El ¡®annus horribilis¡¯ del liderazgo chino
La desaparici¨®n p¨²blica del futuro presidente, Xi Jinping, revela una pugna por el poder
China, la segunda potencia econ¨®mica del mundo y el pa¨ªs m¨¢s poblado del planeta, pretend¨ªa que la sucesi¨®n de su liderazgo, prevista para este oto?o, se realizara con ¡°armon¨ªa¡±. Una serie de esc¨¢ndalos, sin embargo, han convertido 2012 en el annus horribilis del Partido Comunista Chino (PCCh) y ti?e de sombras su XVIII Congreso, que debe llevar al poder a la quinta generaci¨®n de dirigentes. La desaparici¨®n de la escena p¨²blica de Xi Jinping, designado sucesor del presidente Hu Jintao, es la nueva nube que enturbia el panorama pol¨ªtico de Pek¨ªn.
La rigidez del protocolo chino admite pocos cambios. Por eso la cancelaci¨®n en el ¨²ltimo momento de la reuni¨®n de Xi Jinping con el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, y la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, el pasado d¨ªa 5, destap¨® toda clase de rumores en un pa¨ªs empe?ado en un secretismo obsoleto. Desde entonces, Xi no ha recibido a ninguna de las personalidades extranjeras que estaban citadas.
Algunos funcionarios indicaron, bajo anonimato, que Xi ten¨ªa problemas de espalda; la disidencia apunta a un infarto de miocardio; y el portavoz del Ministerio de Exteriores, Hong Lei ¡ªel ¨²nico del Gobierno que se re¨²ne a diario con los periodistas¡ª, se limit¨® a repetir que no tiene informaci¨®n al respecto. Los chinos, que desde hace tres a?os est¨¢n enganchados a Weibo (el Twitter chino, con m¨¢s de 300 millones de usuarios) para escapar de la propaganda de los medios oficiales de comunicaci¨®n, trataron de enterarse de inmediato de lo sucedido. En consecuencia, la polic¨ªa cib¨¦rnetica bloque¨® cualquier texto con ¡°dolor de espalda¡±. Tampoco hay acceso para Xi Jinping, ni para los dem¨¢s m¨¢ximos dirigentes chinos.
Acostumbrados a la censura ¡ªseg¨²n un estudio de la Universidad de Harvard publicado el pasado junio, los censores borran el 13% de la informaci¨®n que circula por Internet¡ª, los usuarios de Weibo recurrieron al t¨¦rmino ¡°pr¨ªncipe heredero¡± para averiguar qu¨¦ pasa con Xi. ¡°?Qu¨¦ pasa con el pr¨ªncipe heredero? Lleva 10 d¨ªas desaparecido y todo el mundo se pregunta d¨®nde est¨¢¡±, escribe un internauta, seg¨²n la agencia Reuters.
Tanto dentro como fuera del pa¨ªs, el secretismo con que se maneja el PCCh parece cada d¨ªa m¨¢s anacr¨®nico. Resulta poco serio para un pa¨ªs que ha comenzado a ejercer la influencia que le brinda el haberse convertido en la segunda potencia econ¨®mica, ocultar el dolor de espalda que ha motivado el cambio de agenda de un dirigente.
El ocultismo que cultiva el PCCh da argumentos a la disidencia en el exilio para arremeter contra el Gobierno chino. As¨ª, Boxun.com no tard¨® en sacar una informaci¨®n, que posteriormente levant¨®, sobre que Xi Jinping hab¨ªa sufrido un accidente de tr¨¢fico causado por uno de los fieles de Bo Xilai. El defenestrado Bo era el m¨¢ximo representante de la izquierda radical, alcalde de la municipalidad de Chongqing y el pol¨ªtico m¨¢s popular de China hasta que en marzo pasado estall¨® el esc¨¢ndalo sobre el asesinato del hombre de negocios brit¨¢nico Neil Heywood, por el que la esposa de Bo, Gu Kailai, fue condenada el pasado agosto a la pena de muerte con suspensi¨®n de condena.
El caso Bo fue la primera gran sacudida que sufri¨® el liderazgo chino en este 2012. Bo Xilai, miembro ahora suspendido del Politbur¨®, deber¨ªa haber ascendido en el congreso de este oto?o al Comit¨¦ Permanente del Pol¨ªtbur¨®, el ¨®rgano de nueve esca?os donde se sienta la direcci¨®n colegiada de China.
El segundo campanazo lleg¨® dos meses despu¨¦s, con una carta abierta al presidente chino de un grupo de miembros veteranos del PPCh, en la que se ped¨ªa la destituci¨®n de Zhou Yongkang, uno de los nueve integrantes del Comit¨¦ Permanente y m¨¢ximo responsable de la seguridad china. Por las revueltas aguas del PCCh comenzaban a aflorar asuntos oscuros de Zhou ¡ªmentor de Bo Xilai¡ª, pero el zar de los servicios secretos tuvo recursos para frenar nuevas filtraciones y Hu Jintao, deseoso de una transici¨®n de poderes pac¨ªfica, puso fin al asunto, ya que estaba previsto que Zhou Yongkang abandone la direcci¨®n colegiada en el XVIII Congreso.
Nadie cuestiona a Xi Jinping, hijo de un veterano de la Larga Marcha (1934-1935), que sufri¨® durante siete a?os la barbarie de la Gran Revoluci¨®n Cultural (1966-1976) en una aldea de la provincia de Shaanxi (noroeste del pa¨ªs), pero el retraso en la convocatoria del congreso revela las dificultades de las distintas facciones del PCCh para llegar a un acuerdo sobre los miembros de la direcci¨®n colegiada. Xi es visto como un hombre de consenso, con buenas conexiones en los distintos grupos del PCCh y sin adhesi¨®n a ninguno determinado. Pero la lucha de poderes dentro del partido es tan vieja como el partido mismo.
La ¨²ltima v¨ªctima de esa lucha ha sido Li Jihua, director de la Oficina General del Comit¨¦ Central, destituido el pasado 1 de septiembre. Li era la mano derecha de Hu Jintao en los asuntos del PCCh y el presidente le respaldaba para ascender a uno de los 25 esca?os del Politbur¨® y mantener la influencia de Hu en ese ¨®rgano. Pero el esc¨¢ndalo del mortal accidente del hijo de Li en un Ferrari y su vinculaci¨®n al corrupto exministro de Ferrocarriles acabaron con Li Jihua.
Todo apunta a que Xi Jinping reaparecer¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas y que, tras asumir la secretar¨ªa general del PCCh en ese congreso a¨²n por convocar, ser¨¢ nombrado jefe del Estado por el pleno de la Asamblea Popular Nacional que se reunir¨¢ el pr¨®ximo marzo. Su misi¨®n ser¨¢ hacer frente al creciente descontento social por el abismo abierto entre ricos y pobres, por la rampante corrupci¨®n y por el absurdo secretismo. ?Lo conseguir¨¢?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.