Los rebeldes de Alepo se quejan de que el apoyo exterior no se traduzca en armas
Damasco est¨¢ atacando a los insurgentes con misiles Scud Tres artefactos explotan ante el ministerio de Interior en Damasco y causan varios muertos
El reconocimiento exterior a las fuerzas opositoras es un paso necesario pero insuficiente para los rebeldes de Alepo, la segunda ciudad del pa¨ªs, en la que combaten desde hace meses contra el Ej¨¦rcito sirio. Adem¨¢s de declaraciones, los combatientes opositores quieren armas con las que creen que podr¨ªan derribar definitivamente al r¨¦gimen de Damasco sobre todo tras la informaci¨®n del diario The New York Times, confirmada posteriormente por la OTAN, seg¨²n la cual Siria est¨¢ disparando desde hace d¨ªas misiles Scud contra las posiciones rebeldes en el norte. Este movimiento del r¨¦gimen supone una considerable escalada en la guerra.
Mientras tanto, en la capital, que durante meses permaneci¨® ajena a los combates que han ensangrentado el resto del pa¨ªs, se libran ahora intensas batallas. En algunos barrios perif¨¦ricos del suroeste y en puntos estrat¨¦gicos como la carretera del aeropuerto es donde rebeldes y Ej¨¦rcito luchan por el control de Damasco. Este mi¨¦rcoles, tres artefactos explotaron a las puertas del Ministerio de Interior, causando seg¨²n fuentes oficiales un n¨²mero indeterminado de muertos, mientras que un grupo opositor elev¨® la cifra de v¨ªctimas mortales a 25, informa Efe.
Al menos 40.000 personas han muerto desde marzo del a?o pasado, cuando la primavera ¨¢rabe prendi¨® en Siria y dio paso a una sangrienta represi¨®n de la rebeli¨®n que aspira a derrocar al r¨¦gimen. La diplomacia internacional ha sido incapaz hasta ahora de frenar el reguero de muertes en Siria.
Ahmed Idris tiene 25 a?os y se ha pasado a las filas rebeldes en Alepo, dejando atr¨¢s su trabajo en una empresa de venta mayorista de alimentos. Ahora se queja de que desde el extranjero no les llega la ayuda que dice que necesitan. ¡°Ning¨²n pa¨ªs nos est¨¢ ayudando, s¨®lo hablan pero ni nos dan dinero ni nos dan armas", se lamenta este miembro de la Brigada de los M¨¢rtires de 1980, que combate en Alepo.
Idris, Ghandi al Sabha y otros miembros de esta katiba muestran algunas de las armas caseras que usan y que evidencian la escasez y al precariedad del armamento con el que funcionan. Tienen un explosivo parecido a una granada, en el que encienden la mecha y que lanzan con tirachinas gigantes. Los llaman Angry Birds. Dicen que a veces, ya con la mecha encendida, se les cae el explosivo del tirachinas y se tienen que ir corriendo porque les explota all¨ª mismo. Muestran tambi¨¦n un explosivo metido en una especie de tubo met¨¢lico ancho y corto y que pesa casi 40 kilos. Del tubo salen un par de cables. Explican que lo activan por control remoto.
Abu Fida, tambi¨¦n de Alepo lleva siete meses con los rebeldes desde dej¨® la peluquer¨ªa en la que trabajaba. Como Idris, se queja de que no tienen suficiente munici¨®n porque no reciben ayuda del exterior. "Si tuvi¨¦ramos suficientes balas, el ELS [Ej¨¦rcito Libre Sirio] ya habr¨ªa destruido el r¨¦gimen", piensa este joven de 28 a?os, miembro de la Brigada de los Hijos de Saladino.
El l¨ªder pol¨ªtico-militar para el sector oriental de Alepo, que dice llamarse Abu Khalil, asegura que los rebeldes reciben comida y algo de dinero de Turqu¨ªa, Qatar y Arabia Saud¨ª, y medicinas de Egipto y Turqu¨ªa. Cuenta tambi¨¦n que los del Jabhat al Nusra les ayudan en Alepo y que son muy buenos luchadores, pero tambi¨¦n, que una vez que haya ca¨ªdo El Asad deber¨ªan irse. Jabhat al Nusra es una organizaci¨®n islamista que Estados Unidos considera terrorista.
Mientras, en Damasco las fuerzas rebeldes se esfuerzan por desestabilizar el coraz¨®n del r¨¦gimen. Luchan a brazo partido por romper el per¨ªmetro de seguridad con el que el Ej¨¦rcito aspira a proteger a la capital de los ataques rebeldes. Este mi¨¦rcoles, un nuevo atentado puso en evidencia la fragilidad del control gubernamental sobre la capital. Un coche bomba y otros dos artefactos explotaron a las puertas del ministerio de Interior, en Kfar Susa, uno de los barrios del oeste de la ciudad, seg¨²n inform¨® la televisi¨®n estatal sin precisar el n¨²mero de v¨ªctimas que caus¨® el atentado. Kfar Susa es un territorio cuyo control se disputan las fuerzas del r¨¦gimen y los insurgentes.
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