Los moderadores tambi¨¦n se enfrentan a un momento decisivo en su carrera

La presi¨®n no puede ser mayor. Frente a ellos se hallan dos aspirantes a la presidencia de la primera potencia mundial. Les ven 60 millones de telespectadores. Deben ser inquisitivos, pero no agresivos. Su obligaci¨®n es calibrar las preguntas, para no ayudar a que la balanza se incline a un lado o a otro. Su labor incluye tambi¨¦n el control del tiempo que se otorga a cada respuesta. Y lo cierto es que con una sola frase, pueden decidir la suerte de toda una campa?a electoral norteamericana. Los moderadores de los debates sufren tanta presi¨®n como los propios candidatos.

Los cuatro presentadores de este a?o han sido elegidos por la Comisi¨®n de Debates Presidenciales, que opera, de forma independiente, desde 1988, y que en total ha organizado seis a?os de cara a cara entre candidatos. Los cuatro son ampliamente respetados en la profesi¨®n, y, aun m¨¢s importante, tienen fama de independientes. En sus comentarios en televisi¨®n no se les percibe un sesgo favorable hacia el campo dem¨®crata o republicano. Este a?o son dos hombres, Jim Lehrer de PBS y Bob Schieffer de CBS, y dos mujeres, Candy Crowley de CNN y Martha Raddatz de ABC, que presentar¨¢ el de vicepresidentes.

Jim Lehrer presidir¨¢ el debate de esta noche en Colorado. Es toda una instituci¨®n en este tipo de encuentros. Se le conoce como ¡°el decano de los moderadores¡±. El de esta noche es su duod¨¦cimo debate presidencial. Tan amplia es su experiencia que en 2011 le dedic¨® un libro de memorias, titulado La Ciudad de la tensi¨®n. ¡°La experiencia es similar a caminar sobre el filo de un cuchillo¡±, escribi¨® Lehrer. ¡°Hay posibilidades de gozo y satisfacci¨®n, y de horror y fracaso, aguardando a los que moderan. Hay tanto en juego que todo queda agrandado en los debates entre presidentes¡±.

Lo sabe muy bien Schieffer, que moderar¨¢ el ¨²ltimo encuentro, que se celebrar¨¢ en Florida el 22 de octubre. Este veterano corresponsal pol¨ªtico ha decidido no cubrir los debates previos al suyo, para que no se le pueda acusar de criticar a un candidato m¨¢s que a otro. Crowley, de CNN, es la primera mujer que presentar¨¢ un cara a cara de presidentes en 20 a?os. Lo har¨¢ el 16 de octubre en Nueva York. En las elecciones de 2008 otra mujer, afroamericana, Gwen Ifill, de PBS, present¨® el encuentro entre los aspirantes a la vicepresidencia Joe Bide y Sarah Palin. La f¨®rmula generalizada es la de tres encuentros entre aspirantes a la presidencia y uno entre los candidatos a vicepresidente.

El primer debate televisivo tuvo lugar en 1960. Enfrent¨® a John F. Kennedy y Richard M. Nixon. Todo EE UU vio el sudor recorrer la faz de candidato republicano, que acab¨® perdiendo las elecciones de aquel a?o. El formato era notablemente diferente al actual. Hab¨ªa un presentador, Howard K. Smith, de CBS, y cuatro comentaristas de las grandes cadenas generalistas de la naci¨®n. No hubo debates en 1964, 1968 y 1972. Los siguientes comicios donde hubo cara a cara televisados fueron los de 1976, en los que Jimmy Carter gan¨® a Gerald Ford.

En el segundo debate de aquellos comicios, una frase ayud¨® a que Ford perdiera la presidencia. ¡°No hay dominaci¨®n sovi¨¦tica de Europa del Este¡±, dijo el entonces presidente. ¡°lo siento, ?puedo seguir con una pregunta?¡±, dijo el comentarista Max Frankel, de The New York Times. ¡°?He entendido bien, se?or? ?Ha dicho que los rusos no emplean Europa del Este como su propia esfera de influencia, y ocupan con sus tropas los pa¨ªses para asegurarse de que es una zona comunista?¡±. ¡°No lo creo, se?or Frankel¡±, dijo el presidente.

La selecci¨®n de los cuatro presentadores de este a?o, todos de raza blanca, ha provocado sonadas protestas. El consejero delegado de Univisi¨®n, Randy Falco, envi¨® una carta la presidenta ejecutiva de la comisi¨®n que los organiza, Janet H. Brown, en la que expresaba ¡°la frustraci¨®n de los millones de hispanos que no ven su voz representada en los pr¨®ximos debates¡±. Lo mismo han hecho diversas organizaciones que representan a la minor¨ªa afroamericana, como la Asociaci¨®n Nacional para el Progreso de las Personas de Color.