Teher¨¢n resiste el cerco de Occidente
La ONU alerta sobre los avances del programa nuclear iran¨ª El r¨¦gimen lucha en varios frentes para quebrar el boicot petrolero y el recelo del mundo sun¨ª
La presi¨®n crece, pero Ir¨¢n, de momento, no recula. Pese a las sanciones occidentales que da?an seriamente su econom¨ªa; pese a la hostilidad cada vez mayor del mundo sun¨ª que le rodea, y pese a la probable pr¨®xima ca¨ªda del r¨¦gimen sirio que le permite un fluido contacto con Hezbol¨¢ en L¨ªbano, el r¨¦gimen de Teher¨¢n no parece optar por la adopci¨®n de un perfil conciliador. Al contrario, varios s¨ªntomas muestran estos d¨ªas su intensa pugna en varios frentes por romper el cerco y consolidarse como potencia regional.
En primer lugar, destaca el nuevo aceler¨®n en su ambiguo programa nuclear. Seg¨²n un informe del Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) publicado el jueves, Teher¨¢n ha duplicado el n¨²mero de centrifugadoras para enriquecer uranio instaladas en el complejo subterr¨¢neo de Ford¨®, y tambi¨¦n ha elevado la cantidad de uranio enriquecido almacenado. El OIEA expres¨® adem¨¢s su alarma por el veto iran¨ª a que sus inspectores visiten la base de Parchin, donde sospecha que pueda estar desarroll¨¢ndose una vertiente militar del programa nuclear, algo que Ir¨¢n niega. El asunto eleva un grado m¨¢s la tensi¨®n con Israel, Occidente y los pa¨ªses del Golfo.
Pero el nuclear no es el ¨²nico frente en el que Ir¨¢n batalla. En segundo lugar, el r¨¦gimen se ha anotado esta semana un tanto diplom¨¢tico al lograr una amplia participaci¨®n en la cumbre del Movimiento de los No Alineados en Teher¨¢n. Unos 120 pa¨ªses han acudido, una treintena de ellos a nivel de jefe de Estado o de Gobierno. El r¨¦gimen ha recibido en la cumbre duras cr¨ªticas, directas e indirectas, que empa?an el logro; y, dada su amplitud, el movimiento es una reliquia incapaz de ponerse de acuerdo en nada que no sea el simple disgusto por un mundo dominado por otros. A¨²n as¨ª, la amplia participaci¨®n ofrece cierta legitimidad a un Gobierno bajo asedio.
En tercer lugar, las ¨²ltimas semanas han dejado al descubierto cada vez m¨¢s la intensa actividad iran¨ª en Siria, con varias capturas por parte de las tropas rebeldes de ciudadanos iran¨ªes ¡ªperegrinos, seg¨²n Teher¨¢n; agentes y militares infiltrados, seg¨²n los insurgentes¡ª. El inter¨¦s iran¨ª en la supervivencia del r¨¦gimen de Bachar el Asad es claro. Pero un apoyo tan activo es una apuesta muy arriesgada, ya que puede romper todos los puentes con los probables futuros l¨ªderes del pa¨ªs, y minar el nexo que une a Teher¨¢n y Hezbol¨¢. Los riesgos asumidos con sus acciones en Siria y en el terreno nuclear pueden tener consecuencias desastrosas para Ir¨¢n, pero est¨¢n muy calculados.
¡°En Siria, el r¨¦gimen iran¨ª cuenta con que, aunque caiga El Asad, este no ser¨¢ r¨¢pidamente sustituido por un Gobierno estable¡±, comenta Dina Esfandiary, analista del Instituto Internacional de Estudios Estrat¨¦gicos. ¡°Teher¨¢n calcula que las divisiones sectarias de Siria dejar¨¢n un escenario fragmentado, en el que podr¨¢ seguir ejerciendo influencia y a trav¨¦s del que podr¨¢ seguir enviando armas y dinero a Hezbol¨¢. En Irak hizo lo mismo¡±.
Ir¨¢n ha duplicado su capacidad nuclear en una planta subterr¨¢nea
En cuanto al desaf¨ªo nuclear, ¡°hay que entender que el programa goza de un ampl¨ªsimo respaldo interno. Ni siquiera el movimiento reformista verde lo cuestionaba¡±, observa Roberto Toscano, que fue embajador de Italia en Ir¨¢n entre 2003 y 2008. ¡°En la pol¨ªtica exterior iran¨ª, la ret¨®rica antiimperialista, antisionista y antisemita es un elemento fundamentalmente de consumo externo, para vencer el recelo del mundo ¨¢rabe y sun¨ª hacia un pa¨ªs persa y chi¨ª. La gran mayor¨ªa del pueblo iran¨ª no es antisemita. Pero el programa nuclear est¨¢ en el coraz¨®n mismo del inter¨¦s nacional, impulsa el estatus de potencia regional, y goza de amplia base de apoyo¡±, dice Toscano.
En v¨ªspera de las elecciones presidenciales que se celebrar¨¢n el a?o que viene, los logros nucleares son un elemento importante.
Alireza Nader, analista de Rand Corporation, advierte en un intercambio de correos electr¨®nicos que el ¨¦xito de la cumbre de los No Alineados y el activismo iran¨ª ¡°no significa que Occidente est¨¦ perdiendo la batalla diplom¨¢tica. El r¨¦gimen contin¨²a haciendo progresos en el programa nuclear, probablemente para obtener una mejor posici¨®n negociadora. Pero se est¨¢ dando cuenta de que el coste de seguir la senda es cada vez mayor¡±, observa.
Los inspectores reclaman poder acceder a una base militar sospechosa
El impacto de las sanciones occidentales en la econom¨ªa iran¨ª es claro. ¡°El problema, en mi opini¨®n, es que est¨¢n golpeando el objetivo equivocado. Est¨¢n afectando a mucha gente corriente, a peque?as y medianas empresas, que van a la quiebra. Y, a medida en que desaparecen, el poderoso conglomerado econ¨®mico de los Guardianes de la Revoluci¨®n ocupa su sitio¡±, observa Esfandiary.
Ir¨¢n intenta quebrar el aislamiento tejiendo una red de relaciones que le permita sobrevivir a las sanciones financieras y al boicot petrolero decidido por Occidente como represalia por su ambiguo programa nuclear.
Teher¨¢n cultiva con ¨¦xito la relaci¨®n con China, que adquiere buena parte de sus exportaciones en el sector de la energ¨ªa; y colabora y comercia con buenos resultados con los pa¨ªses vecinos, sobre todo el nuevo Irak gobernado por fuerzas chi¨ªes, pero tambi¨¦n ¡ªcon proyectos de oleoductos, gasoductos y ferrocarriles¡ª con los vecinos del Norte y del Este.
En cualquier caso, el r¨¦gimen est¨¢ gestando una nueva fase, que se aclarar¨¢ con el voto de 2013. ¡°La revoluci¨®n empez¨® con un anhelo internacionalista de corte trotskista; continu¨® con un impulso introspectivo y represivo estalinista; pas¨® por una fase de reformismo a lo Gorbachov con la presidencia de Jatam¨ª; y ha aterrizado en el populismo con Ahmadineyad, palad¨ªn de las clases bajas frente a las refinadas clases altas iran¨ªes¡±, relata Toscano. Ahora est¨¢ abierta la partida para definir la pr¨®xima fase. ¡°El r¨¦gimen conserva cierto apoyo, con base en una doble adhesi¨®n: la ideol¨®gica, y la populista. Pero que nadie lo dude. Este es un r¨¦gimen tardorrevolucionario, con un ¨²nico anhelo: sobrevivir¡±, cree Toscano.
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