Beatriz de Holanda: la reina perfeccionista y respetada por su pueblo
Tras m¨¢s de treinta a?os de reinado, la monarca abdica como ya hicieron su madre y su abuela
Beatriz, Guillermina, Armgard de Holanda, naci¨® en su pa¨ªs en 1938, pero la II Guerra Mundial llev¨® a sus padres, los entonces pr¨ªncipes Juliana y Bernardo, al exilio en Londres y despu¨¦s a Canad¨¢. Su abuela, la reina Guillermina, tambi¨¦n abandon¨® el pa¨ªs durante la ocupaci¨®n nazi ¡ªHolanda fue invadida en 1940¡ª para regresar con la liberaci¨®n, en 1945. A su vuelta, Beatriz sigui¨® estudios secundarios y se licenci¨® en Derecho en la universidad de Leiden. Mantiene una estrecha relaci¨®n con sus tres hermanas, las princesas Irene, Margarita y Cristina, y estaba muy unida a sus padres. Todo ello, a pesar de la vida privada de su progenitor, que tuvo dos hijas fuera del matrimonio, reconocidas a t¨ªtulo p¨®stumo.
Juliana de Holanda se convirti¨® en reina en 1948 y Beatriz fue nombrada oficialmente heredera a los 10 a?os. A partir de entonces, sus padres trataron de que las cuatro hijas llevaran una vida lo m¨¢s normal posible, asistiendo a escuelas p¨²blicas. Su primera aparici¨®n en p¨²blico, ya como una adulta, supuso tambi¨¦n su primer mal trago. Se hab¨ªa enamorado del arist¨®crata germano Claus von Amsberg y pensaban casarse. Aunque el anuncio del compromiso se hizo en 1965, el recuerdo de los horrores de la guerra estaba perduraba en Holanda. Claus no fue bien recibido, y la reina Juliana ¡ªsu esposo era tambi¨¦n alem¨¢n¡ª le pidi¨® a su hija que lo pensara. Beatriz tom¨® una decisi¨®n radical: hizo huelga de hambre hasta salirse con la suya. Durante su boda, fue lanzado un bote de humo contra la carroza real y la polic¨ªa carg¨® contra los manifestantes, algo que tambi¨¦n ocurri¨® el d¨ªa de su coronaci¨®n. A?os despu¨¦s, el pr¨ªncipe Claus se convirti¨® en el miembro m¨¢s respetado de la monarqu¨ªa. La entereza con que llev¨® las depresiones sufridas por no haber podido desarrollar su carrera como diplom¨¢tico, le valieron la admiraci¨®n de todos.
Beatriz hizo huelga de hambre para que le permitieran casarse con un noble alem¨¢n
En 1980 la reina Juliana cedi¨® el trono a su hija, que ha ejercido el cargo de monarca constitucional en una democracia estable. Su papel es simb¨®lico en asuntos nacionales, y m¨¢s ahora, que ya no participa en las deliberaciones para formar Gobierno. En pol¨ªtica exterior tiene mayor protagonismo, y suele citarse la apertura de la embajada holandesa en Jordania, en 1994, como una decisi¨®n suya.
Entre 2002 y 2004, la familia de Orange sufri¨® la p¨¦rdida del pr¨ªncipe Claus y de los padres de la reina. Su hijo mayor, el pr¨ªncipe Guillermo, se cas¨® con la argentina M¨¢xima Zorreguieta en 2002, y desde entonces, Beatriz y los herederos forman un tr¨ªo especial. Se entienden a la perfecci¨®n y viajan juntos en las visitas de Estado. La princesa M¨¢xima, cuyo padre fue ministro de Agricultura durante la dictadura argentina del general Videla, pas¨® malos momentos a su llegada a Holanda. El pasado paterno, que siempre ha negado saber nada de los desaparecidos, conmocion¨® al pa¨ªs y a punto estuvo de desbaratar la boda. Al final, el Parlamento holand¨¦s apart¨® a los padres de M¨¢xima del enlace y solo acudieron sus hermanos y amigos. Hoy, M¨¢xima es la estrella de la Casa de Orange. Admirada por los holandeses, siempre se lleva el premio a la figura m¨¢s popular de la monarqu¨ªa. La futura pareja reinante tiene tres hijas: Amalia, Alexia y Ariana.
El 30 de abril de 2009, Karst Tates, un holand¨¦s con problemas ps¨ªquicos, atent¨® contra el autob¨²s real y mat¨® a siete personas. ?l mismo perdi¨® la vida al estrellar su coche contra un monumento, durante las celebraciones del D¨ªa de la Reina. El golpe fue dur¨ªsimo, puesto que era la primera vez que la familia real holandesa era asaltada en la historia moderna. El a?o pasado, el accidente de esqu¨ª que dej¨® en coma al pr¨ªncipe Friso, segundo hijo de la reina, abati¨® a toda la familia. La reina le visita con regularidad y se presume que la situaci¨®n de Friso ha influido en la decisi¨®n de abdicar.
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