?Capriles presidente?
Capriles Radonski ha logrado lo que pareci¨® imposible: poner a Hugo Ch¨¢vez a la defensiva
Es dif¨ªcil exagerar la importancia que para la oposici¨®n democr¨¢tica venezolana significa llegar al final de una campa?a electoral con muy reales posibilidades de ganar las presidenciales del domingo que viene. La impresionante manifestaci¨®n de apoyo al candidato opositor que hoy domingo estremeci¨® a una soleada Caracas subraya el logro mayor de la coalici¨®n opositora: haber sabido aislar el extremismo abstencionista que, hace ya siete a?os, entreg¨® a Ch¨¢vez el control absoluto de la Asamblea Nacional, allanando as¨ª el camino hacia la autocracia que acogota al pa¨ªs caribe?o.
Para quien observe de lejos el proceso pol¨ªtico venezolano puede resultar desconcertante constatar que el candidato que Ch¨¢vez insiste en describir como ¡°de la derecha¡± sea apoyado por todos los partidos venezolanos afiliados a la Internacional Socialista. Lo cierto es que Capriles Radonski no s¨®lo se define a s¨ª mismo como ¡°de centro-izquierda¡±, sino que su hoja de servicio parece confirmarlo. Los programas sociales que Capriles ha echado a andar en el populoso Estado de Miranda del que es gobernador desde 2008, replican, y en muchos casos refinan, haci¨¦ndolas m¨¢s exitosas e incluyentes, las muy publicitadas ¡°misiones¡± (programas sociales) del Gobierno chavista.
Hace pocos meses se?al¨¢bamos en este mismo diario que la candidatura Capriles recoge, para desconcierto del chavismo, la mayoritaria propensi¨®n venezolana al centro-izquierda, algo que la discordia y la polarizaci¨®n pol¨ªtica, azuzadas por Ch¨¢vez, parecieron haber sofocado para siempre. Ello se refleja hoy en las encuestas m¨¢s fiables: a s¨®lo siete d¨ªas de la elecci¨®n, Capriles figura ya en ¡°empate t¨¦cnico¡± con Ch¨¢vez. Algunas de ellas ya otorgan al Flaco una ventaja algo m¨¢s que discreta sobre Ch¨¢vez.
Los programas sociales que Capriles en el Estado de Miranda replican y refinan ¡°misiones¡± (programas sociales) del Gobierno chavista
Sin duda, Capriles Radonski ha resultado un extraordinario candidato que, sorpresivamente, ha logrado romperle el servicio a Ch¨¢vez, logrando lo que durante casi tres lustros pareci¨® imposible: poner al teniente coronel a la defensiva.
Ciertamente, su juventud, unida a una fulgurante carrera pol¨ªtica en la que ha sido exitoso como congresista, alcalde y gobernador estatal, hacen de Capriles un contendiente de cuidado. Pero ser¨ªa injusto otorgarle todo el cr¨¦dito de una exitosa campa?a a las cualidades personales del joven gobernador estatal. Conviene recordar que Capriles logr¨® hacerse con la candidatura unitaria de oposici¨®n luego de ganar en febrero pasado unas elecciones primarias, abiertas a todo el electorado. Lograr poner de acuerdo para ello a varias decenas de partidos y organizaciones de electores que ocupan todo el espectro pol¨ªtico, ha sido la obra maestra de una clase dirigente que, luego de ser literalmente borrada del mapa por el vendaval de votos que llev¨® Ch¨¢vez a la presidencia hace catorce a?os, logr¨® deslastrarse de sus elementos m¨¢s desacreditados y emprendi¨® hace ya varios a?os una larga y tortuosa marcha hacia la concertaci¨®n y la candidatura ¨²nica.
Ello hizo posible el varapalo que en, en las elecciones regionales de 2008, recibi¨® Ch¨¢vez al perder las gobernaciones m¨¢s populosas e importantes del pa¨ªs. Fue gracias a la concertaci¨®n pol¨ªtica que, en 2010, y pese a la artera maquinaci¨®n con que el chavismo modific¨® los distritos electorales, la oposici¨®n obtuvo el 52% de la votaci¨®n.
Es desde esa plataforma, mayoritariamente democr¨¢tica y plural, desde donde parti¨® Capriles Radonski hace apenas noventa d¨ªas en los que ha recorrido m¨¢s de 230 pueblos venezolanos en una febril campa?a basada en el contacto personal que ha logrado neutralizar el desaforado ventajismo del gran televangelista bolivariano hasta el punto de que, a siete d¨ªas de los comicios, no es disparatado imaginarlo como el nuevo presidente de Venezuela.
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