Las sanciones ahogan a los ayatol¨¢s
El desplome de la moneda desencadena disturbios en el Gran Bazar de Teher¨¢n Ahmadineyad denuncia una "guerra econ¨®mica planetaria" contra Ir¨¢n
El desplome del rial desat¨® este mi¨¦rcoles varias protestas en Teher¨¢n. Para algunos analistas, es un indicio de que los efectos de las sanciones empiezan a traducirse en presi¨®n pol¨ªtica sobre las autoridades. Muchos negocios del Gran Bazar cerraron mientras centenares de personas, al parecer comerciantes y cambistas, se manifestaban en sus inmediaciones. Un centenar de ellos tambi¨¦n lleg¨® hasta las puertas del Banco Central. La polic¨ªa, movilizada para hacer frente a los especuladores, disolvi¨® ambas concentraciones. En medio de la confusi¨®n, el cambio de divisas qued¨® virtualmente suspendido.
Centenares de antidisturbios se hab¨ªan desplegado desde primera hora de la ma?ana en la calle Ferdowsi y sus aleda?os para disuadir a los cambistas ilegales que habitualmente se dedican a la reventa de divisas en esa zona. La actuaci¨®n policial y el cierre de las casas de cambio desataron una cadena de protestas y enfrentamientos que se extendieron por varias plazas del centro de la capital iran¨ª.
Algunos grupos quemaron cubos de basura y tiraron piedras contra los agentes, que detuvieron a varios participantes, seg¨²n testimonios recogidos por la agencia France Presse. Casi al mismo tiempo, un centenar de due?os de casas de cambio se congregaron ante la sede del Banco Central para protestar por la falta de divisas, seg¨²n inform¨® la BBC en farsi. Los manifestantes, que ped¨ªan la dimisi¨®n del gobernador de esa instituci¨®n y profer¨ªan esl¨®ganes contra el Gobierno, fueron r¨¢pidamente dispersados. Pero el gesto que sin duda m¨¢s inquiet¨® a las autoridades fue el cierre del Gran Bazar.
¡°No tem¨¢is, no tem¨¢is; estamos todos unidos¡±, se oye corear en uno de los v¨ªdeos colgados de Internet a los manifestantes que se adentran en ese laberinto de callejuelas que tradicionalmente ha sido el centro mercantil de Teher¨¢n. Ese eslogan, profusamente repetido durante las protestas que siguieron a la cuestionada reelecci¨®n de Mahmud Ahmadineyad en 2009, alienta la peor pesadilla del r¨¦gimen: que el malestar por la depreciaci¨®n de la moneda y la inflaci¨®n reaviven la contestaci¨®n que puso contra las cuerdas a la Rep¨²blica Isl¨¢mica.
El rial, que lleva un a?o de descensos interrumpidos, ha perdido un tercio de su valor respecto al d¨®lar en los ¨²ltimos diez d¨ªas (al cierre del martes, el ¨²ltimo d¨ªa que estuvieron abiertas las casas de cambio, hac¨ªan falta 36.000 riales para comprar un billete verde). El desplome es en gran medida el resultado de la desconfianza de los iran¨ªes que, ante la inflaci¨®n (oficialmente un 25%) y el empecinamiento de Ahmadineyad en que los bancos no paguen intereses por encima de esa tasa, recurren a comprar divisas para evitar que su dinero siga depreci¨¢ndose. Adem¨¢s, las sanciones internacionales por el programa nuclear han reducido los ingresos del petr¨®leo que son la principal fuente de divisas del pa¨ªs, mermando la capacidad del Banco Central para respaldar la moneda.
Ahmadineyad reconoci¨® el martes el efecto de las sanciones, que tach¨® de ¡°guerra econ¨®mica a escala planetaria¡±, pero insisti¨® en que el pa¨ªs tiene capacidad para sortearlas. En su opini¨®n, el derrumbe del rial es fruto de los especuladores y prometi¨® que las fuerzas de seguridad iban a actuar contra los 22 cabecillas del mercado. No obstante pidi¨® a los iran¨ªes que no cambien su dinero por d¨®lares.
Para algunos analistas, las protestas de ayer son un indicio de que los efectos de las sanciones empiezan a traducirse en presi¨®n pol¨ªtica sobre los dirigentes iran¨ªes. De momento, sin embargo, no parecen darse por aludidos. El l¨ªder supremo, Ali Jamenei, reiter¨® que Ir¨¢n no va a ceder a la intimidaci¨®n econ¨®mica. ¡°El objetivo de las sanciones contra el pueblo iran¨ª es que renuncie [al programa nuclear], pero no va a hacerlo¡±, declar¨® Jamene¨ª en un discurso recogido por la agencia Isna.
En cualquier caso, el cierre del Bazar constituye una se?al de advertencia. Aunque las influyentes familias de mercaderes fueron clave en el triunfo de la revoluci¨®n de 1979, en los ¨²ltimos a?os han visto como el creciente peso econ¨®mico de los Pasdar¨¢n les relegaba a un segundo plano. No es la primera vez que protestan. Ya lo hicieron en julio de 2010 cuando el Gobierno anunci¨® un aumento de los impuestos que les pareci¨® abusivo. Entonces, una mezcla de negociaci¨®n e intimidaci¨®n sell¨® la disputa. Pero ahora el malestar est¨¢ m¨¢s extendido.
A pesar del estricto control de los medios de comunicaci¨®n (esta corresponsal lleva ocho meses tratando de obtener un visado), hay crecientes muestras de descontento. Un grupo de estudiantes universitarios protest¨® ante el Parlamento el pasado lunes al no poder obtener d¨®lares a la tasa de cambio oficial (12.260 riales por d¨®lar) para proseguir sus estudios en el extranjero, seg¨²n informo la agencia semioficial ILNA. En otro gesto tan significativo como inusual, unos diez mil trabajadores han firmado una carta dirigida al ministro de Trabajo en la que se quejan del descenso de su capacidad adquisitiva.
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