El presidente de la Comisi¨®n propone una federaci¨®n de Estados europeos

La sonrisa m¨¢s franca que ayer se vio en la cara de Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso lleg¨® con el anuncio de algo que hab¨ªa sucedido al margen de las instituciones europeas. Cuando el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, interrumpi¨® la intervenci¨®n de un diputado para anunciar que el Tribunal Constitucional alem¨¢n acababa de dar el visto bueno al fondo de rescate, al presidente de la Comisi¨®n se le vio respirar aliviado en medio de los aplausos de gran parte de los parlamentarios. Barroso acababa de pronunciar el discurso sobre el Estado de la Uni¨®n en el que dibuj¨® su proyecto de UE a corto, medio y largo plazo. Adem¨¢s, aprovech¨® para lanzar una nada velada cr¨ªtica a los l¨ªderes pol¨ªticos.

El portugu¨¦s present¨® un mensaje con el que trat¨® de devolver un cierto optimismo europe¨ªsta a un continente sumido en la depresi¨®n y en las dudas sobre s¨ª mismo. Pero Barroso dej¨® claro que el objetivo de ahondar en la uni¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica pasa por un requisito sine qua non: la solidaridad entre Estados ricos y pobres. ¡°Tenemos que entender que estamos en un mismo barco en medio de una tormenta. Hace falta uni¨®n, sobre todo entre la tripulaci¨®n¡±, dijo en Estrasburgo.

Lo primero y m¨¢s urgente es avanzar en la uni¨®n bancaria, para lo que el Ejecutivo comunitario aprob¨® el martes por unanimidad su propuesta de convertir al Banco Central Europeo en el supervisor ¨²nico de todos los bancos de la Eurozona. Pero Barroso fij¨® tambi¨¦n los pr¨®ximos pasos para una nueva arquitectura institucional que considera imprescindible para superar la crisis econ¨®mica, social y de confianza.

"Es inaceptable presentar las cumbres como combates de boxeo"

Este oto?o llegar¨¢ el documento en el que Bruselas presentar¨¢ sus planes para avanzar en la uni¨®n econ¨®mica y monetaria. La cumbre que reunir¨¢ a los l¨ªderes el pr¨®ximo mes de diciembre deber¨¢ debatir el texto que le presenten el propio Barroso, el presidente del Consejo, Herman van Rompuy, y el Eurogrupo.

La Comisi¨®n dejar¨¢ para 2014, antes de las elecciones europeas, sus planes para cambiar los tratados europeos. La estaci¨®n final del viaje dise?ado por Barroso llegar¨¢ cuando Europa se convierta en una federaci¨®n de Estados naci¨®n. ¡°No un superestado¡±, matiz¨®. A los que le acusan de ser poco realista con esta propuesta, Barroso les pregunt¨® si es m¨¢s realista seguir como hasta ahora, con contribuyentes que rescatan a bancos y que luego son desahuciados de las casas donde viven; o con pa¨ªses en los que m¨¢s de la mitad de los j¨®venes est¨¢n en paro.

Hasta aqu¨ª los planes de futuro. Pero el presidente de la Comisi¨®n tambi¨¦n habl¨® del pasado. Critic¨® a los jefes de Estado y de Gobierno que aprueban resoluciones para desdecirse a las pocas horas; y que presentan decisiones tomadas en los ¨®rganos europeos como si fueron victorias o fracasos. ¡°Es inaceptable presentar las cumbres como combates de boxeo¡±, se?al¨®.

Barroso dej¨® recados para varios Gobiernos de la UE. Primero para Alemania, al que, como socio m¨¢s rico, se dirigi¨® al reclamar solidaridad para los Estados m¨¢s pobres de la Eurozona. Pero hubo m¨¢s mensajes para Angela Merkel. La Comisi¨®n apoya un cambio en los tratados, s¨ª, pero no tiene tanta prisa como la canciller alemana, que pretend¨ªa comenzar con la redacci¨®n de un borrador que avanzara en la uni¨®n fiscal este mismo a?o. Barroso prefiere empezar a redactar este nuevo texto en 2014.

Los pa¨ªses que arrastran los pies a la hora de poner en marcha reformas dolorosas tambi¨¦n recibieron su reprimenda. ¡°Solo con esas reformas se podr¨¢ superar la crisis y mejorar el futuro. Volver al status quo anterior es imposible¡±, se?al¨® Barroso. La Comisi¨®n quiere que Grecia siga siendo parte del euro, pero solo si se compromete a cumplir sus compromisos.

El tercer bloque de reproches lleg¨® para los Gobiernos que prefieren retrasar al m¨¢ximo la integraci¨®n europea. ¡°No ser¨¢n los m¨¢s lentos, los m¨¢s recalcitrantes, lo que marcar¨¢n el paso a los dem¨¢s. No podemos dejar la agenda en manos de los populistas y de los euroesc¨¦pticos¡±, asegur¨®.