Obama pide cuatro a?os m¨¢s para consumar su obra

Barack Obama est¨¢ lejos de ser el pasado, lejos de no convencer y conmover a Am¨¦rica. Tan lejos que parece que nunca haya estado ah¨ª. Con voz firme y verbo recio, el presidente de Estados Unidos ha pedido en Charlotte (Carolina del Norte) a sus votantes que le concedan cuatro a?os m¨¢s para llevar a Estados Unidos a ¡°un lugar mejor¡±. Humilde, inteligente al decir que la elecci¨®n de hace cuatro a?os no era sobre ¨¦l sino sobre los ciudadanos, que ellos eran el cambio, Obama ha concedido que la labor que hay por delante es ingente pero que los problemas de EE UU ¡°se pueden solucionar¡± y ¡°lograr los objetivos¡±.

Nadie dijo que fuera f¨¢cil. O r¨¢pido. Ambos adjetivos los ha utilizado Obama para a continuaci¨®n informar de que lo que se juega el pr¨®ximo 6 de noviembre, cuando los ciudadanos acudan a las urnas, es ¡°la opci¨®n m¨¢s clara que se tendr¨¢ que tomar en una generaci¨®n¡±. El presidente ha montado el caso para renovarse en el poder asegurando que se trata de una clara elecci¨®n entre ¡°dos visiones fundamentalmente distintas del futuro¡±.

¡°No me eligieron para que les dijera lo que quer¨ªan o¨ªr¡±, proclam¨® Obama. ¡°Me eligieron para que les dijera la verdad¡±. ¡°Y la verdad es que nos llevar¨¢ algunos a?os m¨¢s resolver los desaf¨ªos que se han ido acumulando durante d¨¦cadas¡±. Bajo aplausos y consignas que le promet¨ªan que le dar¨ªan los cuatro a?os m¨¢s que ped¨ªa, el presidente dijo a las cerca de 20.000 personas que poblaban ¨Centregadas- el recinto Time Warner Arena de Charlotte que les ped¨ªa que apostasen por el futuro. ¡°Les pido que se concentren en una serie de prop¨®sitos para nuestro pa¨ªs ¡ªindustria, energ¨ªa, educaci¨®n, seguridad nacional y d¨¦ficit¡ª, en un plan real que nos llevar¨¢ a la creaci¨®n de empleo [prometi¨® la creaci¨®n de un mill¨®n de nuevos puestos de trabajo], a nuevas oportunidades y a reconstruir nuestra econom¨ªa sobre bases m¨¢s fuertes¡±.

Obama no ha hablado como el candidato que estaba por hacer hace cuatro a?os. Ni necesidad hab¨ªa. Obama ha hablado desde la autoridad que concede sentarse cada ma?ana en el despacho Oval de la Casa Blanca, tomar decisiones, sabedor de que al final del d¨ªa ha hecho un buen trabajo. ¡°Yo soy el presidente¡±, record¨®, a la vez que el auditorio rug¨ªa, concediendo que los tiempos hab¨ªan cambiado desde que habl¨® por primera vez en la Convenci¨®n Dem¨®crata en 2004. ¡°Pero yo tambi¨¦n¡±, dijo haci¨¦ndose todav¨ªa m¨¢s humano de lo que ya lo era hasta ese momento si eso era posible, reconociendo sus errores y citando a Abraham Lincoln: ¡°Me he arrodillado muchas veces, con la sensaci¨®n, pesada como una losa, de que ya no me quedaba otro lugar al que acudir¡±.

Obama ha hablado desde la autoridad que concede sentarse cada ma?ana en el despacho Oval

Ha recordado Obama que tambi¨¦n ha habido logros. Y no pocos. ¡°Promet¨ª acabar con la guerra en Irak y lo hice¡±. ¡°Una nueva Torre se levanta sobre el horizonte de Nueva York, Al Qaeda est¨¢ siendo derrotada y Osama Bin Laden est¨¢ muerto¡±, ha dicho levantando a la gente de sus asientos.

No pod¨ªa ser mejor el discurso del presidente. Perfecto broche de oro para una semana llena de grandes alocuciones. La de Michelle Obama. La de Bill Clinton. Pero Barack Husein Obama sigue siendo el m¨¢s grande y hasta el momento insuperable. Su hoja de ruta para los pr¨®ximos cuatro a?os saca los defectos y colores a un partido Republicano apolillado y con olor a naftalina. Lo dijo Obama: ¡°despu¨¦s de todo, no dices que tu enemigo n¨²mero uno es Rusia ¨Cno Al Qaeda- a menos que est¨¦s atascado en los tiempos de la Guerra Fr¨ªa¡±. As¨ª de diferentes son Barack Obama y Mitt Romney. Dos eras y dos visiones del mundo distintas y contrapuestas.