En esta cumbre, el tama?o importa
Rajoy deber¨ªa pedir compensaciones al perjuicio de atrasar la uni¨®n bancaria
La cuesti¨®n m¨¢s candente que los l¨ªderes europeos abordar¨¢n en esta cumbre es la posibilidad de los rescates europeos directos a la banca. Y la que m¨¢s urge a Espa?a, que de lo contrario deber¨¢ a?adir los 40.000 millones de euros a su deuda p¨²blica. Lo que conlleva un coste de financiaci¨®n en torno a los 2.000 millones anuales. En absoluto despreciables, dan para muchas becas Erasmus, para actualizar muchas pensiones, o para recuperar la ¨²ltima reducci¨®n de las inversiones en infrastructuras.
En la cumbre del 19 de junio se decidi¨® que se pod¨ªa "recapitalizar directamente los bancos" pero s¨®lo "cuando se establezca un mecanismo ¨²nico y efectivo de supervisi¨®n" bancaria encabezado por el BCE. El Eurogrupo y la Comisi¨®n interpretaron que el dinero europeo ser¨ªa el ¨²ltimo responsable ¡ªy no el Tesoro espa?ol¡ª del salvavidas a la banca, y que as¨ª el montante de la ayuda no se contabilizar¨ªa como m¨¢s deuda.
Pero en una mesa camilla facciosa, los ministros de Hacienda alem¨¢n, holand¨¦s y finland¨¦s lo desnaturalizaron el 25 de septiembre. No violaron su apariencia textual, s¨ª su esp¨ªritu e interpretaci¨®n dominante y oficial: el fondo de rescate ¡°podr¨¢ responsabilizarse de los problemas que ocurran bajo el nuevo supervisor, pero los heredados deber¨ªan quedar bajo la responsabilidad de las autoridades nacionales".
La Comisi¨®n y el BCE se aprestaron a apoyar a Berl¨ªn: aquella con argucias leguleyas de r¨¢bula. Este, aplazando a 2014 el inicio "efectivo" de su tarea supervisora, que se supon¨ªa para 2013. Ambos, apoyando a Angela Merkel en tedeum a su (en verdad arduo) esfuerzo por contener al ultra Bundesbank, que combat¨ªa toda operaci¨®n de compra de bonos perif¨¦ricos por el BCE. Los sure?os se han opuesto al escamoteo.
Si se confirma, el acuerdo del 29 de junio se habr¨¢ desle¨ªdo, aunque no conculcado frontalmente, ese matiz. Pero el ciudadano europeo resulta perjudicado por cuanto la presunci¨®n de seriedad de los acuerdos trabados entre sus l¨ªderes se debilita: abono para la incertidumbre. Y el contribuyente espa?ol se llava un varapalo. Razones suficientes como para que Mariano Rajoy no se rinda hoy a la primera de cambio, insista en el pacta sunt servanda, en que hay que honrar los pactos, para en todo caso al final lograr una compensaci¨®n por carambola. ?Cu¨¢l?
Por ejemplo, presupuestaria. Veamos. El presidente Van Rompuy propone como conclusi¨®n de la cumbre unas cuantas medidas de enorme inter¨¦s que apuntan a una plena uni¨®n econ¨®mica y... tambi¨¦n pol¨ªtica: de control democr¨¢tico sobre la pol¨ªtica econ¨®mica a unificar.
Entre ellas, destaca el avance hacia ¡°un marco presupuestario integrado de la eurozona¡±, que incluya cierta ¡°solidaridad fiscal¡±, ese pseud¨®nimo de mutualizar deuda o emitir eurobonos.
Pues bien, desarr¨®llese ese presupuesto de los pa¨ªses del euro, compatible con el de los 27. Incorp¨®rese ya el principio de una partida de ayuda de urgencia a los presupuestos de los pa¨ªses tambaleantes, de forma, por ejemplo, que sus recortes en inversiones de futuro (tecnolog¨ªa, I+D, programa Erasmus) sea compensada por los dem¨¢s. Eso es solidaridad fiscal y eso es lo que hace el presupuesto federal de los EEUU, a mansalva cuando un Estado federado quiebra: no se le rescata la deuda, se financian sus programas presupuestarios devenidos incumplibles por culpa de la quiebra. Eso por la parte del gasto.
Por la del ingreso, lo ideal es que ese presupuesto se alimentase con el impuesto sobre las transacciones financieras, la resucitada tasa Tobin, por su car¨¢cter transnacional y su potencia recaudatoria. Pero para ello deber¨ªan apuntarse a ella todos los de la moneda ¨²nica.
En este asunto, el tama?o importa. Un presupuesto como el actual, del 1% del PIB, es rid¨ªculo. En EEUU ¡ªaunque las competencias federales que ejecuta la federaci¨®n son m¨¢s amplias¡ª supera el 20% del PIB.
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