El papel de Holanda en la UE marca el arranque de la campa?a
Socialistas radicales y liberales de derecha encabezan los sondeos La socialdemocracia recupera terreno gracias a su nuevo l¨ªder, Diederik Samson El xen¨®fobo Geert Wilders pierde fuelle ante la izquierda m¨¢s euroesc¨¦ptica
El papel de Holanda en la Uni¨®n Europea y el malestar creado por la crisis, marcaron la noche del domingo el debate electoral que abri¨® la campa?a para las legislativas del pr¨®ximo 12 de septiembre. Con medio mill¨®n de parados y dos a?os seguidos de recesi¨®n, los jefes de los partidos que esperan gobernar se dedicaron sin rubor a desautorizar al rival. La estrella ascendente, el socialista radical Emile Roemer, habl¨® de ¡°no ceder ni un ¨¢pice a las exigencias de Bruselas si el sur europeo no sanea antes sus bancos¡±. El l¨ªder en horas bajas, el xen¨®fobo Geert Wilders, no quiso perder pie. Casi grit¨® dos de sus lemas de cabecera: ¡°La UE est¨¢ en quiebra, el euro nos sangra y Bruselas quiere quitarnos soberan¨ªa. Y si gobierno, no entrar¨¦ en una mezquita en cien mil a?os. Ser¨ªa contrario a mis principios¡±.
El ruido hecho por ambos ayud¨® a los otros dos candidatos de peso a presumir de realismo y visi¨®n de Estado. De un lado Mark Rutte, primer ministro liberal saliente, subray¨® que la crisis internacional ¡°lleg¨® despu¨¦s de mi acceso al poder en 2010¡±. ¡°Pero Holanda necesita a la UE y hay que ayudar a los pa¨ªses en apuros¡±, dijo. Diederik Samson, nuevo cabeza de lista socialdem¨®crata, ejerci¨® de fuerza moderadora. Record¨® que, en la ¨²ltima d¨¦cada, Holanda ha convocado cinco comicios, ¡°y solo juntos saldremos de este embrollo¡±. ¡°Solo ahorrando o bien dando dinero a los pa¨ªses con problemas no resuelve la situaci¨®n. Holanda tiene que ser m¨¢s fuerte y m¨¢s social¡±, asegur¨®. ¡°Ni un duro. No mandaremos nada de nada al sur de la eurozona¡±, contestaron al un¨ªsono Roemer y Wilders, los dos extremos de estas elecciones.
Para sorpresa de los propios holandeses, y en especial de sus colegas, los estudiosos de los debates televisados han elegido a Samson como vencedor. No se mostr¨® demasiado euroesc¨¦ptico ni tampoco alz¨® la voz. Hizo gala de ecuanimidad y compromiso al asumir su responsabilidad ¡°como generaci¨®n a la hora de resolver la crisis, aunque el euro lleg¨® demasiado pronto a la UE¡±. Y rechaz¨® el superestado europeo pidiendo ¡°unidad para crecer en Europa, y devoluci¨®n de los pr¨¦stamos hechos al sur¡±.
La alegr¨ªa en las filas socialdem¨®cratas, sin embargo, ha durado poco. La Oficina Central de Planificaci¨®n -que revisa los programas econ¨®micos de los partidos- ha dicho que los c¨¢lculos de su partido tendr¨ªan el efecto m¨¢s negativo de todos. ¡°A corto plazo, bajar¨ªa los precios de las casas comprometiendo el crecimiento econ¨®mico¡±.
El debate, seguido por 1,7 millones de personas, sirvi¨® para observar la nueva t¨¢ctica de Wilders, el pol¨ªtico que ha marcado a Holanda con su rechazo al Islam. Donde ¨¦l dice que su partido es el ¨²nico capaz de conservar la identidad holandesa, ¡°frente a la marea islamista que llama a nuestra puerta¡±, Roemer habla de ¡°bienestar, libertad y seguridad¡±. Y cuando Wilders grita:¡±Que se hundan los griegos y los espa?oles. Holanda para los holandeses¡±, su rival socialista llama a ¡°recuperar la confianza de la sociedad en los pol¨ªticos¡±.
A la espera de los cinco debates televisivos que restan, los sondeos dan 35 esca?os al Partido Socialista de Roemer. Los liberales de Mark Rutte ganar¨ªan 32; la socialdemocracia 18, y el Partido de la Libertad, de Wilders, otros 18. En un Parlamento de 150 asientos, con una mayor¨ªa de 76, la pr¨®xima coalici¨®n gobernante holandesa ser¨¢ todo un ejercicio de consenso. O bien de realismo puro. Si liberales de derecha y socialistas radicales llegaran a ponerse de acuerdo (en principio, una combinaci¨®n imposible dado el opuesto modelo de sociedad que proponen), necesitar¨ªan a otro grupo para tener mayor¨ªa. Ser¨ªa el momento de los liberales de izquierda, que se perfilan como la fuerza del equilibrio. Si no, har¨¢n falta tantos partidos, de derecha e izquierda, para formar un Gobierno, que el resultado final parecer¨¢ un aut¨¦ntico arco iris.
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