Dirceu, el hombre que aup¨® a Lula
El que fuera considerado uno de los hombres con mayor poder en Brasil podr¨ªa ser condenado hasta a 20 a?os de prisi¨®n
Es una paradoja que Jos¨¦ Dirceu, uno de los pol¨ªticos con mayor poder del pa¨ªs, encarcelado y mandado al exilio por los militares durante la dictadura militar, uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores (PT) y el hombre que llev¨® a Lula al poder y que era considerado su sucesor natural, haya sido condenado por los magistrados del Supremo, casi todos de su partido y pueda volver a la c¨¢rcel, esta vez durante la democracia que ¨¦l contribuy¨® a consolidar.
Dirceu es un personaje casi de novela. Fue deportado a M¨¦xico en 1969 por los militares junto con otros 13 presos pol¨ªticos que fueron canjeados a cambio de la liberaci¨®n del embajador estadounidense, Charles Burke Elbrick que hab¨ªa sido secuestrado por los grupos guerrilleros de extrema izquierda.
El rostro de Dirceu de hoy no es el que ten¨ªa a los 20 a?os, cuando lideraba a los estudiantes universitarios de izquierdas porque se someti¨® a una cirug¨ªa facial radical en Cuba para poder volver a Brasil sin ser reconocido. Con el rostro cambiado, Dirceu volvi¨® de inc¨®gnito a Brasil, para regresar de nuevo a Cuba en 1971 porque los militares segu¨ªan sus pasos.
De vuelta Brasil, en 1975, se refugi¨® en la peque?a localidad de Cruzeiro do Oeste, en el Estado de Par¨¢, donde se cas¨® y tuvo un hijo sin que su mujer conociese su verdadera identidad.
Acabada la dictadura, Dirceu se convierte en uno de los pol¨ªticos m¨¢s destacados del pa¨ªs. Ayud¨® al entonces sindicalista Lula da Silva, a fundar el Partido de los Trabajadores (PT) del que fue tres veces presidente nacional, y desde entonces fue el hombre inseparable del carism¨¢tico tornero al que se propuso llevar a la Presidencia de la Rep¨²blica para formar el primer gobierno de izquierdas del pa¨ªs.
Lula fue candidato a la presidencia en tres ocasiones y consigui¨® la victoria al cuarto intento, en 2003, tras haber completado Dirceu una verdadera metamorfosis del hasta entonces temido sindicalista considerado el terror de empresarios y banqueros. De Dirceu se dijo, con una acertada met¨¢fora, que hab¨ªa sido el hombre ¡°que puso la corbata a Lula¡±.
En efecto convirti¨® al ¡°sapo barbudo¡±, como llamaba la derecha a Lula, en un pol¨ªtico moderado, elegantemente vestido, con la barba recortada y cien trajes de famosos estilistas en su armario.
Lula gan¨® las elecciones en buena parte porque el agudo Dirceu, considerado el segundo m¨¢s poderoso despu¨¦s de Lula, lo convenci¨® para que escribiera la famosa Carta a los brasile?os, en la que se compromet¨ªa a mantener la pol¨ªtica econ¨®mica de su sucesor Cardoso, de marca neoliberal, y a defender la propiedad y la iniciativa privada as¨ª como todas las libertades democr¨¢ticas.
Lula gan¨® las elecciones y Dirceu se convirti¨® en su brazo derecho en el Gobierno. Fue una especie de superministro de la Casa Civil, casi un primer ministro, por el que pasaban todas las decisiones del jefe.
Agudo pol¨ªtico, llegado Lula al poder, Dirceu se dio cuenta de que el primer gobierno de la clase trabajadora no contaba en el Parlamento con los apoyos suficientes para aprobar las grandes reformas y puso en marcha una estrategia para atraer a la esfera del poder a los partidos adversarios.
Seg¨²n ¨¦l lo consigui¨® gracias a un juego de convicci¨®n. Seg¨²n el Supremo, que acaba de condenarlo por delitos que pueden suponerle hasta 20 a?os de c¨¢rcel, lo hizo a trav¨¦s de un complejo esquema de corrupci¨®n con el que soborn¨® a cuatro partidos y a decenas de diputados con dinero p¨²blico distribuido a trav¨¦s de la tesorer¨ªa de su partido.
Tanto Dirceu como sus abogados han insistido hasta el ¨²ltimo momento en la falta de pruebas contra ¨¦l y en el hecho de que no era tan poderoso como se intenta hacer creer hoy.
Otra de las paradojas, sin embargo, que comprobar¨ªan la fuerza de Dirceu ante Lula, la constituye el mismo magistrado del Supremo, Joaquim Barbosa, instructor del proceso que pidi¨® la condena de Dirceu por los cr¨ªmenes de corrupci¨®n activa y formaci¨®n de cuadrilla.
Cuenta Barbosa, el ¨²nico magistrado negro que ha formado parte del Supremo de Brasil, que cuando quiso entrar en la Corte Suprema, le dijeron que el ¨²nico que pod¨ªa convencer a Lula era Dirceu. Barbosa se dirigi¨® a ¨¦l y Dirceu acab¨® convenciendo a Lula de que ser¨ªa una buena imagen para su gobierno progresista, colocar a un magistrado negro en el Supremo. Y ha sido justamente Barbosa, hoy convertido en un h¨¦roe nacional, el que acab¨® convenciendo a la mayor¨ªa de sus colegas de la culpabilidad criminal de Dirceu, el hombre de Lula.
Cuando corri¨® la noticia de que Dirceu, al saber que ser¨ªa condenado podr¨ªa huir del pa¨ªs, respondi¨® diciendo: ¡°la izquierda puede cometer errores pero nunca es cobarde¡±. Adem¨¢s, asegur¨® que no huir¨ªa.
Dicen quienes conocen a Jos¨¦ Dirceu de cerca que es un pol¨ªtico que, como un ave f¨¦nix, siempre acaba resucitando y que por ello seguir¨¢, hasta desde la c¨¢rcel, manteniendo su gran influjo en el Partido de los Trabajadores, dif¨ªcil de imaginar sin ¨¦l y sin Lula.
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