Netanyahu pierde fuerza en la recta final de la campa?a electoral israel¨ª
Las encuestas prev¨¦n una victoria del Likud apoyado por la extrema derecha y partidos religiosos El centroizquierda recorta distancia con respecto a la derecha, m¨¢s cohesionada
A cuatro d¨ªas de las elecciones israel¨ªes, las ¨²ltimas encuestas s¨®lo traen malas noticias para el primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu. Su victoria no est¨¢ en cuesti¨®n. Si un cataclismo pol¨ªtico no lo impide, Netanyahu, alias Bibi, volver¨¢ a ser el m¨¢s votado el pr¨®ximo martes. Pero lo que s¨ª anuncian las encuestas de este viernes es que tal vez no lo vaya a tener tan f¨¢cil para poner en pie una coalici¨®n de Gobierno estable y en la que su dominio le permita hacer y deshacer a su antojo.
Depender¨¢ m¨¢s de sus socios en el Ejecutivo, que, seg¨²n las quinielas de los expertos, podr¨ªa estar formado por la extrema derecha y los partidos religiosos. La inclusi¨®n de partidos de centroizquierda convertir¨ªa la coalici¨®n en algo m¨¢s digerible ante el mundo, algo que Netanyahu no descarta.
Los sondeos publicados este viernes coinciden en que el llamado bloque de centroizquierda ¡ªque no es tal porque en realidad concurre dividido¡ª ha acortado una sorprendente distancia respecto al de la derecha, algo m¨¢s cohesionado. Eso es posible, en parte, porque la alianza que lidera Netanyahu se ha desplomado, hasta al punto de perder hasta 10 esca?os respecto a su actual poder¨ªo en la Knesset, el Parlamento.
Alrededor de un 15% de los votantes permanecen indecisos a cuatro d¨ªas de las elecciones
Con cerca de un 15% de indecisos, la suma de los apoyos que recibir¨ªan todos los partidos de la derecha y extrema derecha es equiparable a la que conseguir¨ªan los de la izquierda. La diferencia radica en que la derecha contar¨ªa adem¨¢s en principio con los votos de las formaciones ultraortodoxas, mientras que resulta bastante improbable que la izquierda opte por cooperar con los partidos ¨¢rabes, sometidos tradicionalmente al ostracismo en la Knesset. As¨ª pues, la victoria de Netanyahu no est¨¢ en tela de juicio. Su fortaleza y la de su coalici¨®n de Gobierno s¨ª. ¡°La cuesti¨®n no es si ganar¨¦ las elecciones, si no si habr¨¢ un direcci¨®n estable frente al volante. Hay gente de aqu¨ª y de all¨¢ que dice: 'Nosotros tambi¨¦n queremos conducir el volante', pero cuando hay demasiadas manos, el coche vuelca¡±, dijo Netanyahu en una entrevista que el diario Maariv public¨® este viernes.
Destacan los analistas el batacazo pol¨ªtico que supone para el primer ministro este desgaste, sobre todo si se tiene en cuenta que fue el propio Netanyahu el que decidi¨® adelantar las elecciones a enero ¡ªel calendario fijaba la convocatoria para el pr¨®ximo octubre¡ª con el objetivo de reforzar su holgada mayor¨ªa y, una vez consolidado su poder¨ªo, embarcarse en complicadas misiones como una posible ofensiva en contra de Ir¨¢n o la extensi¨®n del desaf¨ªo a la comunidad internacional mediante la construcci¨®n en los asentamientos.
Prueba del nerviosismo del primer ministro es su inusual apertura con la prensa. Estos d¨ªas Netanyahu concede entrevistas sin tregua a los medios locales. La idea es frenar a la desesperada la sangr¨ªa de votos y tratar de recuperar a los migrados a la extrema derecha. Presume de que ¡°hay una fuerte representaci¨®n de los colonos en el Likud¡±, su partido, y adelanta que ¡°los d¨ªas en que los bulldozers arrasaban asentamientos han quedado atr¨¢s¡±. Advierte por ¨²ltimo a los electores de que una divisi¨®n del voto de la derecha podr¨ªa propiciar el desembarco de la izquierda en el Gobierno.
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