Laura Poll¨¢n: la dama de blanco que salt¨® m¨¢s all¨¢ de su propia sombra
De estatura peque?a, ojos claros y voz firme, Laura Poll¨¢n fue durante a?os uno de los rostros m¨¢s visibles de las Damas de Blanco en Cuba. Maestra de profesi¨®n y activista c¨ªvica por decisi¨®n, particip¨® en la gestaci¨®n y fortalecimiento del m¨¢s importante grupo disidente que tiene hoy la Isla. Este 14 de octubre se conmemora el primer aniversario de su fallecimiento y muchos intentan repasar su legado y el estado actual del movimiento que ella ayud¨® a fundar. Hace doce meses la gran pregunta era si esta agrupaci¨®n femenina podr¨ªa sobrevivir a la muerte de su l¨ªder principal, pero la interrogante ya ha sido despejada.
La actual portavoz, Berta Soler, ha asegurado a este diario que las Damas de Blanco han crecido tanto en n¨²mero como en extensi¨®n a lo largo del pa¨ªs. Si en un principio las actividades organizadas por el grupo se circunscrib¨ªan a La Habana, ahora se extienden tambi¨¦n a Guant¨¢namo, Santiago de Cuba, Matanzas, Holgu¨ªn, Villa Clara y Pinar del R¨ªo. Aunque prefiere no dar una cifra exacta de mujeres afiliadas, estima que superan las 180 en toda Cuba. Mientras hace estas declaraciones, Berta se ve segura, en¨¦rgica. Para ella tambi¨¦n este ¨²ltimo a?o ha significado un cambio importante en su vida. Sobre sus hombros recae ahora una responsabilidad que parece llevar con gusto. Siempre que alude a su predecesora lo hace con cari?o y respeto.
Este domingo, si las dejan llegar, las Damas de Blanco har¨¢n una peregrinaci¨®n especial alrededor de la Iglesia de Santa Rita, en homenaje a Laura Poll¨¢n. Desde las primeras horas de la ma?ana en su sede de la calle Neptuno estar¨¢n abiertas las puertas para todo aquel que quiera brindar sus respetos o firmar un libro de recordatorio a la fallecida l¨ªder. Desde ya, un altar vestido en blanco adorna la esquina de la salita donde vivi¨® y una foto de Laura sonriendo se va llenando de gladiolos alrededor.
Desde el pasado viernes el tr¨¢fico por la calle Neptuno, importante arteria capitalina, haba sido cortado. Justo frente a la sede de las Damas de Blanco se acumulaban partidarios del gobierno que aseguraban estar all¨ª ¡°para conmemorar el 45 aniversario de la muerte de Ernesto Guevara y los 53 a?os de la desaparici¨®n de Camilo Cienfuegos¡±. Ninguno de los consultados hizo alusi¨®n alguna a las mujeres vestidas de blanco que se pod¨ªan observar a trav¨¦s de la puerta entreabierta de la vivienda con el n¨²mero 963. El volumen de la m¨²sica del acto ten¨ªa molestos desde la ma?ana a muchos vecinos. ¡°Yo no s¨¦ por qu¨¦ arman tanto barullo contra mujeres desarmadas y pac¨ªficas¡± declara a este diario un joven, que despu¨¦s reh¨²ye decir su nombre ante el temor a represalias. Mientras, la conga que difunden los altavoces sigue subiendo de tono en todas direcciones.
M¨¢s all¨¢ de su propia sombra
Cuando su esposo fue detenido durante la llamada Primavera Negra de 2003, la vida de esta Laura Poll¨¢n experiment¨® un cambio radical. Pas¨® del anonimato y la rutina dom¨¦stica, a estar en el centro de los elogios de las fuerzas democratizadoras y de los insultos de la prensa oficialista.
El ¨²ltimo domingo de marzo de 2003 un grupo de mujeres vestidas con ropas blancas asistieron por primera vez a la parroquia de Santa Rita, en el hermoso barrio habanero de Miramar. Despu¨¦s de aquello la apacible Quinta Avenida se convirti¨® en escenario de la marcha dominical de este grupo femenino que fue creciendo en n¨²mero y prestigio con los a?os. Su reclamo principal se estructur¨® alrededor de la excarcelaci¨®n de los 75 opositores condenados a largas penas de c¨¢rcel. El gobierno de Fidel Castro hab¨ªa asestado un golpe devastador a la disidencia y lo hab¨ªa justificado jur¨ªdicamente con la Ley 88, tambi¨¦n conocida como "Ley Mordaza". Las acusaciones versaban alrededor de la supuesta implicaci¨®n de los acusados con planes desestabilizadores provenientes de Estados Unidos.
Los familiares de los detenidos en aquella primavera se vieron sumidos en el rechazo de las instituciones y en la suspicacia de sus vecinos y allegados. La creaci¨®n de las Damas de Blanco vino a ser no solo una forma de denunciar lo ocurrido, sino tambi¨¦n de acompa?arse mutuamente en medio del clima de rechazo que la propaganda oficial cre¨® alrededor de ellas. Como en todo grupo humano, r¨¢pidamente comenzaron a aflorar los liderazgos y a perfilarse las estrategias para lograr el objetivo de la excarcelaci¨®n. Fue justamente Laura Poll¨¢n una de las mujeres que sobresali¨® desde el principio, junto a nombres como Blanca Reyes, Miriam Leyva y Gisela Delgado. Se destacaba por su voz paciente, atemperada por la larga experiencia frente a las aulas como maestra. Poco a poco se constituy¨® en la vocera principal de las Damas de Blanco y en su figura m¨¢s reconocida internacionalmente.
En 2005 estas mujeres siempre vestidas de blanco fueron reconocidas con el Premio S¨¢jarov del Parlamento Europeo, pero el Gobierno no les permiti¨® viajar para participar en la ceremonia de entrega. Sin embargo, ellas continuaron sus peregrinaciones de cada domingo y tambi¨¦n otras actividades principalmente en la ciudad de La Habana. La sede del grupo se defini¨® tambi¨¦n en la Calle Neptuno, en la humilde casa de Laura Poll¨¢n. Los m¨ªtines de repudio arreciaron contra ellas y tambi¨¦n los ataques en los medios oficiales. Era raro el mes en que no apareciera alg¨²n programa televisivo que las acusara de ¡°asalariadas del imperio¡± o las calificara con el agresivo ep¨ªteto de ¡°Damas de Verde¡±. El asesinato de la reputaci¨®n y la lapidaci¨®n p¨²blica de su imagen ha sido uno de los m¨¦todos m¨¢s usados contra las Damas de Blanco. Laura Poll¨¢n fue el objetivo predilecto y sistem¨¢tico de esas difamaciones.
Entre 2010 y 2011 el gobierno cubano llev¨® a cabo una proceso de excarcelaciones, en el que la Iglesia Cat¨®lica y la canciller¨ªa espa?ola hicieron el papel de mediadoras. Fueron liberados los prisioneros de la Primavera Negra que quedaban tras las rejas. Muchos marcharon al exilio en Espa?a y otros pocos decidieron permanecer en Cuba. Las Damas de Blanco tuvieron que redefinir su papel c¨ªvico y se erigieron entonces como un movimiento de derechos humanos que trasciende hoy sus preceptos iniciales. La sede del movimiento sigue siendo el domicilio de Laura Poll¨¢n.
Cuando Laura Poll¨¢n fue ingresada de urgencia en un hospital habanero, muy pocos creyeron que se tratara de un situaci¨®n terminal. La fortaleza de ¨¢nimo de esta peque?a mujer daba a entender que se recuperar¨ªa r¨¢pidamente. Pero en la noche del 14 de octubre la noticia de su fallecimiento consternaba a toda la comunidad disidente cubana. Aunque el reporte m¨¦dico asever¨® que la causa de la muerte fue una insuficiencia respiratoria, las dudas rodean a¨²n el deceso de la activista.
Cuando expir¨®, ella solo hab¨ªa podido disfrutar durante ocho meses de la compa?¨ªa de su esposo, despu¨¦s de que este estuviera encarcelado por m¨¢s de siete a?os.
Un a?o despu¨¦s
El movimiento femenino y pac¨ªfico que Laura Poll¨¢n ayud¨® a gestar y consolidar muestra se?ales de redefinici¨®n y crecimiento. No parece probable que el Gobierno cubano pueda erradicar a las Damas de Blanco con actos de repudio, con la difamaci¨®n o los arrestos breves. Tampoco se ve cercano el d¨ªa en que las reconozcan y les permitan asociarse legalmente.
Seg¨²n ha asegurado Berta Soler a EL PA?S, ¡°ahora la represi¨®n es m¨¢s grande y m¨¢s fuerte¡±. Y esa declaraci¨®n la ha hecho en la sala donde hace un poco m¨¢s de un a?o Laura Poll¨¢n se sentaba, hablaba, brindaba declaraciones a la prensa¡ viv¨ªa.
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