?Por qu¨¦ un periodista mexicano tiene que saber hacer un torniquete?
La ONG Art¨ªculo 19 da cursos de seguridad personal a reporteros en M¨¦xico Reporteros sin Fronteras considera que este es el pa¨ªs m¨¢s peligroso para informar
Un alumno levanta la mano y le hace una pregunta al profesor.
¨C?Y si me mandan una amenaza de muerte por email, c¨®mo puedo detectar su IP?
La IP es un n¨²mero que identifica el ordenador desde el que se env¨ªa un mensaje. El profesor explica la manera de rastrear el origen de la amenaza. Estamos en M¨¦xico DF en un curso de seguridad personal para periodistas. En el pa¨ªs m¨¢s peligroso del mundo para hacer periodismo ¨Cseg¨²n Reporteros sin Fronteras¨C el ciberespacio tambi¨¦n es un motivo de preocupaci¨®n para los informadores. ¡°No dej¨¦is que os etiqueten en fotos de Facebook¡±, dice el profesor. Esta red social permite que un amigo ponga tu nombre en una imagen y que otras personas puedan ver con qui¨¦n est¨¢s o d¨®nde est¨¢s. En el curso tambi¨¦n recomiendan a los reporteros usar tel¨¦fonos m¨®viles que cambien de frecuencia a cada llamada para dificultar que los rastreen, o les informan de que existen programas para poner en lenguaje cifrado los documentos que env¨ªen por Internet. A un periodista de un pa¨ªs m¨¢s pac¨ªfico todo esto le puede parecer paranoico, por eso conviene recordar un dato comparativo: desde el a?o 2000 en M¨¦xico han sido asesinados 72 periodistas, cuatro m¨¢s que en la Segunda Guerra Mundial.
El riesgo de un reportero en M¨¦xico no es como en una guerra, es difuso, sin frentes de batalla claros
Hace cuatro a?os que la ONG Art¨ªculo 19 ofrece cursos de seguridad personal a periodistas que trabajan en M¨¦xico. Ricardo Gonz¨¢lez, miembro de la asociaci¨®n, dice que las instituciones p¨²blicas no han contribuido a proteger a los reporteros. Hay regiones de M¨¦xico en las que los narcotraficantes tienen tan amedrentados a los periodistas que incluso les marcan lo que debe aparecer en sus peri¨®dicos y lo que no. En Tamaulipas, tal vez el Estado en el que los medios est¨¢n m¨¢s amordazados, los criminales incluso se permiten el lujo de usar los diarios para anunciar el cumple de sus hijos o el de su amante, seg¨²n cuenta Gonz¨¢lez. En los ¨²ltimos 12 a?os en todo M¨¦xico ha habido 41 ataques a edificios de medios de comunicaci¨®n.
Una reportera del norte del pa¨ªs que acudi¨® al curso intenta explicar qu¨¦ siente un periodista en una zona de riesgo. ¡°En realidad no s¨¦ ni por donde empezar¡±. Pide que no usemos su nombre. En su peri¨®dico tienen un aparato de radio que detecta las conversaciones de los agentes de tr¨¢fico, de los bomberos y de la unidad de rescate de su Estado, de manera que ellos se enteran de lo que pasa y van a prisa al lugar de la nota roja. ¡°Llegamos casi al mismo tiempo que la polic¨ªa¡±, dice la periodista. ¡°El riesgo, poco com¨²n pero latente, es que los agresores regresen a la escena del crimen, o que lleguemos mientras las detenciones est¨¢n en proceso y nos quedemos en fuego cruzado¡±. Tambi¨¦n tiene problemas con la polic¨ªa. Explica que lo normal es que le pidan a los periodistas ¡°de buen modo¡± que se retiren de la zona o que no les hagan fotos, pero en ocasiones, seg¨²n dice, los golpean. Seg¨²n datos de Art¨ªculo 19 las autoridades han cometido un 60% de las agresiones a reporteros que han documentado en los tres ¨²ltimos a?os.
Otro periodista an¨®nimo que estuvo en el curso coincide en que una de las situaciones m¨¢s peligrosas es el momento en que recogen informaci¨®n en el lugar del crimen. ?l recuerda un atentado a un funcionario p¨²blico que tuvo que cubrir hace dos a?os: ¡°Llegu¨¦ minutos despu¨¦s. Sent¨ª miedo. Aquello estaba despoblado y no sab¨ªamos si los actores del ataque se hab¨ªan dado a la fuga o segu¨ªan en el lugar. Cualquier ruido nos pon¨ªa alerta¡±. Ricardo Gonz¨¢lez resalta que el peligro que acecha a los periodistas mexicanos no es como el de un corresponsal de guerra, sino m¨¢s difuso, sin frentes de batalla ni enemigos uniformados. ¡°Una situaci¨®n de aparente paz se puede volver hostil en cuesti¨®n de minutos¡±.
En el curso se aprende a prevenir los riesgos y a gestionar las emociones
Art¨ªculo 19 parte del supuesto de que los reporteros mexicanos no deben esperar a que nadie los proteja y, con ayuda de miembros de Cruz Roja, les ense?a en el curso cosas m¨¢s propias de un soldado profesional que de un plumilla. Primeros auxilios para casos de quemaduras, hemorragias y fracturas. ¡°Hay que saber que hacer con una herida de bala dependiendo del tipo, si debes aplicar presi¨®n o hacer un torniquete con un pedazo de tela y con un palo para darle vueltas¡±, explica Gonz¨¢lez. Tambi¨¦n les dan algunas pistas de defensa personal. Un instructor les indica, por ejemplo, c¨®mo zafarse de un polic¨ªa que te agarra o que te zarandea. Aprenden supervivencia: c¨®mo recoger agua con el roc¨ªo de las plantas, c¨®mo montarse un refugio con ramas o c¨®mo hacer fuego. Incluso pasan una prueba de p¨¢nico ideada para bomberos. Consiste en entrar en una casa vac¨ªa en la que unas tuber¨ªas echan fuego y calientan las estancias como en un incendio. Los periodistas tienen que recorrer la casa ardiente en hilera, atravesando el humo uno detr¨¢s de otro, y con los ojos vendados.
Adem¨¢s de las lecciones para situaciones extremas hay materias dedicadas al cuidado emocional. En el curso se recomienda a los periodistas que vayan a grupos de autoayuda en los que puedan charlar de sus tensiones con otros compa?eros y aliviar el estr¨¦s. Si el reportero est¨¢ muy da?ado psicol¨®gicamente se sugiere que acuda a un profesional. La angustia del oficio, explica Ricardo Gonz¨¢lez, provoca divorcios, puede llevar al alcoholismo, da insomnio, en algunos casos crea agorafobia (miedo insuperable a estar en lugares p¨²blicos). El curso de Art¨ªculo 19 intenta que los periodistas expuestos a los peligros de M¨¦xico ganen confianza, que sepan c¨®mo echar afuera los traumas, que aprendan a resguardar su informaci¨®n, que conozcan sus derechos para evitar abusos de autoridad. Desde su punto de vista, es la mejor manera de ayudarlos, aunque mencionan que existen otros enfoques: seg¨²n Gonz¨¢lez, el Gobierno del Estado de Chihuahua lleg¨® a hacer un par de pruebas piloto para hacer un curso de seguridad, pero al final no lo pusieron en marcha. Una de las ideas que ten¨ªan era ense?arle a los reporteros c¨®mo se usa un arma de fuego.
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