Portugal estalla contra los recortes

Algo ha cambiado en Portugal en los ¨²ltimos 10 d¨ªas: la gente ha tomado la calle y el primer ministro, Pedro Passos Coelho, palad¨ªn liberal de la austeridad a machamartillo, se encuentra cada vez m¨¢s solo, aislado y acorralado. El pasado s¨¢bado, una avalancha humana ingente e imprevista se lanz¨® a las calles de 40 ciudades portuguesas a protestar por las nuevas medidas de recorte y por sus ¨²ltimos 15 meses de vida con la troika. Convocados por un pu?ado de asociaciones civiles bajo un eslogan simple (¡°que se vaya al diablo la troika, devolvednos nuestras vidas¡±), organizados por Facebook, sin participaci¨®n de partidos o de sindicatos, la gente por s¨ª sola tom¨® soberanamente la avenida de la Rep¨²blica (m¨¢s de 100.000 personas solo en Lisboa, 500.000 seg¨²n los organizadores) para gritarle ¡°basta¡± al Gobierno. Hubo algunos disturbios frente a la Asamblea Nacional y la sede del FMI y un chico de 21 a?os trat¨® de inmolarse a lo bonzo en Aveiro.

Pero, sobre todo, la marcha fue una aut¨¦ntica marea de jubilados, desempleados, madres, funcionarios, familias, polic¨ªas de paisano, carteros, m¨¦dicos, peque?os comerciantes, j¨®venes melenudos, neojipis, empresarios, viejos luchadores contra la dictadura de Salazar y j¨®venes que abandonaron su casa por la tarde y que se pusieron a gritar juntos que no aguantan m¨¢s, que tienen la sensaci¨®n de que se les est¨¢ expulsando de su propio pa¨ªs. La prensa portuguesa se hac¨ªa eco ayer de la enorme demostraci¨®n de fuerza e indignaci¨®n de los ciudadanos de a pie y comparaban la marcha, por n¨²mero de participaciones y significaci¨®n, con las hist¨®ricas manifestaciones de abril y mayo de 1974 que siguieron a la revoluci¨®n de los claveles y llevaron la democracia a Portugal.

Mientras, el primer ministro recibe no solo el rechazo multitudinario de la calle, sino las cr¨ªticas de muchos sectores de la sociedad desde que el viernes 7 de septiembre anunciara en televisi¨®n una rebaja general de salarios a base de incrementar la cotizaci¨®n de los trabajadores a la Seguridad Social. No solo eso: tambi¨¦n adelant¨® que las empresas, por el contrario, cotizar¨¢n menos, una medida, seg¨²n ¨¦l, encaminada a mitigar el aumento del paro y a mejorar la competitividad. Desde esa noche, peri¨®dicos de uno y otro signo, pol¨ªticos de izquierda, de derecha, exministros, expresidentes, hombres de su propio partido, empresarios afamados, sindicalistas, especialistas en econom¨ªa y hasta obispos han criticado la medida, tachando a Passos Coelho de ser un trasunto siniestro de Robin Hood ocupado en despojar a los pobres de lo poco que tienen para recompensar a los ricos. No solo eso: desde ese viernes fat¨ªdico, sus ministros y el mismo Passos Coelho ven c¨®mo sus comparecencias p¨²blicas se convierten en peque?as manifestaciones de pelotones de ciudadanos indignados que lanzan huevos o tomates, zarandean coches oficiales o, simplemente, enarbolan pancartas en las que se lee un insulto que gana popularidad por momentos: gatunos (ladrones).

Las manifestaciones del s¨¢bado han sido de las mayores desde la revoluci¨®n de los claveles

Passos Coelho ha tratado personalmente de conjurar el fen¨®meno en dos ocasiones. La primera en un mensaje personal en Facebook que ha acabado machacado por m¨¢s de 50.000 comentarios, la mayor¨ªa directamente insultantes. La segunda, hace cuatro d¨ªas, en una entrevista en televisi¨®n en la que trat¨® de convencer a sus compatriotas ¡ªsin mucho provecho a juzgar por el ¨¦xito de las manifestaciones del s¨¢bado y el contenido de los editoriales de la prensa¡ª de las razones y las bondades de esta especie de trasvase de fondos del trabajador a las empresas. Entretanto, se cuartea la coalici¨®n gubernamental (el conservador PSD de Passos Coelho gobierna con la ayuda parlamentaria de los democristianos del CDS). Paulo Portas, l¨ªder de esta formaci¨®n y ministro de Asuntos Exteriores, guard¨® durante todo ese tiempo un sospechoso y muy comentado silencio. Solo ayer asegur¨® que ten¨ªa una opini¨®n contraria a la del primer ministro y que si no bloque¨® la decisi¨®n fue para no entorpecer las negociaciones con la troika.

Los sindicatos ya hablan de huelgas generales. Y el siempre tambaleante (aunque existente) consenso con el Partido Socialista portugu¨¦s ¡ªalgo muy ensalzado por la troika¡ª ha saltado en pedazos. Ant¨®nio Jos¨¦ Seguro, l¨ªder del PS, ya ha anunciado que votar¨¢ en contra del presupuesto y califica al Gobierno como de ¡°factor desestabilizador¡±. Incluso las propias filas de Passos Coelho se desestabilizan. As¨ª la exministra y expresidenta del PSD, Manuela Ferreira Leite, contraria a la deriva del actual Gobierno, en una suerte de apelaci¨®n al mot¨ªn ha animado a los diputados de la mayor¨ªa a ¡°votar en conciencia¡±.