Venezuela, un pa¨ªs en coma inducido
La enfermedad de Ch¨¢vez paraliza desde hace un mes la gesti¨®n del Gobierno
El a?o escolar se reanuda este lunes en Venezuela. Con miles de estudiantes en la calle, ser¨¢ el primer indicio de normalizaci¨®n de las actividades despu¨¦s del receso navide?o. Pero esta vez tambi¨¦n servir¨¢ para distinguir cu¨¢nto del sopor que por estos d¨ªas reina en las calles de Caracas se debe a las festividades y cu¨¢nto se ha de achacar al desconcierto que desde fines de a?o impone la incertidumbre sobre la salud del presidente Hugo Ch¨¢vez y su capacidad para tomar posesi¨®n de un tercer mandato el jueves.
Con Ch¨¢vez enfermo en una condici¨®n de cuya gravedad poco se conoce, las autoridades subrogadas, como el vicepresidente y designado sucesor por Ch¨¢vez, Nicol¨¢s Maduro, se han concentrado en la gesti¨®n pol¨ªtica de la crisis. Buena parte del Gobierno adem¨¢s viaja de manera continua en un virtual puente a¨¦reo entre Caracas y La Habana, donde el presidente convalece y, al parecer, se celebran las conversaciones para arbitrar la posible transici¨®n.
Mientras tanto, la conducci¨®n de los asuntos ordinarios del pa¨ªs se mantiene paralizada.
S¨ªmbolo de la situaci¨®n es el nuevo mausoleo para los restos del libertador Sim¨®n Bol¨ªvar, una inmensa estructura de m¨¢rmol y hormig¨®n que sobresale en medio de una de las escasas zonas de aire colonial que quedan al norte de Caracas. Es tan enorme como la controversia que ha generado, primero, por su arquitectura y, luego, por los se?alamientos hechos contra el exministro de la Vivienda y jefe de la Oficina Presidencial de Planes y Proyectos Especiales, Francisco Sesto. Encargado por el propio Ch¨¢vez de la obra, no solo particip¨® en el dise?o del monumento, sino que dio la construcci¨®n a empresas de exsocios suyos.
Su inauguraci¨®n oficial sufri¨® retrasos. Pero el pasado 17 de diciembre lleg¨® una fecha propicia: las obras estaban concluidas y ese d¨ªa, 182? aniversario del fallecimiento de Bol¨ªvar, suced¨ªa a las elecciones regionales, en las que el chavismo obtuvo un triunfo rotundo. Sin embargo, la enfermedad del caudillo bolivariano posterg¨® los planes. Ahora el edificio con vocaci¨®n de elefante blanco yace solitario, sin su glorioso inquilino ni con su promotor que lo reclame.
Desde diciembre abundan en medios informativos y redes sociales las denuncias sobre la paralizaci¨®n de obras de la Gran Misi¨®n Vivienda Venezuela, el programa de construcci¨®n social que, seg¨²n cifras oficiales, complet¨® 200.000 viviendas durante 2012 y que rindi¨® r¨¦ditos electorales al Gobierno.
La escasez de productos de primera necesidad tambi¨¦n se est¨¢ haciendo sentir. Despu¨¦s de numerosas expropiaciones, el Gobierno controla el 50% del mercado minorista de alimentos y un porcentaje similar de la distribuci¨®n, adem¨¢s de cinco millones de hect¨¢reas de cultivo. Sin embargo, productos de primera necesidad como la harina de trigo, el aceite de ma¨ªz o la crema dental no se encuentran en supermercados. La mitad de las empresas manufactureras privadas han desaparecido desde 2002. El Gobierno hace importaciones masivas de alimentos, pero la capacidad de los puertos es insuficiente para recibir tales vol¨²menes.
Hasta su cuarta operaci¨®n en Cuba, durante las convalecencias Ch¨¢vez resolv¨ªa los necesarios asuntos administrativos de Estado mediante resoluciones giradas desde la capital cubana, un m¨¦todo impugnado por algunos juristas puesto que la Constituci¨®n establece que Caracas es la sede de gobierno. La ¨²ltima decisi¨®n de ese tipo la expidi¨® el 4 de diciembre, cuando nombr¨® desde La Habana siete embajadores. Pero el agravamiento del d¨ªa 11 acab¨® con esa posibilidad.
Otras decisiones relevantes parecen requerir de un capital pol¨ªtico y una autonom¨ªa que nadie m¨¢s que Ch¨¢vez tiene. Es el caso de la devaluaci¨®n de la moneda, el bol¨ªvar, que los expertos vaticinan inevitable por unanimidad desde finales de noviembre. Un d¨¦ficit fiscal de casi 20% ser¨ªa su principal causa.
La devaluaci¨®n, en un pa¨ªs que importa buena parte de lo que consume, se transferir¨ªa a la inflaci¨®n, ya alta, con una tasa del 19% anual en 2012. Pero el riesgo de explosi¨®n social y da?o pol¨ªtico es importante. Se trata de una factura que no parecen dispuestos a asumir por s¨ª solos ni el todopoderoso ministro de Planificaci¨®n y mentor de Ch¨¢vez, Jorge Giordani, ni el presidente del cooptado Banco Central, Nelson Merentes, exministro bolivariano. Tal vez ni siquiera un Maduro en la presidencia pueda correr un riesgo semejante, en el marco de una inestabilidad pol¨ªtica e institucional, y aunque las exigencias de fondos de la estructura de asistencia social montada por Ch¨¢vez sean gigantescas.
No es de extra?ar que en un r¨¦gimen personalista los asuntos funcionen as¨ª. Pero el agravamiento de la salud de Ch¨¢vez le pill¨® inadvertidamente en medio de sus esfuerzos por construir, sabedor de su enfermedad, una estructura pol¨ªtica y de gesti¨®n capaz de trascenderle y lograr lo que ¨¦l mismo denomin¨® ¡°la irreversibilidad de la revoluci¨®n¡±.
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