EE UU saca a un grupo disidente de Ir¨¢n de la lista de organizaciones terroristas
Teher¨¢n teme que EE UU use a los Combatientes del pueblo para hacer sabotajes en su territorio
Ir¨¢n teme que EE UU pretenda utilizar a los Muyahidin-e Jalq (Combatientes del Pueblo) para realizar sabotajes dentro de su territorio, tras la decisi¨®n de sacar a ese grupo de su lista de organizaciones terroristas. Aunque el Gobierno iran¨ª no ha reaccionado a¨²n de forma oficial a la medida, que entrar¨¢ en vigor el pr¨®ximo 1 de octubre, su posici¨®n ha sido recordada por la autorizada voz del diputado Alaeddin Boroujerdi, que preside la Comisi¨®n de Seguridad Nacional y Asuntos Exteriores del Parlamento.
¡°Si Estados Unidos elimina a los Muyahidin-e Jalq de su lista de grupos terroristas demostrar¨¢ que, en contra de lo que dice sobre [su defensa de] los derechos humanos y la lucha contra el terrorismo, ese pa¨ªs es la principal fuente de terrorismo de Estado en el mundo¡±, ha manifestado Boroujerdi, seg¨²n la p¨¢gina web del Parlamento citada por la agencia Efe. El diputado se muestra convencido de que Washington intenta aprovechar la actividad terrorista de esa organizaci¨®n contra la Rep¨²blica Isl¨¢mica.
Parecida preocupaci¨®n ha expresado en EE UU el National Iranian American Council (NIAC), un grupo de presi¨®n enfrentado a los Muyahidin-e Jalq. En un comunicado enviado por email a esta corresponsal, su director de pol¨ªtica, Jamal Abdi, afirma que ¡°abre la puerta a que el Congreso les financie para que realicen ataques dentro de Ir¨¢n¡± y ¡°aumenta la posibilidad de guerra con Ir¨¢n¡±. El NIAC llega incluso a comparar a los Muyahidin con Ahmed Chalabi, el exiliado iraqu¨ª que contribuy¨® a convencer al Gobierno de Bush para que invadiera Irak.
Los Muyahid¨ªn Jalq, tambi¨¦n conocidos en Occidente por las siglas inglesas MKO, son un oscuro grupo de ra¨ªces islamo-marxistas fundado a mediados de los a?os sesenta del siglo pasado. Aunque lucharon contra la dictadura del sha, terminaron enfrentados a la facci¨®n que se hizo con el poder tras la revoluci¨®n de 1979. Acogidos en el exilio por el Irak de Sadam Husein, se alinearon con sus fuerzas durante la guerra que mantuvo con Ir¨¢n entre 1980 y 1988. Fue una decisi¨®n arriesgada que les convirti¨® en traidores a ojos de la mayor¨ªa de los iran¨ªes.
En 1997, durante un breve periodo de distensi¨®n entre Washington y Teher¨¢n, el Departamento de Estado norteamericano les incluy¨® en su lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras por su responsabilidad en la toma de la Embajada de EE UU en 1979 y la muerte de varios ciudadanos estadounidenses durante los a?os anteriores. Tambi¨¦n la UE les consider¨® un grupo terrorista hasta 2008 cuando un controvertido proceso judicial iniciado en el Reino Unido revirti¨® la medida.
El pasado viernes, la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, declar¨® que el cambio de r¨¦gimen del MKO ha sido remitido al Congreso. Fuentes de la oposici¨®n reformista iran¨ª coinciden con el NIAC en que la decisi¨®n va a da?ar a¨²n m¨¢s las relaciones con Washington. Sin embargo, otros analistas estiman que tanto simpatizantes como detractores del grupo exageran su importancia.
¡°No creo que el mundo vaya a cambiar. Las relaciones entre EE UU e Ir¨¢n van a seguir siendo dif¨ªciles, y el MKO va a seguir siendo un culto marginal con escaso respaldo entre los iran¨ªes¡±, defiende Karim Sadjadpour, un experto del Carnegie Endowment for International Peace.
Desde el NIAC, al igual que desde los medios iran¨ªes, se hace hincapi¨¦ en la enorme campa?a de presi¨®n que el MKO ha mantenido durante los ¨²ltimos a?os y para la que ha contado con el apoyo, a menudo generosamente pagado, de relevantes ex altos funcionarios estadounidenses. Entre quienes han intervenido a favor de que se le retirara la etiqueta terrorista se encuentran el general James Jones, ex consejero de seguridad nacional de Obama; el ex director del FBI Louis Freeh, el ex embajador ante la ONU John Bolton o el ex fiscal general Michael Mukasey. Todos ellos defienden que el grupo hace tiempo que renunci¨® a la violencia.
Sin embargo, como ha recordado el ex negociador nuclear iran¨ª, Hosein Musavian, ¡°los responsables iran¨ªes llevan tiempo convencidos de que los servicios secretos extranjeros, en especial la CIA, el Mosad israel¨ª y el MI6 brit¨¢nico, utilizan a ese grupo para ataques terroristas a cient¨ªficos nucleares, sabotaje de instalaciones at¨®micas y recogida de inteligencia¡±.
El destino de los Muyahidin se convirti¨® en elemento de tensi¨®n entre Washington y Teher¨¢n desde que EE UU invadi¨® Irak en 2003. Entonces, el grupo se declar¨® neutral y acept¨® desarmarse a cambio de que el Ej¨¦rcito ocupante permitiera su permanencia en Base Ashraf, el lugar que les hab¨ªa facilitado Sadam a apenas 70 kil¨®metros de la frontera con Ir¨¢n, como ¡°personas protegidas¡± bajo la Convenci¨®n de Ginebra. Ir¨¢n ya sospech¨® entonces que EE UU intentaba utilizarles como baza para desestabilizar a la Rep¨²blica Isl¨¢mica y les ofreci¨® una amnist¨ªa y un programa de reinserci¨®n al que se acogieron unos pocos centenares.
No obstante, cuando en 2009 EE UU entreg¨® la base a Irak, su situaci¨®n se hizo insostenible. El Gobierno de Nuri al Maliki, que simpatizaba con los deseos de las autoridades iran¨ªes de que se desmantelara base Ashraf, dio un ultim¨¢tum a sus 3.500 residentes para que abandonaran la base, algo que ellos, conscientes de que su dispersi¨®n les har¨ªa perder influencia, se negaban hacer. Dos intentos de asalto por parte de las fuerzas iraqu¨ªes dejaron 49 muyahid¨ªn muertos aquel a?o. Desde entonces, la ONU se implic¨® para buscar pa¨ªses de acogida y ofrecer una salida humanitaria a los afectados.
Significativamente, la decisi¨®n de EE UU de quitarles la etiqueta de terroristas se produce d¨ªas despu¨¦s de que el ¨²ltimo grupo de 680 muyahid¨ªn aceptaran abandonar Ashraf, donde solo van a quedar un centenar de miembros del grupo para vigilar sus propiedades.
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