Los rebeldes de Congo se comprometen a dejar antes del viernes la ciudad de Goma
El grupo M23 asegura que cumplir¨¢ lo acordado en Kampala con el Gobierno de Kinshasa
¡°Dejaremos Goma antes del viernes¡±, ha asegurado a este diario el presidente de los rebeldes del M23, Jean-Marie Runiga, despu¨¦s de horas de confusi¨®n por declaraciones contradictorias de los brazos armado y pol¨ªtico de la guerrilla congole?a. ¡°Tenemos una larga lista de peticiones al Gobierno, s¨ª, y exigimos que se cumplan pero por ahora vamos a efectuar lo que acordamos en Kampala [Uganda] y nos retiraremos a 20 kil¨®metros de Goma¡±. Solo si el Ej¨¦rcito les ataca cancelar¨¢n su plan de retirada, ha asegurado Runiga.
En el nuevo territorio rebelde, en la provincia de Kivu Norte, en el este del pa¨ªs, hay minerales cuyo comercio es valorado en millones de euros. T¨¢ntalo, tungsteno, esta?o y oro, entre otros. Entre las minas y sus mineros artesanales, entre el carb¨®n y los civiles que huyen c¨ªclicamente, el M23 se va reposicionando c¨®modamente. Goma, la capital de Kivu Norte, ha capturado la atenci¨®n, aunque para el M23 es m¨¢s importante el interior, donde se encuentran los recursos.
¡°Por ahora vamos a salir de Goma para mostrar a los dirigentes de la regi¨®n que estamos dispuestos a ceder si esto beneficia a nuestro pa¨ªs y a la paz¡±, explica el l¨ªder rebelde. ¡°Nosotros vamos a cumplir nuestra parte pero esperamos que [el Gobierno de] Kinshasa cumpla tambi¨¦n la suya¡±. El M23 va reformulando y ampliando sus reivindicaciones a medida que avanzan los meses. Mientras, militarmente, se va instalando donde m¨¢s les conviene, sin apenas resistencia ni del Ej¨¦rcito congole?o ni de las tropas de Naciones Unidas.
Entre cumbres en Uganda, reuniones teatrales y ruido informativo, y mientras la salida de Goma ha inundado los debates medi¨¢ticos, el M23 se ha hecho fuerte en Mushake, una localidad que se alza entre las bellas monta?as de Masisi. Las vistas privilegiadas que permite su cima dejan ver la carretera que viene de las importantes minas de esta?o de Walikale y que serpentea hasta Goma, a unos 40 kil¨®metros, donde se mercadean los minerales, legal o ilegalmente, antes de saltar unos metros al otro lado de la frontera, hacia Ruanda.
Esta ¨²ltima semana de ocupaci¨®n de Goma ha servido al M23 para tomar el control de la segunda arteria principal de la provincia. Ya ten¨ªan el territorio de Rutshuru, que es la zona que hace frontera con Uganda y Ruanda, sus presuntos socios. Ahora se ha infiltrado en Masisi, que le facilita el acceso a los recursos y mejora su control estrat¨¦gico.
Ocho d¨ªas de ocupaci¨®n
- ?C¨®mo va?
- Va al ritmo del nuevo r¨¦gimen del M23
- ?Y c¨®mo es este ritmo?
- Reservado. Tenemos miedo
En Goma no se esperaban que el M23 llegara a entrar. Los rebeldes han estado patrullando por las calles llenas de polvo y lava seca los ¨²ltimos ocho d¨ªas. Los civiles,?a parte de denunciar desapariciones y amenazas de muerte, cuentan que los insurgentes han entrado en casas para robar. ¡°El M23 ha hecho un llamamiento a los periodistas para que les apoyemos. ?C¨®mo podemos escapar a tal violaci¨®n de la libertad de prensa? ?C¨®mo podemos resistir y seguir viviendo?¡±, se pregunta, asustado, un joven periodista local.
Hay una percepci¨®n generalizada de que el M23 es un movimiento t¨ªtere de Ruanda
¡°Cuando un hombre con dinero y poder llega a tu hogar y se casa con tu madre, est¨¢s obligado a llamarle padre¡±, as¨ª describ¨ªa otro civil la situaci¨®n de ocupaci¨®n de Goma. ¡°?Por qu¨¦ el mundo permite esta invasi¨®n descarada de los ruandeses a nuestro pa¨ªs?¡±, prosegu¨ªa. Entre los ciudadanos hay una percepci¨®n generalizada de que el M23 es un movimiento t¨ªtere de la vecina Ruanda, algo que la ONU tambi¨¦n denuncia.
¡°?Por qu¨¦ el mundo ignora la guerra de Congo?¡±, se pregunta en un art¨ªculo Vava Tampa, co-fundador de Salvar el Congo. Y presenta una ecuaci¨®n escalofriante. Sus muertos, dice, equivalen a tener un 11-S diario durante un a?o, m¨¢s que el genocidio ruand¨¦s, m¨¢s que la limpieza ¨¦tnica en Bosnia a mediados de los 90, m¨¢s que el genocidio en Darfur, m¨¢s que el tsunami del sudeste asi¨¢tico en 2004, m¨¢s que Hiroshima y Nagasaki. Todas ¨¦stas v¨ªctimas mortales, multiplicadas por dos, son el balance de los muertos en el conflicto congole?o.
Las ¨²ltimas horas han estado impregnadas de confusi¨®n, por si el M23 se iba o no de Goma. Pero la poca claridad y el desconcierto es habitual en la guerra que sacude el este congole?o. La mara?a de grupos armados de siglas complicadas y la complejidad con la que se viste estrat¨¦gicamente aburre a periodistas y editores, condenando el peor conflicto del mundo a un olvido absurdo que le permite seguir su curso.
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