Las municipales brasile?as evidencian el desgaste de los grandes partidos
PT y PSDB solo han conquistado las alcald¨ªas de cuatro capitales cada uno
Pasado el primer momento de los resultados definitivos de las elecciones municipales que se acaban de celebrar en Brasil, ya han empezado los an¨¢lisis de los polit¨®logos, que intentan adentrarse en una serie de paradojas que han revelado los comicios.
La primera paradoja es que mientras ha sido la perspicacia del expresidente Lula da Silva la que arranc¨® a la oposici¨®n del Partido de la Social Democracia Brasile?a (PSDB) la mayor ciudad del pa¨ªs, S?o Paulo, el Partido de los Trabajadores (PT) no consigui¨® el mismo resultado, a pesar de que el exmandatario se volc¨® con su apoyo y con el de la presidenta Dilma Rousseff, en otras ciudades de gran relieve como Belo Horizonte, Salvador de Bah¨ªa, Manaos, Recife, Fortaleza y Diamantina. De las 10 mayores capitales del pa¨ªs, el PT solo ha logrado la alcald¨ªa de S?o Paulo.
Se acu?¨® la imagen gr¨¢fica, ya desde los tiempos en que Lula design¨® a dedo a Dilma como candidata a su sucesi¨®n en 2012, de que el carism¨¢tico exsindicalista era capaz de hacer que fuera elegido, si se lo propon¨ªa, hasta a un ¡°palo de la luz¡±.
Y en estas elecciones, el exmandatario, que posee gran sentido del humor, brome¨® diciendo que ¡°poste a poste, el PT va a acabar iluminando a todo el pa¨ªs¡±. No ha sido as¨ª, a pesar de que nadie podr¨¢ quitarle el m¨¦rito de haber conquistado la fortaleza de S?o Paulo, clave en la pol¨ªtica nacional.
Una segunda paradoja es que los grandes partidos se quedan sin hegemon¨ªa en las 26 capitales del pa¨ªs, que se han repartido 11 partidos diferentes.
Los dos grandes partidos tradicionales, el PT y el PSDB, han conquistado solo cuatro capitales cada uno. Y el Partido Socialista de Brasil (PSB), una formaci¨®n que fue siempre considerada minoritaria, ha conquistado cinco y ha aumentado a cien las alcald¨ªas conquistadas desde hace cuatro a?os.
Es la demostraci¨®n de que los votantes, en las municipales, m¨¢s que dejarse arrastrar por ideolog¨ªa de izquierdas, derechas o centro, han elegido para dirigir sus ciudades a gestores, que consideran capaces de administrar bien la ciudad.
Otra paradoja es que a pesar de ocho a?os de Gobierno del PT, con dos personalidades como Lula y Dilma y a pesar de tratarse del partido mejor organizado del pa¨ªs, el opositor PSDB no solo no se ha hundido, sino que ha conquistado m¨¢s alcald¨ªas que el PT: 709 contra 642. En n¨²mero de votos obtenidos, el PT, sin embargo, ha superado al PSDB, con 17.188.748 contra 13.842.265.
Al PT le ha ayudado conquistar la capital con mayor n¨²mero de habitantes del pa¨ªs, S?o Paulo, con 36 millones.
Y una ¨²ltima paradoja es que, contra todo lo previsto, el PT ha perdido casi todas las capitales del nordeste pobre, de donde procede Lula y donde hab¨ªa tenido la hegemon¨ªa del poder desde la llegada del partido al Gobierno, que en estos ocho a?os se ha volcado en la regi¨®n con sus ayudas sociales.
Del mismo modo, el PSDB, votado sobre todo hasta ahora en el sureste, la parte m¨¢s rica del pa¨ªs, esta vez haz perdido all¨ª su poder, en ciudades como S?o Paulo, R¨ªo de Janeiro, Curitiba y Florianopolis.
Los l¨ªderes de los dos grandes partidos del pa¨ªs, el PT y el PSDB, han confesado que ambas formaciones necesitan una ¡°renovaci¨®n a fondo¡± de sus l¨ªderes tradicionales. Los del PT, desgastados al perder el partido su vocaci¨®n de izquierdas y al ver c¨®mo algunos de sus l¨ªderes hist¨®ricos han sido condenados por corrupci¨®n por parte del Supremo. Adem¨¢s, el PT, que se carg¨® a la socialdemocracia, ha dejado atr¨¢s el marxismo y abandonado parte de su programa social y econ¨®mico, abriendo la mano hasta en las privatizaciones, algo que en el pasado era una herej¨ªa para el partido de Lula. Y los del PSDB, desgastados al haberse quedado estos ocho a?os amordazados como oposici¨®n ante los ¨¦xitos econ¨®micos y sociales del Gobierno.
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