Venezuela posorwelista
Hace tiempo que la verdad en ese pa¨ªs es un extrav¨ªo m¨¢s cercano al chisme que a los hechos
Una realidad ultra analizada reverbera y genera toda clase de sonidos; una bulla con pocas posibilidades de articulaci¨®n armoniosa de algo cierto. La enfermedad y la muerte son temas comunes a nuestra naturaleza, pero leerlas dentro del contexto venezolano, determinado por el caudillismo y las tensiones que produce la polarizaci¨®n pol¨ªtica, impone una mirada desaprensiva. La consigna girada desde el mando pol¨ªtico de la revoluci¨®n pareciera ser, siembra el rumor especulativo para cosechar victorias.
Se tienen muchas lecturas sobre enfermedad del comandante-presidente. Sus posibles consecuencias y el desenlace de la condici¨®n que lo aqueja, determinan la bit¨¢cora de la dial¨¦ctica pol¨ªtica con las m¨¢s variadas interpretaciones; cada una pareciera m¨¢s creativa que la anterior; desproporcionadas, distantes, ir¨®nicas, sarc¨¢sticas; se ha apelado a todas las figuras ret¨®ricas, a los gui?os y al fastidio de un lenguaje oscilante y recurrente para tratar el meollo de la situaci¨®n. ?Cu¨¢l situaci¨®n? ?Cu¨¢l enfermedad? ?Qu¨¦ verdad estamos buscando? Quienes siguen el tema de la santificaci¨®n de Hugo Ch¨¢vez navegan sobre todas las contradicciones contempladas por el materialismo dial¨¦ctico ¡ªparadoja¡ª. Son asaltados por una certeza embarazosa al tratar de contestar las inquietudes expresadas en las preguntas que todo el mundo se formula: se carece de elementos fenomenol¨®gicos para ponderar alguito: en castellano, un sencillo examen de patolog¨ªa y un parte refrendado por un m¨¦dico, para establecer la verdad, pero desde hace tiempo, la verdad en Venezuela es un extrav¨ªo m¨¢s cercano al chisme morboso que a los hechos.
Los organismos de informaci¨®n del Gobierno ejecutan el papel de una gran maquinaria de desinformaci¨®n, cuyo ¨²nico objetivo es diluir y dispersar cualquier posibilidad de constituir sin ambig¨¹edades un hecho. El asesinato de la verdad es el primer objetivo de un propagandista; plantar ideas y hacer que las masas act¨²en de acuerdo a los escenarios prefigurados por los operadores pol¨ªticos ¡ª?religiosos?¡ª, un fin. El Ministerio Popular de Informaci¨®n de tal manera, deviene en el Ministerio Popular para la Desinformaci¨®n y la Propaganda.
La l¨ªnea estrat¨¦gica, o dram¨¢tica, pareciera ser alzarle el volumen al padecimiento, agon¨ªa y probable muerte del comandante presidente, mezclar las distintas capas de la realidad manipulada por la inmensa infraestructura propagand¨ªstica del Gobierno, echar mano a los resabios totalitarios usados por otras experiencias con el fin de preservar el poder para la fe de la feligres¨ªa y a¨²n la de los que se dicen herejes; hacer sombras chinescas, maravillas, folletines y sobre todo mezclar hasta homogeneizar un producto esperado, trabajado y deseado por el estatus quo chavista. El uso y abuso de las televisoras, radios, cadenas, guerrilla comunicacional, concentraciones c¨ªvicas militares y la exposici¨®n dram¨¢tica de?las contradicciones entre los voceros de El Partido en las redes sociales, tiene un predecible fin pol¨ªtico-religioso y no la esperada funci¨®n informativa.
Un gobierno autocr¨¢tico que se ha adue?ado de todas las instituciones del Estado no informa, no dice la verdad; nadie en su entorno goza de libertad para expresarse con espontaneidad; incluso la desaparici¨®n y los rumores sobre la enfermedad, muerte y posible resurrecci¨®n del l¨ªder, aunque parecieran una hip¨¦rbole paranoica de Orwell, son manipuladas por el l¨ªder desde cualquier limbo donde hoy se encuentre ahora y siempre. Aumentar la est¨¢tica y las versiones encontradas sobre un hecho tiene un prop¨®sito: contaminar, como se acostumbra, cualquier situaci¨®n medianamente potable. Y tiene por objetivo desplazar el inter¨¦s nacional hacia donde lo crea necesario y conveniente la revoluci¨®n, la nueva Iglesia, y los vicarios de Ch¨¢vez en la tierra.
Israel Centeno es escritor venezolano, autor de Calletania (Perif¨¦rica).
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