La pel¨ªcula sobre la caza de Bin Laden reabre el debate sobre la tortura de la CIA
'La noche m¨¢s oscura' relaciona la tortura con la operaci¨®n en la que muri¨® Osama Bin Laden
La noche m¨¢s oscura, una de las producciones m¨¢s esperadas del a?o, abre con una larga secuencia de tortura. En una c¨¢rcel secreta de la CIA en Pakist¨¢n, se somete a un hombre llamado Ammar (Reda Kateb) a todo tipo de vejaciones. Ensangrentado, se ve desvestido, atado del techo y privado de sue?o con m¨²sica atronadora. Despu¨¦s de ser sometido a ahogamiento fingido y de ser encerrado en una caja ata¨²d, Ammar le ruega a la protagonista, la agente Maya (Jessica Chastain), que le ayude. ¡°Te puedes ayudar a ti mismo diciendo la verdad¡±, le responde ella.
Esa verdad llega en forma de revelaci¨®n despu¨¦s de la tortura. Acabado el calvario, Amman le ofrece a la CIA un nombre: Abu Ahmed Al Kuwaiti, quien resulta ser el mensajero de Osama Bin Laden, clave para que los Navy SEAL lleguen al complejo de Abottabad donde este se refugia.
La noche m¨¢s oscura es una pel¨ªcula de yuxtaposiciones. Abre con los gritos de las v¨ªctimas de los ataques de septiembre de 2011, atrapados en las Torres Gemelas. De all¨ª se pasa a la tortura, que en el gui¨®n emerge como una venganza. Es m¨¢s: la narrativa facilita que el espectador no sienta repulsi¨®n ante los abusos, porque, finalmente, de ellos emerge la pista que lleva hasta el l¨ªder de Al Qaeda.
¡°La pel¨ªcula justifica la tortura. La directora invierte una exorbitante cantidad de tiempo mostr¨¢ndola, no como si fuera un instrumento m¨¢s de la CIA, sino como el instrumento dominante¡±, asegura Karen Greenberg, directora del Centro de Seguridad Nacional en la Universidad de Fordham. ¡°Y en realidad, ?fue la tortura necesaria para llegar a Bin Laden? No. Ese programa de interrogatorios no llev¨® a Bin Laden. Y de hecho fue Barack Obama, al llegar a la presidencia en 2009, quien hizo de cazar a Bin Laden una prioridad. Para entonces, ese programa de interrogatorios ya era historia¡±.
La directora, Kathryn Bigelow, y el guionista, Mark Boal, ambos tambi¨¦n responsables del ¨¦xito de 2008 En tierra hostil, han negado que la pel¨ªcula argumente que la tortura emprendida por la CIA durante los a?os de George W. Bush llevara a la muerte y captura de Bin Laden. Pero muchos de los que la han visto en EE UU, y saben algo de la CIA y sus modos, se permiten disentir. Entre ellos se hallan algunos de los senadores que m¨¢s saben de inteligencia en el Capitolio.
¡°La CIA no supo de la existencia del mensajero de Osama Bin Laden por detenidos sometidos a t¨¦cnicas de interrogaci¨®n coercitiva¡±, aseguran Carl Levin, John McCain y Diane Feinstein, miembros del Comit¨¦ de Inteligencia del Senado, en una carta enviada esta semana al director en funciones de la Agencia, Michael Morrell. ¡°Ning¨²n detenido de la CIA inform¨® del verdadero nombre y la localizaci¨®n espec¨ªfica del mensajero, y ning¨²n detenido identific¨® el complejo en que Osama Bin Laden se escond¨ªa¡±.
Dos d¨ªas despu¨¦s de tomar posesi¨®n de su cargo, en enero de 2009, Obama orden¨® el final de la existencia de c¨¢rceles secretas y de la tortura en la Agencia. El programa, en realidad, lo hab¨ªa anulado Bush en 2006. Obama dijo que su Gobierno no perseguir¨ªa a aquellos agentes que se hab¨ªan limitado a obedecer ¨®rdenes de los asesores legales de la Administraci¨®n previa. En la pel¨ªcula de Bigelow, esos agentes cumplen esas ¨®rdenes con un aplicado esmero.
¡°La pel¨ªcula se toma significantes licencias art¨ªsticas, aunque se define como hist¨®ricamente rigurosa¡±, dijo Morrell, el actual director de la Agencia en funciones, en una carta a sus empleados. ¡°Quiero que sepan que La noche m¨¢s oscura es una dramatizaci¨®n, no un reflejo realista de los hechos. La CIA cooper¨® con los cineastas a trav¨¦s de su Oficina de Asuntos P¨²blicos, pero, como sucede con todos los productos de entretenimiento con los que cooperamos, no tenemos control sobre el producto final¡±.
A Morrell, como a diversos miembros de la Administraci¨®n Obama y destacados legisladores que se han opuesto tradicionalmente a la tortura, les interesa dejar claro que el programa de torturas fue una mancha, algo de lo que olvidarse, y no el motivo por el que el terrorista m¨¢s buscado yace muerto en el fondo del oc¨¦ano.
Aquellos que, bajo Bush, hicieron posible los interrogatorios coercitivos disienten, diciendo que funcionaron, pero que caracterizarlos como tortura es una exageraci¨®n. Es el caso de Jos¨¦ Rodr¨ªguez, quien, dentro de la CIA, dirigi¨® el Centro Antiterrorista y el Servicio Nacional Clandestino, hasta 2007. ¡°La verdad es que nadie result¨® ensangrentado o fue golpeado en el programa de interrogatorios mejorados que yo supervis¨¦¡±, dijo en una reciente tribuna en el diario The Washington Post. (Esa expresi¨®n, ¡°interrogatorios mejorados¡±, es la que suelen emplear aquellos que los ampararon o ejecutaron). ¡°La primera informaci¨®n sustancial sobre el mensajero lleg¨® en 2004, de un detenido que fue sometido a interrogatorios mejorados pero que no sufri¨® el ahogamiento fingido¡±, a?adi¨® Rodr¨ªguez.
Tanto la pel¨ªcula como aquellos que dise?aron el programa de interrogatorios de la CIA asumen ahora un revisionismo que en realidad obvia que Bin Laden cay¨® en 2011, justo dos a?os despu¨¦s de que Obama hiciera su prioridad encontrarle donde se hallara, y de que Bush hubiera abandonado la Casa Blanca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.