Merkel, frente a todos
La canciller alemana insiste en avanzar hacia la uni¨®n fiscal y en dotar de poderes a un supercomisario econ¨®mico para vetar presupuestos nacionales

La canciller Angela Merkel dejar¨¢ para jueves, su declaraci¨®n de Gobierno sobre la cumbre europea, pero su Ejecutivo lleva d¨ªas emitiendo se?ales de colisi¨®n con los socios. La primera es el retraso del organismo de supervisi¨®n bancaria com¨²n acordado en junio, a cuya entrada en vigor antes de 2014 se opone Alemania. La supervisi¨®n conjunta es una de las condiciones para que el nuevo mecanismo permanente de estabilidad (MEDE) pueda rescatar directamente a los bancos europeos con problemas y los pr¨¦stamos no cuenten como deuda del pa¨ªs beneficiario. Alemania se opone tambi¨¦n a que los rescates ya aprobados puedan restarse de la deuda nacional para quedar a cargo del MEDE. El presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, propone que el organismo supervisor funcione ya a partir del 1 de enero de 2013. Desde el Gobierno alem¨¢n aducen que en el comunicado emitido tras la cumbre de junio no se estipul¨® un calendario concreto para su puesta en marcha. El que haya pensado lo contrario, dicen en Berl¨ªn, ¡°tiene ahora el problema de explicar que se hab¨ªa entregado a una ilusi¨®n¡±.
Menos ilusorio le parece al ministro de Hacienda Wolfgang Sch?uble, democristiano como Merkel (CDU), proponer avances radicales hacia la integraci¨®n europea. Durante un vuelo de regreso a Berl¨ªn desde Asia, el pasado martes, el ministro llam¨® a dar ¡°pasos mayores en el camino de una uni¨®n fiscal¡±. Propone Sch?uble que el comisario Econ¨®mico de la Uni¨®n Europea obtenga una suerte de derecho a veto para regular los presupuestos de los Estados de la Uni¨®n. Si los presupuestos no cumplen las reglas de estabilidad, el veto del comisario podr¨ªa obligar a los Parlamentos nacionales a corregirlos. El cargo que ahora ocupa el finland¨¦s Olli Rehn se convertir¨ªa en uno de los m¨¢s poderosos de Europa. Merkel ha apoyado vagamente la propuesta, aunque la cesi¨®n masiva de competencias presupuestarias a Bruselas tampoco despierte entusiasmos en la coalici¨®n de centro-derecha. Hollande se ha opuesto de lleno. Fuera de Alemania, sus cr¨ªticos acusan a Sch?uble de usar estos envites maximalistas como una cortina de humo con los que disimula sus zancadillas para solucionar problemas inmediatos.
La misma idea ya hab¨ªa provocado tensiones entre la canciller Angela Merkel (CDU) y el entonces presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, que la rechaz¨®. En cualquier caso, para aplicarla habr¨ªa que cambiar los Tratados europeos, un proceso lento y tenso que ayer descartaban tanto en Par¨ªs, segunda econom¨ªa de la Eurozona, como otras fuentes an¨®nimas del Gobierno alem¨¢n, que ven suficiente margen de maniobra en los tratados vigentes.
Los rescates de Grecia y Espa?a no est¨¢n en la agenda oficial. Los mercados financieros anticipaban estos d¨ªas la pronta solicitud de un segundo rescate para Espa?a, pero Alemania evita pronunciarse al respecto y se mantiene en su postura previa de que ¡°no hace falta¡±. Esta semana se han amontonado las informaciones sobre la disposici¨®n espa?ola a pedir un pr¨¦stamo de auxilio al MEDE y conseguir as¨ª que el Banco Central Europeo (BCE) intervenga en los mercados de deuda comprando bonos espa?oles. En Berl¨ªn no quieren darse oficialmente por enterados. Cabe esperar que, aunque los rescates no son asunto de estas cumbres, Alemania y Espa?a aclaren sus respectivas posturas sobre la segunda petici¨®n de socorro europeo por parte del Gobierno de Mariano Rajoy.
Las tensiones previas a la cumbre europea son una radiograf¨ªa de las diferencias entre los socios. Alemania, el pa¨ªs que pone m¨¢s dinero, quiere discutir sobre la Uni¨®n Fiscal y la supervisi¨®n com¨²n de las cuentas p¨²blicas de los socios. En cambio, los pa¨ªses m¨¢s afectados por la crisis quieren volver a discutir sobre la posibilidad de emitir deuda conjunta (bajo la forma de los llamados eurobonos o como eurobills, a m¨¢s corto plazo).
Alemania tampoco es favorable a que los futuros presupuestos comunes europeos adquieran la capacidad de asistir a los pa¨ªses con problemas, como proponen Francia y el presidente del Consejo Europeo Hermann Van Rompuy. Para Berl¨ªn es ¡°demasiado pronto¡± para debatir este tipo de medidas.
En cuanto a Grecia, no se cuenta con decisiones sobre los pagos de los pr¨®ximos tramos de su rescate. Pero tanto la canciller Merkel como el ministro Sch?uble han sugerido que podr¨ªa concederse m¨¢s tiempo para aplicar sus reformas. El mi¨¦rcoles, Hacienda filtraba una propuesta para que el rescate se ingrese en una cuenta griega reservada al pago de intereses y devoluciones a los acreedores. Es otra idea vieja y descartada ya hace meses, que obligar¨ªa a los griegos a financiar por s¨ª mismos los dem¨¢s pagos. Se aplique o no, sugiere que el Gobierno alem¨¢n busca maneras de preservar a Grecia de la bancarrota.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.