Testimonio de un chino ¡®reeducado¡¯
Trabajan 10 horas diarias por un euro al mes, hacen instrucci¨®n continua y apenas duermen Muchos de los 310.000 encarcelados sin sentencia son simples cr¨ªticos con el r¨¦gimen de Pek¨ªn
El 19 de marzo de 2011, Huang Chengcheng, un joven de la municipalidad de Chongqing, fue arrestado formalmente por la polic¨ªa, acusado de ¡°conspirar para derrocar al Gobierno¡±. Las pruebas: dos textos que hab¨ªa escrito en el servicio de mensajes cortos QQ, en los que citaba a los amigos a salir a tomar un t¨¦ de jazm¨ªn, al calor de las convocatorias que circularon en Internet en China instando a la gente a pasear en lugares c¨¦ntricos de las ciudades como forma pac¨ªfica de protesta. Sin necesidad de juicio, tribunal ni sentencia, Huang fue enviado d¨ªas despu¨¦s al campo de trabajos forzados Shanping, en Chonqging. El mundo viv¨ªa la eclosi¨®n de las revoluciones ¨¢rabes ¡ªo del jazm¨ªn¡ª, y el Gobierno chino, alarmado ante la posibilidad de un contagio, lanz¨® por todo el pa¨ªs una dura campa?a contra activistas y disidentes. Huang cay¨® as¨ª en el sistema de reeducaci¨®n por el trabajo, que permite a la polic¨ªa encarcelar hasta cuatro a?os sin necesidad de juicio.
¡°Dos mensajes fueron toda la evidencia de mi crimen. Pas¨¦ 21 meses en campos de reeducaci¨®n; hasta las 3.50 de la tarde del 17 de diciembre de 2012¡±, explica por tel¨¦fono. ¡°Pretenden cambiar tu comportamiento. Nos obligaban a cantar canciones revolucionarias, a sentarnos de una determinada forma, a caminar en fila. Nos hac¨ªan formar como en el ej¨¦rcito, nos adoctrinaban. Buscaban cansarnos lo m¨¢ximo posible para que no pens¨¢ramos en nada m¨¢s¡±.
El sistema, inspirado en el modelo sovi¨¦tico, data de mediados de la d¨¦cada de 1950. Originalmente, surgi¨® para encarcelar a ¡°contrarrevolucionarios¡±, ¡°capitalistas¡± y cr¨ªticos con el nuevo Gobierno comunista de Mao Zedong, tras la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Popular China, el 1 de octubre de 1949. Pero, m¨¢s tarde, fue extendido a autores de otros delitos, prostitutas o drogadictos. Es ampliamente utilizado tambi¨¦n contra activistas pol¨ªticos y religiosos, y miembros del movimiento de inspiraci¨®n budista Falun Gong, que Pek¨ªn considera un ¡°culto diab¨®lico¡±, por lo que lo ilegaliz¨® a finales de la d¨¦cada de 1990.
Seg¨²n el Ministerio de Justicia, en 2008 hab¨ªa en China 160.000 personas internadas en un total de 350 de estos centros. La cadena de televisi¨®n p¨²blica CCTV eleva el n¨²mero a 310.000, en 310 centros.
La reeducaci¨®n por el trabajo es un sistema de detenci¨®n administrativa para delitos menores, dictada por la polic¨ªa fuera del sistema judicial. Es distinta de la antes llamada reforma por el trabajo (laogai), que incluye prisiones, granjas y campos de trabajos forzados para condenados por un tribunal, con penas m¨¢s largas. Estas instalaciones contin¨²an, pero el Gobierno no usa el t¨¦rmino laogai desde mediados de los noventa.
En Shanping, Huang fue obligado a trabajar primero en el equipo dos de la unidad cinco, donde fabric¨® componentes de motocicletas, y luego en el equipo dos de la unidad uno, donde, seg¨²n dice, se producen cables de autom¨®vil para la compa?¨ªa china Changan. ¡°Trabajaba 10 horas al d¨ªa. A veces m¨¢s, a veces menos, dependiendo de las necesidades en la factor¨ªa. Dorm¨ªamos muy pocas horas, porque tambi¨¦n ten¨ªamos todas las otras actividades¡±. En Shanping, los presos est¨¢n repartidos en siete unidades, seg¨²n cuenta: de la uno a la nueve. No existen la n¨²mero cuatro ¡ªcuya pronunciaci¨®n es similar a la de la palabra muerte¡ª ni la ocho ¡ªn¨²mero de la suerte en China, ya que suena como fortuna¡ª. Le pagaban ocho yuanes (un euro) al mes.
Seg¨²n el Ministerio de Justicia, en 2008 hab¨ªa 160.000 internos en 350 centros. La televisi¨®n p¨²blica dobla la cifra
En cada unidad hab¨ªa entre 100 y 300 internos. ¡°Son peticionarios [personas que protestan ante las autoridades por causas que van desde las expropiaciones ilegales de tierras hasta la corrupci¨®n o injusticias en los tribunales], peque?os ladrones, participantes en altercados p¨²blicos, proxenetas, y gente como yo, que es detenida por sus palabras¡±, afirma este hombre de 29 a?os. En la habitaci¨®n en la que ¨¦l dorm¨ªa se api?aban 16 personas en literas dobles. La unidad siete era la de los miembros de Falun Gong.
Los campos de reeducaci¨®n han sido muy criticados por organizaciones internacionales como Naciones Unidas, pero tambi¨¦n, dentro de China, por abogados y acad¨¦micos, que los consideran ilegales y fuente de abusos. Adem¨¢s, son campo de corrupci¨®n, con familiares de detenidos que pagan a los funcionarios para reducir sus penas o para mejorar su alimentaci¨®n.
¡°El sistema de reeducaci¨®n por el trabajo viola la Constituci¨®n china y la ley, no es humanitario, ha sido utilizado en muchos casos injustos, falsos y err¨®neos y causa muchas peleas en la sociedad. Es hora de que sea abolido¡±, afirma Hu Xingdou, profesor de Econom¨ªa en el Instituto de Tecnolog¨ªa de Pek¨ªn, que ha denunciado con frecuencia el modelo. ¡°Quienes est¨¢n internados no han quebrantado la ley criminal, y estos campos son ilegales; por tanto, no son criminales. Este sistema priva a la gente de sus derechos sin un juicio¡±, a?ade Pu Zhiqiang, un abogado que ha llevado muchos casos sensibles y contribuy¨® a la liberaci¨®n de Huang.
Desde hace a?os, el Gobierno dice que va a reformar el sistema. Pero la presi¨®n, entre otros, del Ministerio de Seguridad P¨²blica, que ha advertido de que su eliminaci¨®n supondr¨ªa una amenaza para la estabilidad social, ha ido retrasando la decisi¨®n. Sus defensores argumentan que ayuda a reducir la criminalidad. Algunos expertos consideran que su cambio podr¨ªa aumentar los casos en los ya muy sobrecargados tribunales, y otros, que su transformaci¨®n supondr¨¢ una merma de ingresos para los Gobiernos locales, que se benefician de la mano de obra gratis para fabricar productos, que incluso son exportados.
Desde hace a?os, el Gobierno dice que va a reformar el sistema. Sus defensores argumentan que ayuda a reducir la criminalidad
La llegada de Xi Jinping, en noviembre pasado, a la secretar¨ªa general del Partido Comunista Chino (PCCh) y sus llamamientos a luchar contra la injusticia y la corrupci¨®n parecen haber dado un nuevo impulso a la reforma.
El Diario del Pueblo ¡ª¨®rgano oficial del PCCh¡ª public¨® en noviembre un editorial en el que dec¨ªa que la reeducaci¨®n viola la ley y se ha convertido en ¡°una herramienta de venganza¡± en manos de algunos. A principios de enero, Meng Jianzhu, miembro del Politbur¨® del PCCh y director del Comit¨¦ de Asuntos Pol¨ªticos y Legales, asegur¨® que su uso ¡°finalizar¨¢ este a?o¡±, tras la aprobaci¨®n en el Parlamento, cuya sesi¨®n anual tiene lugar en marzo. Las declaraciones del alto funcionario fueron matizadas, poco despu¨¦s, por la agencia oficial Xinhua: ¡°El Gobierno chino promover¨¢ este a?o las reformas de su controvertido sistema de reeducaci¨®n por el trabajo, que, seg¨²n expertos, contradice leyes superiores, incluida la Constituci¨®n china¡±.
Huang, un operario especializado en m¨¢quinas de control num¨¦rico, afirma que la seguridad en Shanping es, incluso, ¡°mayor que en una c¨¢rcel¡±, y el r¨¦gimen de funcionamiento, muy estricto. ¡°Tienes las llamadas seis posiciones fijas obligatorias. Cada interno tiene su mesa y su lugar en ella para comer, su sitio en las filas, su lugar para las clases de estudio, su puesto de trabajo, su cama. No puedes caminar libremente, y si incumples las normas, te castigan de pie durante horas, te confinan en solitario en una habitaci¨®n peque?a o te golpean. Adem¨¢s, te deducen puntos y alargan tu estancia¡±. Dice que los maltratos son frecuentes. ¡°He visto a menudo pegar a internos hasta que sangraban y ten¨ªan que darles varios puntos en la cabeza. Quienes pegan no son los polic¨ªas, sino otros empleados¡±.
Algunos cr¨ªticos temen, sin embargo, que la reforma sea solo una operaci¨®n de maquillaje. Seg¨²n Human Rights Watch, en los ¨²ltimos a?os, Pek¨ªn ha considerado sustituir los campos de reeducaci¨®n por un sistema de detenci¨®n que ¡°dejar¨ªa esencialmente intactas caracter¨ªsticas clave del mecanismo existente: un sistema de detenci¨®n administrativa, bajo el control del Departamento de Seguridad P¨²blica, que existir¨ªa en paralelo al sistema criminal formal y permitir¨ªa detenciones a largo plazo sin los beneficios de un juicio y el debido proceso legal¡±. Seg¨²n la organizaci¨®n, ¡°utilizar¨ªa un nombre diferente, establecer¨ªa una sentencia m¨¢xima y, en teor¨ªa, permitir¨ªa algunos derechos procesales, como el acceso a un abogado¡±.
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