Los pa¨ªses del Golfo reconocen a la oposici¨®n como representante de Siria
Los pa¨ªses del Golfo respaldan tambi¨¦n como "representante leg¨ªtimo del pueblo sirio" a la nueva coalici¨®n contra el r¨¦gimen de El Asad
El Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (CCG) ha sido este lunes el primer bloque de pa¨ªses en reconocer a la nueva coalici¨®n opositora siria como representante leg¨ªtimo del pueblo sirio. Arabia Saud¨ª, Catar, Kuwait, Emiratos ?rabes Unidos, Bahr¨¦in y Om¨¢n -miembros del CCG- confirmaron as¨ª su respaldo al cambio de r¨¦gimen en Damasco, una preferencia que, si bien con distinta intensidad, ya hab¨ªan dejado clara desde que el a?o pasado se inici¨® la revuelta contra Bachar el Asad.
¡°Los Estados miembros del CCG declaran su reconocimiento de la Coalici¨®n Nacional Siria de las fuerzas de la oposici¨®n y de la revoluci¨®n (¡) como representante leg¨ªtimo del pueblo hermano sirio¡±, asegura un comunicado difundido por el secretario general del CCG, Abdellatif al Zayani, del que se han hecho eco las agencias de noticias.
El texto anuncia que los integrantes de ese bloque ¡°van a facilitar apoyo a la nueva entidad para que pueda llevar a cabo las aspiraciones del pueblo sirio, con la esperanza de que [el grupo] sea un paso adelante hacia una r¨¢pida transferencia del poder¡±. Esas palabras dan a entender un aumento de la ayuda econ¨®mica y militar que Arabia Saud¨ª y Catar, los dos pa¨ªses m¨¢s implicados en la crisis siria, ya hab¨ªan reconocido estar brindando a los rebeldes. Al Zayani, un exgeneral bahrein¨ª, expresa adem¨¢s su deseo de que el resto de ¡°los estados ¨¢rabes y la comunidad internacional reconozcan [tambi¨¦n] a la coalici¨®n¡±.
La rapidez con que el CCG ha respondido a la formaci¨®n de la coalici¨®n opositora, apenas un d¨ªa antes en Doha, la capital de Catar, no constituye ninguna sorpresa. Desde el inicio de la revuelta siria, en marzo de 2011, ese grupo ha sido muy cr¨ªtico con el r¨¦gimen de Bachar y no ha escondido su preferencia porque fuera relevado al frente del pa¨ªs. El emir de Catar incluso lleg¨® a ofrecer asilo al dictador sirio y a su familia.
Esos gestos est¨¢n lejos de constituir un apoyo a las aspiraciones democr¨¢ticas de los sirios. Tanto los saud¨ªes como el resto de los monarcas de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga han vivido con aprensi¨®n la Primavera ?rabe y a¨²n tratan de protegerse del m¨ªnimo riesgo de contagio. Sin embargo, el r¨¦gimen sirio siempre ha sido una china en su zapato. Desde que Hafez el Asad, el padre del actual mandatario, se pusiera de parte de Ir¨¢n en su guerra con Irak durante los a?os ochenta del siglo pasado, hasta el bombardeo israel¨ª de L¨ªbano en 2006 cuando Bachar les llam¨® ¡°medio hombres¡± por no intervenir en defensa de sus hermanos ¨¢rabes, Damasco siempre ha estado en la trinchera opuesta a sus intereses (salvo un breve acercamiento durante la guerra para desalojar a Irak de Kuwait en 1991).
Ahora, el CCG espera que la nueva Coalici¨®n, establecida tras grandes esfuerzos internacionales para amalgamar las diversas y malavenidas tendencias opositoras que hasta ahora han sido incapaces de coordinarse de forma efectiva, permita ¡°acabar con el ba?o de sangre, proteger la unidad territorial de Siria y poner en marcha un Congreso Nacional que prepare el camino a un Estado sometido a la ley y abierto a todos sus ciudadanos, sin excepci¨®n ni discriminaci¨®n¡±. Tambi¨¦n, aunque no lo diga el comunicado, un Estado que no intente exportar la democracia y mucho menos la ideolog¨ªa islamista que se adivina entre las corrientes con m¨¢s peso.
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