Suecia rechaza lecciones de justicia
Autoridades, expertos y juristas se indignan por las cr¨ªticas de Julian Assange y de Ecuador a uno de los sistemas judiciales m¨¢s garantistas del mundo
![Naiara Galarraga Gort¨¢zar](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fa5a22b1a-84b6-40d6-b292-c98a40bd973a.png?auth=c0df4b072b7d9d7a6320aca9be53db4f71063215e26b63e8bf03c10f6b7f4606&width=100&height=100&smart=true)
![Assange, durante un seminario en Estocolmo en 2010.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GZSQFM7U4TI6IPQU3KBDPRNMTE.jpg?auth=a2b376a2156add8c19308de6a511dea92cbecd7f1330ab7d06ed9e9965d3d7ef&width=414)
Es ir¨®nico que Julian Assange viniera a Suecia en agosto de 2010 en busca del cobijo de un sistema judicial del que ahora huye con tant¨ªsimo empe?o. El australiano viaj¨® a Estocolmo con la vista puesta en que sus garantistas leyes de libertad de prensa neutralizaran cualquier intento de persecuci¨®n a Wikileaks, que acababa de publicar miles de documentos secretos sobre la guerra de Afganist¨¢n y se preparaba para la gran exclusiva: 250.000 cables que permitieron husmear en los entresijos de la diplomacia estadounidense. Dos mujeres a las que conoci¨® y con las que intim¨® durante su estancia le acabaron denunciando por delitos sexuales. Con tal de no regresar a Suecia para ser interrogado por la fiscal¨ªa se ha metido en un l¨ªo jur¨ªdico may¨²sculo ¡ªcon Reino Unido, Suecia y Ecuador implicados¡ª que lo tiene atrapado. El pirata inform¨¢tico, convertido en divulgador de informaci¨®n secreta o inc¨®moda para los poderosos, insiste en que, tras la reclamaci¨®n judicial sueca, se esconde el peligro de ser extraditado a Estados Unidos.
En este punto Assange es un sospechoso. No existe una acusaci¨®n formal, existen sospechas por violaci¨®n en la modalidad menos grave, dos delitos de abusos sexuales y uno de coerci¨®n ilegal. En Suecia, no se debate si hubo violaci¨®n o no; si es culpable o inocente. Lo misma da preguntar a expertos en leyes, a periodistas o a transe¨²ntes que pasean entre los canales aprovechando los ¨²ltimos resquicios de verano antes de que el invierno caiga como una losa. La respuesta es casi id¨¦ntica: ¡°Lo dir¨¢ el tribunal¡±. Pronto queda claro que aqu¨ª la confianza en la justicia, a diferencia de lo que ocurre en muchos pa¨ªses, es si no absoluta, casi absoluta. En Suecia, primer clasificado en derechos fundamentales entre 66 pa¨ªses en el Rule of Law Index 2011 (¨ªndice del Estado de Derecho), las cr¨ªticas de Ecuador a la fiscal¨ªas sentaron como un tiro. El embajador sudamericano fue llamado a consultas.
Ning¨²n experto sueco osa decir que el riesgo sea inexistente pero recalcan con m¨²ltiples argumentos que es m¨ªnimo. ¡°La legislaci¨®n sueca proh¨ªbe extraditar a ning¨²n acusado que corra el riesgo de ser ejecutado¡±, recuerda la portavoz de Exteriores, Liv Duvhamm.
Assange y su abogado, Baltasar Garz¨®n, piden garant¨ªas a Suecia de que no aceptar¨¢ una petici¨®n estadounidense de extradici¨®n. Pero esa reclamaci¨®n no existe ahora. EE UU no lo persigue, al menos p¨²blicamente. Por el momento. Se supone que si Washington lo acusa ser¨¢ por un delito de espionaje o similar. Ah¨ª se topar¨ªa con la ley sueca. Explica Mark Klamberg, doctor en Derecho Internacional P¨²blico en la Universidad de Estocolmo, que la legislaci¨®n proh¨ªbe las extradiciones por actividades que en Suecia se consideran delitos puramente militares o pol¨ªticos. ¡°El espionaje aqu¨ª, seg¨²n la jurisprudencia sueca, es un delito pol¨ªtico¡±, recalca Pal Wrange, otro experto en la materia de la Universidad capitalina.
Si Assange llegara a poner el pie en Suecia y EE UU lo reclamara, el Tribunal Supremo sueco analizar¨ªa los fundamentos de la petici¨®n. Pero no siempre tiene la ¨²ltima palabra. El director de la divisi¨®n de casos criminales y cooperaci¨®n judicial internacional del Ministerio de Justicia, Ulf Wallentheim, detalla que, ¡°si el alto tribunal ve obst¨¢culos legales, su decisi¨®n es vinculante para el Gobierno¡±. Es decir, no habr¨ªa entrega. Pero si no halla impedimento, ¡°el Gobierno a¨²n tiene la oportunidad de decir s¨ª o no¡±.
?Por qu¨¦ rayos, si tan interesado est¨¢ Washington, no le ha pedido directamente a Londres la entrega del creador de Wikileaks? Es una pregunta que sobrevuela el pa¨ªs. ¡°Si esto es una conspiraci¨®n, habr¨ªa sido m¨¢s f¨¢cil pedir su extradici¨®n desde el Reino Unido¡±, asegura Klamberg porque, explica, Reino Unido tambi¨¦n deber¨ªa dar el visto bueno a la entrega de Assange de Suecia a EE UU.
Preguntas y respuestas repletas de condicionales. En eso se parecen a los ejercicios que el profesor Klamberg pone a sus alumnos de derecho internacional. ¡°Son escenarios muy te¨®ricos. Y los pol¨ªticos no deben tomar decisiones en funci¨®n de ellos¡±, insiste.
Los partidarios de Assange han utilizado como argumento de la complicidad sueca con Washington el caso de dos solicitantes de asilo egipcios sospechosos de terrorismo que Estocolmo entreg¨® a la CIA en 2001. ¡°Aquello fue todo ajeno al sistema judicial¡±, recuerda Klamberg. ¡°Fue algo bastante ¨²nico, un error garrafal¡±, seg¨²n Wrange. Suecia fue condenada en la ONU, indemniz¨® a Ahmed Agiza y a Mohamed al Zeri con tres millones de coronas (360.000 euros) a cada uno y el mes pasado dio la residencia al primero.
¡°No se puede extraditar si hay riesgo de ejecuci¨®n¡±, dicen en Exteriores
At¨®nitos contemplan muchos suecos en qu¨¦ ha derivado lo que empez¨® hace dos a?os con la denuncia de Miss A., treinta?era, y miss W., de 27, como las denominan en su pa¨ªs. Una portavoz del Ministerio de Exteriores insiste en que ¡°aqu¨ª hay dos v¨ªctimas que tienen derecho a un proceso¡±.
¡°Aqu¨ª tendr¨ªa un juicio justo. Si no viene, da la impresi¨®n de que tiene algo que ocultar. Si es inocente, le diremos: ¡®Vete, vuelve cuando quieras¡¯¡±, asegura Heli Aarnipuro, una inspectora de trabajo que cena con unas amigas. ¡°Debe venir y defenderse¡±, sostiene Stefan Lisinsky, reportero de sucesos del diario Dagens Nyheter. ¡°Es una acusaci¨®n seria. Debe ser interrogado y escuchado¡±, recomienda Albin Akesson, camarero de 24 a?os, que se pregunta ¡°?por qu¨¦ no le interrogan por v¨ªdeoconferencia o mandan polic¨ªas a Londres?¡± Responde Iliana Ekstrand, portavoz del ministerio p¨²blico: ¡°La fiscal¨ªa considera que el se?or Assange debe estar en Suecia para la investigaci¨®n¡±. Varios juristas a?aden que es por dejar claro qui¨¦n lleva las riendas y por si tras el interrogatorio hubiera que detenerle.
La fiscal¨ªa considera que Assange debe ir a Estocolmo para
Las dos mujeres mantuvieron, por separado, relaciones sexuales con Assange. Ellas no se conoc¨ªan. Una contact¨® con la otra para localizar al australiano y fue entonces cuando compartieron sus experiencias con ¨¦l y decidieron ir a la polic¨ªa. Solo ellas y ¨¦l saben lo que pas¨®. Pero el episodio ha generado furibundas acusaciones contra ellas en Internet. ¡°Puede que sea un machista pero no soy un violador¡±, le coment¨® el australiano sobre su relaci¨®n con Miss A. y Miss W. a un bi¨®grafo al que luego desautoriz¨®. ?Eran ellas un gancho para atraparlo como sostienen los defensores de Assange? ¡°No veo indicios de montaje¡±, dice el periodista citado, que ha cubierto el caso. ?La fiscal y el abogado de las mujeres se han aliado para convertir este caso en un proceso ejemplarizante como tambi¨¦n se ha dicho? ¡°Me cuesta creer que quieran usar esto como ejemplarizante¡±.
El profesor de Derecho Privado Marten Schultz recordaba en un art¨ªculo que en Suecia la carga de la prueba en caso de violaci¨®n es como en cualquier otro delito. El abogado defensor de las denunciantes y la fiscal¨ªa remarcan que no es raro que un caso se reabra como ocurri¨® con el de Assange, que afrontar¨ªa un m¨¢ximo de cuatro a?os de c¨¢rcel. La fiscal de fin de semana hall¨® indicios de violaci¨®n y otros abusos, el lunes otra fiscal vio indicios de abuso sexual leve, lo interrog¨® sobre eso solamente y cerr¨® el caso. Las mujeres contrataron un abogado, que consigui¨® que la fiscal jefa Marianne Ny reabriera la investigaci¨®n. El sospechoso eludi¨® la siguiente cita para ser interrogado.
Ese letrado, Claes Borgstr?m, el ombudsman (defensor) para la igualdad de g¨¦nero de 2000 a 2007, recuerda que sus clientas ¡°no han cometido un crimen, son las v¨ªctimas¡± y considera ¡°alucinante¡± que Ecuador le concediera asilo: ¡°En su caso, es un abuso de la figura del asilo¡±. Solo reprocha a las autoridades suecas que no lo arrestaran tras la reapertura del caso. Tambi¨¦n tiene una cr¨ªtica para el exhacker: ¡°Tiene todo el derecho del mundo a decir ¡®Yo no lo hice¡¯. Pero hace mucho ten¨ªa que haber dicho ¡®Esto no tiene nada que ver con Wikileaks, con EE UU, conspiraciones o la CIA¡¯¡±. Suecia y dos de sus ciudadanas siguen a la espera.
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