El mejor momento para recordar qu¨¦ es la Uni¨®n
El reconocimiento llega en una profunda crisis, pero tambi¨¦n es un momento para recordar los logros obtenidos
El Nobel de la Paz ha reca¨ªdo en la Uni¨®n Europea en el mejor momento para recordar por qu¨¦ se cre¨® el proyecto, que no fue otro sino el de evitar nuevas matanzas en el Continente donde se han producido las dos guerras mundiales con decenas de millones de muertos. Para ello, hab¨ªa que asentar la democracia, tambi¨¦n en los pa¨ªses del Este, y convertir la defensa de los derechos humanos en el mejor tesoro para exportar al resto del mundo. El mercado ¨²nico, el inter¨¦s econ¨®mico de los socios del club, no ha sido m¨¢s que la zanahoria para lanzar y asentar las primeras fases de una construcci¨®n europea cuyo objetivo ¨²ltimo es la uni¨®n pol¨ªtica de Europa por encima de los intereses nacionales, la creaci¨®n de unos estados unidos de Europa como ¨²nica f¨®rmula para hacer irreversible la paz, la democracia y los derechos humanos. Y de paso, tener un peso en un mundo en el que solo una Europa unida tiene posibilidades de defender sus intereses.
Nada m¨¢s f¨¢cil ¨Cy real- que criticar que el premio llega en un momento de profunda crisis econ¨®mica en una UE insolidaria con los pa¨ªses del sur, incapaz de evitar m¨¢s sufrimientos a los m¨¢s d¨¦biles. El proyecto europeo est¨¢ perdiendo a raudales apoyos en la opini¨®n p¨²blica de casi todos los pa¨ªses, pero especialmente en los que padecen la austeridad a ultranza impuesta desde el norte. Se tambalea la propia existencia del euro, que constituye el mayor avance pol¨ªtico en la UE, mientras los 27 se disponen a cambiar de nuevo el reci¨¦n estrenado Tratado de Lisboa que ya naci¨® muerto. Y, sin embargo, es el momento m¨¢s adecuado para destacar que, por encima de esta marcha atr¨¢s para el proyecto europeo, la UE ha conseguido unos logros impensables hace medio siglo en este continente: jam¨¢s hubo en Centroeuropa un periodo tan largo de paz; diez pa¨ªses del Este que vivieron el rigor dictatorial durante m¨¢s de 40 a?os se unieron al club al que siempre debieron pertenecer para fortalecer sus sistemas democr¨¢ticos; nunca un grupo de pa¨ªses se unieron de forma tan eficaz para defender en todo el mundo los derechos humanos como principio fundamental de sus relaciones exteriores.
La miop¨ªa de los actuales l¨ªderes europeos y el resurgir de los intereses nacionales para que la carga de la crisis solo recaiga sobre algunos est¨¢ poniendo en peligro, en efecto, la moneda ¨²nica europea. Pero si cae el euro, se desmoronar¨¢ tambi¨¦n la Uni¨®n Europea y, sin duda, los europeos ya no tendremos una crisis econ¨®mica en casa, sino una crisis de seguridad, de estabilidad, de valores. Eso es lo que est¨¢ en juego mientras cumbre tras cumbre, ecofin tras ecofin, nuestros representantes solo nos hablan de rescates, primas de riesgo, austeridad y deuda p¨²blica. Siempre nos quedar¨¢ Oslo. Qu¨¦ casualidad m¨¢s nefasta: los mensajes m¨¢s europe¨ªstas, las alertas m¨¢s inquietantes para Europa, nos llegan siempre estos d¨ªas desde fuera de la Uni¨®n Europea.
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