Bruselas apremia a Portugal a cumplir a rajatabla sus objetivos
Lisboa tendr¨¢ que subir los impuestos o reducir el gasto para cumplir sus objetivos fiscales
Les subieron los impuestos en varias oleadas, les redujeron los sueldos, les bajaron las pensiones, despidieron a funcionarios, recortaron servicios p¨²blicos. Hasta aqu¨ª esa descripci¨®n vale para Portugal, pero tambi¨¦n para Grecia e Irlanda, y empieza a valer para Espa?a, las cuatro econom¨ªas rescatadas ¨Cde momento¡ª y sometidas a curas de austeridad por sus socios europeos. Pero en Lisboa el Gobierno del conservador Pedro Passos Coelho dio un paso m¨¢s en aras de cumplir con los objetivos de d¨¦ficit y recuperar competitividad y se lanz¨® a un experimento social que consiste, en pocas palabras, en quitarle parte del salario al trabajador para d¨¢rselo a su empresa. Y de repente los portugueses, los tipos que venden zapatos, los maestros y los cajeros de supermercado, que hab¨ªan aguantado estoicamente varias dosis de tijeretazos para convertir al pa¨ªs en el mejor alumno de la receta europea anticrisis, salieron a la calle, se plantaron educadamente en una plaza y empezaron a protestar en voz alta. Fin de la paz social y del consenso parlamentario. Economistas, varios grupos pol¨ªticos, sindicatos y patronales est¨¢n contra esa medida (elevar las cotizaciones que pagan los trabajadores del 11% al 18% y bajar la factura a las empresas del 23,75% al 18%). La presi¨®n ha sido tal que el Ejecutivo ha dado marcha atr¨¢s. Pero esas voces de desaprobaci¨®n no llegan hasta Bruselas: la Comisi¨®n inst¨® ayer a Portugal a cumplir lo pactado: ¡°Los objetivos no cambiar¨¢n¡±, dijo un portavoz comunitario.
La Troika (Comisi¨®n, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) neg¨® hace unos d¨ªas haber exigido al Gobierno esa medida, que ha encendido la mecha en Portugal. Bruselas dej¨® claro ayer que Lisboa debe cumplir la meta de d¨¦ficit y eso supone acometer nuevas subidas de impuestos o recortes en el gasto para compensar la eliminaci¨®n de la controvertida propuesta de Passos Coelho. La eurozona acaba de darle un a?o m¨¢s para alcanzar el objetivo de d¨¦ficit del 3% del PIB.
¡°Est¨¢ en manos de las autoridades portuguesas decidir qu¨¦ hacer para cumplir con los objetivos fiscales que se han revisado recientemente, tanto en n¨²meros como en calidad¡±, dijo el portavoz del vicepresidente Olli Rehn en rueda de prensa. En rom¨¢n paladino, ¡°n¨²meros¡± significa recortar el d¨¦ficit al 5% del PIB este a?o y al 4,5% el pr¨®ximo, algo improbable con la recesi¨®n haciendo estragos: el PIB caer¨¢ el 3% este a?o y el 1,5% en 2013, seg¨²n el FMI. Y ¡°calidad¡± supone dar carta blanca a Lisboa para que decida qu¨¦ tipo de recortes, siempre que la m¨²sica guste en Bruselas. La UE quiere medidas preferiblemente por el lado del gasto y que eleven la maltrecha competitividad de Portugal, una de las econom¨ªas que m¨¢s ha sufrido por la irrupci¨®n de China.
Lisboa ha sido hasta ahora el alumno perfecto para Bruselas, Fr¨¢ncfort y Berl¨ªn. Se ha aplicado con la tijera y ha conseguido hacerlo con ampl¨ªsimos acuerdos pol¨ªticos y sociales. Ha recogido incluso algunos frutos de ese r¨¦gimen severo: los tipos de inter¨¦s de su deuda est¨¢n lejos de los m¨¢ximos alcanzados, y la balanza comercial (la diferencia entre exportaciones, que han aumentado ligeramente, y unas importaciones hundidas) es positiva por primera vez desde la II GuerraMundial, en esa b¨²squeda desesperada por apartarse del modelo griego. Una cura de manual, salvo por el hecho de que hay un segundo manual: los recortes portugueses, combinados con los del resto de Europa, han sumido a la econom¨ªa en una especie de depresi¨®n social: profunda recesi¨®n, paro al alza, demanda interna inexistente y, en fin, batacazo de los ingresos p¨²blicos. Pese a huir del paralelismo con Grecia como de la peste, al final Portugal se heleniza a toda velocidad: Lisboa ha fallado exactamente en el mismo momento en que lo hizo Atenas, en la quinta revisi¨®n del programa de ayuda europea, poco m¨¢s de un a?o despu¨¦s de pedir 78.000 millones. No hay suficiente cursiva para escribir esas palabras, ayuda europea: ¡°El Gobierno portugu¨¦s es perfectamente consciente de lo que debe hacer para que el Eurogrupo apruebe el pr¨®ximo desembolso¡±, dijo el ya citado portavoz de la Comisi¨®n. Traducci¨®n bastarda: las primeras dosis de recortes tal vez no hayan funcionado; apliquen una dosis adicional. Y r¨¢pido.
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