de los que antes era asidua, seg¨²n el perfil de Lewinsky que public¨® en 2000 The New York Magazine.
Pese a su aparente obsesi¨®n por el anonimato, no hace tanto que el nombre de Lewinsky volvi¨® a polarizar los titulares de la prensa. El pasado 20 de febrero, la cadena de televisi¨®n PBS emiti¨®, en EE UU y en Reino Unido, un documental de cuatro horas sobre el presidente Clinton centrado en buena medida en los problemas de aquel para contener su libido. A pesar de que gran parte del programa se ocupaba de su propia historia, Lewinsky no fue invitada a participar en ¨¦l, lo que no fue ¨®bice para que muchos medios vaticinaran que la exbecaria aprovechar¨ªa el estreno para reconquistar la fama perdida. Sin embargo, las ¨²nicas im¨¢genes que de ella aparecieron en televisi¨®n esos d¨ªas fueron las de archivo, que circularon a lo largo de 1998, en las que aparec¨ªa posando en actitud modosa junto a Clinton.
"Est¨¢ alica¨ªda y tiene la autoestima baja", declar¨® una compa?era a la revista americana 'The National Enquirer'
Las personas m¨¢s cercanas a Lewinsky aseguran que la joven quiere desvincularse por completo de todo lo que tenga que ver con el expresidente. ¡°Est¨¢ tratando de seguir con su vida, nunca quiso ser una figura p¨²blica. Desea pasar lo m¨¢s desapercibida posible¡±, coment¨® su amiga y expublicista Barbara Hutson a la revista Time en 2008. La propia exbecaria reconoc¨ªa a The New York Magazine que la gente todav¨ªa la insultaba por la calle por su implicaci¨®n en el proceso de acusaci¨®n de Clinton. ¡°La gente se ha formado una opini¨®n sobre m¨ª basada en lo que hice un a?o durante el que todav¨ªa no era capaz de definirme a m¨ª misma¡±, se lamentaba.
Pese a no querer saber nada de los Clinton, ese apellido ha capitalizado casi todas las apariciones p¨²blicas de Lewinsky desde que se desat¨® el esc¨¢ndalo. En 2000 sali¨® a la venta Monica¡¯s story, su biograf¨ªa autorizada, escrita por Andrew Morton, por la que la exbecaria percibi¨® 500.000 d¨®lares (unos 411.000 euros); en 2002 intervino, a cambio de una considerable remuneraci¨®n econ¨®mica, en el documental de la HBO Monica in black and white; en 2004, Lewinsky aprovech¨® la publicaci¨®n de las memorias de Clinton para asegurar al Daily Mail que su relaci¨®n no fue solo f¨ªsica, como aquel reconoci¨® en el libro, y en 2007 ped¨ªa perd¨®n p¨²blicamente en el programa 20/20 a Hillary y Chelsea Clinton. Hace dos a?os, de nuevo, no resisti¨® la tentaci¨®n de aludir a su pasado sentimental y en un correo que el profesor de derecho Ken Gormey transcribi¨® en su libro La muerte de la virtud americana reconoc¨ªa abiertamente que el expresidente minti¨® sobre su aventura durante el proceso de acusaci¨®n contra el expresidente.
A veces se le puede ver comiendo en el Soho neoyorkino con el actor Alan Cumming o con el fot¨®grafo Richardson
Sin duda, estos ingresos ayudaron a Lewinsky a costearse la vida que comenz¨® a llevar a en Nueva York a principios de 2000, una ¨¦poca en la que incluso acudi¨® a la entrega de los Oscar del brazo de sir Ian McKellen. Ahora son su padre y su padrastro, un magnate de los medios de comunicaci¨®n, quienes la ayudan econ¨®micamente hasta que consiga ese trabajo que parece resist¨ªrsele. ¡°?Qui¨¦n va a querer contratarme sabiendo mi pasado?¡±, se lamentaba la propia Lewinsky en el reportaje de The New York Magazine.
Da la sensaci¨®n de que no importa la forma en la que trate de reinventarse a s¨ª misma. Lewinsky est¨¢ condenada a vivir con el estigma de haber sido la becaria que tuvo ¡°una relaci¨®n inadecuada¡± con el presidente de Estados Unidos.
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