Breivik o el debate sobre la locura
Dos equipos de expertos en psiquiatr¨ªa fueron, junto al asesino y a sus v¨ªctimas, los grandes protagonistas del juicio
Unos 500 noruegos ¡ªadolescentes, j¨®venes¡ª debieron sentir un horrible escalofr¨ªo al o¨ªr los detalles sobre Newtown. El hombre que un d¨ªa de julio de 2011, tambi¨¦n un viernes, intent¨® matarles en la isla de Utoya es el autor de la mayor matanza en solitario. Anders Behring Breivik asesin¨® all¨ª a 69 personas (antes, a ocho m¨¢s en Oslo). Desde entonces est¨¢ en prisi¨®n. Igual que ahora se indagan los motivos del tirador de Newtown; se investigaron los de Breivik. ?l insisti¨® desde el primer minuto en que estaba cuerdo. Y el tribunal que lo juzg¨® le dio la raz¨®n.
El juicio contra este ultraderechista noruego de 33 a?os gir¨® b¨¢sicamente sobre un interrogante: ?Fueron sus cr¨ªmenes fruto de la locura u obra de un hombre consciente de sus actos? El tribunal de Oslo respondi¨®, en agosto pasado, por unanimidad: ¡°El acusado est¨¢ criminalmente cuerdo y debe ser sentenciado a castigo¡±. 21 a?os de c¨¢rcel prorrogables. La otra posibilidad, solicitada por la fiscal¨ªa, era el tratamiento psiqui¨¢trico. Atribuir una matanza a la locura suele ser explicaci¨®n m¨¢s f¨¢cil, la m¨¢s c¨®moda, porque exime al resto de la sociedad de cualquier responsabilidad.
¡°Lo hice en defensa propia¡±, proclam¨® el asesino en la primera vista. Insisti¨® en que mat¨® a aquellos chavales ¡ªa unos, a quemarropa, a otros los venade¨®¡ª, destinados a convertirse en los futuros dirigentes del laborismo, para evitar que el pa¨ªs mantuviera abiertas sus puertas a una supuesta invasi¨®n de inmigrantes en general y musulmanes en particular.
Dos equipos de expertos en psiquiatr¨ªa fueron, junto al perpetrador y a sus v¨ªctimas (con sus escalofriantes testimonios), los grandes protagonistas del juicio porque sus conclusiones eran claramente contradictorias: ¡°Donde los expertos Husby y Sorheim ven ideas delirantes psic¨®ticas, los expertos Aspaas y Torrisen hallan opiniones pol¨ªticas extremas, combinadas con una indiferencia consciente por las opiniones del adversario¡±, explicaba el veredicto. Durante semanas, la salud mental del asesino y la psiquiatr¨ªa en general se convirtieron en un gran tema de debate ciudadano.
Muchos consideraron que la perversa minuciosidad con la que plane¨® sus ataques durante a?os ¡ªla compra al menudeo de los explosivos por Internet, disfrazarse de polic¨ªa¡ª era incompatible con la locura. Pero, incluso inmediatamente despu¨¦s de asistir a la lectura de la sentencia, Caroline Svendsen, 19 a?os, superviviente de Utoya, a¨²n insist¨ªa: ¡°Creo que est¨¢ loco porque para matar as¨ª a 77 personas, para causar tanto da?o a tantos, tienes que estar loco¡±.
Discrepaba de los jueces. Ellos dictaron que Breivik fue capaz de cometer semejantes actos por ¡°la combinaci¨®n de una ideolog¨ªa fan¨¢tica de extremismo ultraderechista, la ingesti¨®n de sustancias estimulantes y la autosugesti¨®n combinada con rasgos patol¨®gicos y anormales¡±. Precisaron que esto solo explicaba ¡°parcialmente¡± sus motivos pero concluyeron: ¡°Queda probado m¨¢s all¨¢ de la duda razonable que el acusado no estaba psic¨®tico¡± cuando puso una bomba en Oslo y se lanz¨® a la caza de los j¨®venes laboristas.
¡°El mal ha visitado esta comunidad¡±, proclam¨® el viernes el gobernador de Connecticut. Ojal¨¢ fuera tan sencillo.
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