I ara qu¨¨ fem? ?Y ahora qu¨¦ hacemos?, se pregunt¨® uno de los asistentes. El profesor Francisco Rubio Llorente fue quien dio el diagn¨®stico. El eminente constitucionalista tiene la f¨®rmula jur¨ªdica para salir del paso, pero el jueves qued¨® claro, por si no lo estaba suficientemente, que no hay gobierno espa?ol ni mayor¨ªa parlamentaria que acepten la mera hip¨®tesis de la consulta a los catalanes sobre su futuro que Rubio Llorente quisiera facilitar. Una parte, la catalana ahora mayoritaria, considera que no hay soluci¨®n al conflicto sin consulta a los catalanes, y la otra, que cualquier soluci¨®n que pueda encontrarse debe excluir de principio la posibilidad de la consulta, al menos solo a los catalanes. Es una apor¨ªa.
Espa?a no es la FAES. Catalu?a tampoco es Converg¨¨ncia. Todos de acuerdo en ambas cuestiones, tras no poco trasiego conceptual, habitual en estos casos; sobre el significado de los pronombres: nosotros, vosotros, ellos; sobre las identidades colectivas y el derecho a tomar la palabra en su nombre; o sobre la voz colectiva e intemporal que permite que alguien hable en nombre de los catalanes de 1640 o de 1714 o de los espa?oles de 1492 o de 1812. Esas identificaciones esencialistas, en las que incurren con mucha facilidad los nacionalistas de m¨¢s largo aliento, no son gratuitas y hacen un buen servicio a la hora de agrupar adhesiones y separar el grano de la paja, es decir, a los tibios y los cr¨ªticos de los entusiastas y creyentes.
Todo esto qued¨® demostrado en el debate, en todas y cada una de las mesas sobre econom¨ªa, lengua y pol¨ªtica, y tambi¨¦n en el di¨¢logo entre Pujol y Gonz¨¢lez. El ¨²nico punto de acuerdo sin fisuras es que hay que seguir hablando. Toda soluci¨®n, si acaso hay soluci¨®n, pasa por el di¨¢logo y el pacto. Incluso la peor soluci¨®n, tambi¨¦n esta pasa por el di¨¢logo. No puede haber ni siquiera independencia si no hay finalmente di¨¢logo y pacto con Espa?a.
El optimismo antropol¨®gico no clausur¨® su ciclo con Zapatero. Lo hay en los dos campos polarizados, en el soberanismo o independentismo y en el inmovilismo o regresismo espa?olista. Pero el com¨²n de los pol¨ªticos, empresarios e intelectuales que asistieron al debate viven la apor¨ªa como lo que es, una angustiante paradoja o un nudo gordiano que solo podr¨¢n deshacer la determinaci¨®n y el coraje de los gigantes pol¨ªticos. Puede que fueran estas virtudes heroicas, hoy tan ausentes, las que permitieron el ¨¦xito de la Transici¨®n.
El tiempo juega en favor de la divergencia, pero el resultado de las elecciones catalanas y la fragilidad de la nueva mayor¨ªa de Gobierno van a dar un peque?o respiro, una ventana de uno o dos a?os. Desde Barcelona est¨¢ muy claro quien tiene que mover ficha. Despu¨¦s de tres negativas a las propuestas que salieron de Catalu?a toca hacer propuestas constructivas desde el Gobierno de Espa?a. Si lo que entra en la ventana de oportunidad est¨¢ en la l¨ªnea de Wert, en las pr¨®ximas elecciones, en dos a?os quiz¨¢s, habr¨¢ una mayor polarizaci¨®n y puede que las mayor¨ªas soberanistas se ensanchen y radicalicen.
Artur Mas finge que los resultados electorales del 25-N nada han cambiado en su hoja de ruta. Pero no es as¨ª. No tiene una legislatura entera ante s¨ª. No ha conseguido el plebiscito personal a su plan y a su negociaci¨®n de t¨² a t¨² con Rajoy, desde una mayor¨ªa absoluta frente a otra mayor¨ªa absoluta. La pluralidad de las urnas, lejos del plebiscito, es un mandato a los pol¨ªticos para que hagan pol¨ªtica, es decir, que hablen, que dialoguen, que pacten. Y tambi¨¦n, por tanto, que se den una segunda oportunidad. Que abran de nuevo las puertas que hab¨ªan dado por cerradas para siempre. Que no desde?en las propuestas federalistas. No se convierte el callej¨®n sin salida en un desfiladero hasta que no se consigue encontrar el paso que se abre al nuevo paisaje. Y esto requiere constancia, paciencia, obstinaci¨®n incluso.
(Este art¨ªculo se public¨® el domingo en el suplemento especial sobre el debate Catalua?a-Espa?a celebrado el jueves 13 de diciembre en el MACBA de Basrcelona, del que Joaqu¨ªn Prieto rindi¨® cuenta en esta cr¨®nica).
Comentarios
?Atzucac! Y todos a bailar al ritmo del chachach¨¢ de ERC.
Hay tres principios elementales de orden sist¨¦mico que, si no se respetan, llevan al conflicto: 1) Pertenencia, 2) Orden de Jerarqu¨ªa, 3) Equilibrio entre dar y tomar. ?Qui¨¦n no los respeta? ?D¨®nde est¨¢n los bloqueos? ?C¨®mo desbloquearlos?Dichos bloqueos suelen ser emocionales e inconscientes. Se sabe que existen por los s¨ªntomas, por las evidencias de que hay algo que no funciona. ?Hasta cuando vamos a estar enganchados en nuestras emociones que nos impiden avanzar? ?Estamos dispuestos, usted y yo, a trabajarlas y a soltarlas? ?Estamos dispuestos a fluir y dedicar as¨ª todas nuestras energ¨ªas a la consecuci¨®n de objetivos buenos para nosotros, las generaciones que nos siguen y para otros que nos necesitan? ?Tenemos miedo a ser poderosos?Identidad ?Cu¨¢l es mi identidad? ?Cu¨¢les son los verdaderos elementos esenciales constitutivos de ella? Si algunos de ellos me llevan a conflictos irresolubles ?Merecen formar parte de mi esencia, de mi identidad?En la vida y en la naturaleza hay muchos caminos por recorrer. ?Qu¨¦ nos hace elegir unos y no otros? ?Qu¨¦ nos inmoviliza o nos lleva al pasado, mientras otros fluyen hacia un buen futuro?
En el fondo, la idea del tarro de las esencias ya est¨¢ caduca. Hoy una persona, ante la apertura de los medios de comunicacion digitales y la red, tiene una vasta ventana desde la cual mirar y comparar. A los jovenes, buscad la libertad con vuestro esfuerzo, no espereis a los cantama?anas de uno u otro lado. Son cantares ya viejos, ideas acumuladas bajo a?os de molicie. Haced vuestro ese futuro, empoderaos y apartadlos y escribid con sudor y alegria un nuevo camino. Es la hora.
Que bien se nos da explicar los problemas de los dem¨¢s. Si algo importante ha conseguido el nacionalismo catal¨¢n ha sido inocular el agente de la pertenencia. Para que un ser pueda sentirse perteneciente a un clan, debe existir al mismo tiempo otro sentimiento de exclusi¨®n. Este mecanismo biol¨®gico, ha sido h¨¢bilmente explotado por los gobernantes desde hace mucho tiempo, pero sobre todo desde el reciente nacimiento de las naciones modernas. En este mecanismo el idioma materno ha jugado un papel preponderante. La relaci¨®n de nuestro organismo con el idioma materno es particular, y va m¨¢s all¨¢ del mero aprendizaje mec¨¢nico de una disciplina intelectual. El lenguaje modela y da forma a nuestra manera de entender y explicarnos el mundo que nos rodea. Muchos de estros pr¨®ceres nacionalistas han tenido, sin embargo, que aprender los idiomas instrumentos del nacionalismo, de mayores. Podemos asegurar por tanto que el aprendizaje a posteriori de estos idiomas son para ellos herramientas, o instrumentos culturales secundarios, que alojan en un lugar diferente de su cerebro, de donde se aloja el idioma materno. La agrupaci¨®n del clan por idiomas es ya un cl¨¢sico. M¨¢s all¨¢ del interesant¨ªsimo debate antropol¨®gico sobre los or¨ªgenes del nacionalismo, lo que a mi m¨¢s me interesa es encontrar una explicaci¨®n biol¨®gica aceptable, al porqu¨¦ de la explotaci¨®n de este mecanismo, y su desarrollo en el organismo. Que inter¨¦s tiene el agente para que sea utilizado por los organismos. La explicaci¨®n la encontramos en la eficacia. Una vez el organismo convencido de pertenencia a algo, y con un potente v¨ªnculo como es el lenguaje, es f¨¢cil reconducir el impulso energ¨¦tico biol¨®gico hacia un fin com¨²n. Estos organismos son en realidad enga?ados por el agente inoculado que opera en ellos de manera tir¨¢nica. Para reforzar el sentimiento de pertenencia, se explota a su vez el de exclusi¨®n. Si nos sentimos pertenecientes a demasiadas cosas, sobre todo si son del mismo g¨¦nero, la eficacia de nuestro esfuerzo y la intensidad de nuestro deseo disminuye y se diluye, debilitando a la comunidad, y haci¨¦ndola vulnerable frente al otro.
Vamos a buscar la soluci¨®n entre todos al encaje de Catalu?a en Espa?a y el de Espa?a en Catalu?a, a ser posible sin faltar al respeto, que ya nos conocemos de antiguo. Que es la falta de respeto, me parece, la causa de todo este l¨ªo, al margen de que haya tambi¨¦n independentistas de anta?o. Tanta broma a costa del pr¨®jimo, tanta exacerbaci¨®n dial¨¦ctica para ganarse a los propios como si el resto fueran ajenos, tanto boicot y tanta gaita, solo puede llevarnos al enquistamiento del conflicto. En lugar de que el paso del tiempo haya creado el poso de nuestra conjunci¨®n como pa¨ªs unido, uy, qu¨¦ bonito suena, cada d¨ªa que pasa se aprovecha para ahondar m¨¢s en la diferencia, pensando, desde un lado, que se est¨¢ a un paso de la separaci¨®n a poco que se apriete un poco m¨¢s el acelerador de la secesi¨®n, al tiempo que en el otro nunca faltan toros bravos que trata de aprovechar la m¨ªnima debilidad para imponer el castigo de la uni¨®n por las bravas. Viva una Catalu?a espa?ola y una Espa?a catalana, vivan una Espa?a y una Catalu?a europeas en esta Europa unida en formaci¨®n. Madre m¨ªa, esto de los vivas es que te hacen parecer un coronel de infanter¨ªa.
La controversia Catalu?a-Espa?a es una controversia ideol¨®gica; ideol¨®gica en el sentido de que se trata de una disputa pol¨ªtica, e ideol¨®gica en el sentido de que responde a los intereses de determinados grupos sociales, grupos que son menos transversales de los que muchos parecen opinar, tanto en Catalu?a como en el conjunto de Espa?a. Lo malo de las ideolog¨ªas es que acaban construyendo un "relato" de la realidad encaminado no a describirla, sino a modificarla y uno acaba discutiendo sobre el encaje de Catalu?a en Espa?a como si estuvi¨¦ramos hablando de una realidad cuando tan solo es una met¨¢fora. Un tipo dice:Catalu?a as¨ª no puede seguir. Otro dice: el camino al que llevan a Catalu?a no conduce a ninguna parte. Y yo me pregunto ?Pero qu¨¦ es Catalu?a? ?Est¨¢ vertebrada o invertebrada? ?Tiene una lengua o dos? ?Acaba en Gerona o en el Rosell¨®n? ?Si quiero hablar con Catalu?a qu¨¦ tel¨¦fono tengo que marcar?
Luego est¨¢ Mas. Mas dice cosas incre¨ªbles. Tampoco creo que Catalu?a sea nunca independiente de Espa?a, pero tampoco hay que descartarlo del todo. Pensar que Espa?a es indivisible es un error como lo fue la creencia de que el ¨¢tomo era indivisible (de ah¨ª su nombre), para tener que reconocer m¨¢s tarde que no, que los ¨¢tomos est¨¢n compuestos por part¨ªculas subat¨®micas, lo le¨ª el la wikipedia. Las palabras son pura contradicci¨®n en su significado. El lenguaje define los l¨ªmites del mundo, y explora lo inexistente. Esta exploraci¨®n puede que no se transforme en una realidad palpable, acaso no la esperada, pero puede que s¨ª. El objetivo dije es la eficacia. Catalu?a es un territorio m¨¢s rico que buena parte del resto de Espa?a y no desea compartir con nadie el esfuerzo del clan. Esto no es ideolog¨ªa sino pura biolog¨ªa. Tras la ret¨®rica ideol¨®gica hueca (escuchen si no a Mas), est¨¢n agazapadas las razones materiales. Everybody knows. Esto no quiere decir que esta apuesta fuera, si se cumple, fiel a la eficacia, la m¨¢xima que la alienta, o que lo fuere durante un tiempo razonable para poderla juzgar como tal. Los organismos tambi¨¦n se equivocan en sus apuestas biol¨®gicas y muchas veces perecen en su intento. Su muerte ser¨¢ aprovechada por el resto de la comunidad biol¨®gica. Las naciones tienen fronteras como el idioma o las monta?as. Las fronteras catalanas no son lo suficientemente altas, se me antoja. Espa?a se parece m¨¢s a B¨¦lgica que a la Alemania de los l?nder. Hasta no hace mucho tiempo, y aunque nos hayan hecho creer lo contrario, los espa?oles no ten¨ªan conciencia de serlo, ni los franceses, ni lo alemanes tampoco. Este concepto de la naci¨®n-estado (Mas), es muy moderno. En la edad media y mucho antes con la rep¨²blica y luego el imperio romano, el sentimiento de pertenencia apenas alcanzaba al clan familiar o acaso de territorios muy peque?os. El tama?o los hac¨ªa fr¨¢giles frente a los ej¨¦rcitos romanos, que decidieron en un momento dotar de ciudadan¨ªa romana a comunidades muy alejadas del poder de Roma, con la intenci¨®n de acogerlas en su seno, y censarlas para obtener los impuestos derivados y los recursos humanos necesarios para mantener la lucha. Las naciones estado modernas apenas si tienen dos siglos de vida. Los ¨²ltimos estados naci¨®n fueron proclamados en los Balcanes. El pr¨®ximo puede ser Palestina, o Catalu?a. Se admiten apuestas.
De CiU a ERiC hay un salto, un peque?o salto para el gigante y un gran paso para el enano. ERC gobierna en minor¨ªa excepcional, al menos un ratito, merced a la mayor¨ªa exigua de CiU.
Tengo entendido/o¨ªdo que la ¨²ltima fase que preve¨ªan los terroristas para consumar su escalada violenta era la del enfrentamiento civil. Parece que estos independentistas, biso?os y avezados, se ven ya preparados para acelerar la fractura civil.
Reunidos para comerse el mundo, acabar¨¢n comi¨¦ndose entre ellos, para gozo del resto. Uno empezar¨¢ comi¨¦ndose la cola del otro mientras ¨¦ste le come la cabeza al uno, hasta confluir cabeza con cabeza. Este ser¨¢ el resultado de este 69 pol¨ªtico. O eso espero. Seguro que s¨ª, tanto enga?o mutuo no puede acabar bien.
Pero cu¨¢l ser¨¢ el nombre final del bipartito, Convergencia con Esquerra, (CiER) Esquerra con Convergencia (ERiC). No lo s¨¦, pero a la U le han dicho ambas turur¨².
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Escribe en EL PA?S columnas y an¨¢lisis sobre pol¨ªtica, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ¡®El a?o de la Revoluci¨®n' (Taurus), sobre las revueltas ¨¢rabes, ¡®La gran verg¨¹enza. Ascenso y ca¨ªda del mito de Jordi Pujol¡¯ (Pen¨ªnsula) y un dietario pand¨¦mico y confinado con el t¨ªtulo de ¡®Les ciutats interiors¡¯ (Galaxia Gutemberg).