Los cien a?os del viejo comunista
Portugal conmemora el nacimiento del fascinante, odiado e idolatrado ?lvaro Cunhal Su vida se funde con la historia del siglo XX
Hace unas semanas, en la Universidad de Lisboa, el Partido Comunista Portugu¨¦s (PCP) homenaje¨® al que fue su l¨ªder hist¨®rico y al que contin¨²a siendo su principal referencia, el inquebrantable, fascinante, p¨¦treo, polifac¨¦tico y algo enigm¨¢tico ?lvaro Cunhal, comunista ortodoxo de l¨ªnea dura marxista hasta el final de su larga vida. El acto fue el primero de una serie de homenajes y reconocimientos p¨²blicos que con motivo del centenario de su nacimiento, en noviembre de 1913, rendir¨¢ su partido (y su pa¨ªs) a este l¨ªder pol¨ªtico fallecido en 2005 que lo dio todo por su partido.
Sufri¨® durante d¨ªas las palizas brutales de la polic¨ªa secreta de Salazar sin delatar jam¨¢s a nadie, padeci¨® ocho a?os de c¨¢rcel en r¨¦gimen de aislamiento sin derrumbarse, escap¨® de la prisi¨®n colg¨¢ndose de s¨¢banas unidas con nudos de marinero, vivi¨® el exilio en Mosc¨² y en Par¨ªs, aplaudi¨® la invasi¨®n sovi¨¦tica de Checoslovaquia en el 68 y regres¨® en 1974, d¨ªas despu¨¦s de la Revoluci¨®n de los Claveles, a Lisboa, donde fue aclamado como un h¨¦roe o un mito redivivo. Acab¨® derrotado por las urnas y la historia, asegurando en entrevistas postreras que todo pod¨ªa haber sido de otra manera.
Jer¨®nimo de Sousa, actual secretario general del PCP, defendi¨® la actualidad de su pensamiento en tiempos de crisis al recordar que Cunhal ya preconiz¨® una ofensiva de las pol¨ªticas de la derecha y un tiempo de recortes de conquistas sociales. Y cit¨® su comparaci¨®n del FMI como un bulldog (¡°que muerde la presa y no suelta jam¨¢s¡±).
Su magn¨¦tica figura (era alto, atractivo, imponente, en sus ¨²ltimos a?os con el cabello blanco echado para atr¨¢s y las cejas oscuras) se confunde con la del siglo XX, con todas sus contradicciones y grandezas, por eso fue idolatrado y detestado a partes iguales. El escritor Fernando Dacosta escribi¨® sobre ¨¦l: ¡°Su secreto no estaba en lo que dec¨ªa, sino en el c¨®mo. No en la reflexi¨®n que despertaba sino en la hipnosis que generaba¡±. El actualmente columnista de P¨²blico y tambi¨¦n escritor Vasco Pulido Valente lo describi¨® en su tiempo como ¡°un jefe brutal y obstinado, de fe ciega y primaria¡±. Y el soci¨®logo Antonio Barreto tambi¨¦n record¨® en un libro publicado hace a?os que Cunhal ¡°neg¨® el Mercado Com¨²n, la democracia, el fin del comunismo y los desastres de la Revoluci¨®n¡±.
Fue, adem¨¢s, un respetable pintor y un escritor considerable, autor de varias novelas firmadas con el pseud¨®nimo Manuel Tiago por considerar que su vida personal no deb¨ªa mezclarse con la del dirigente pol¨ªtico. Solo revel¨® el secreto a los 80 a?os. Jam¨¢s permiti¨® que su rostro apareciese en los carteles electorales de su partido. Y pocos sab¨ªan, incluso al final de sus d¨ªas, d¨®nde estaba su casa o con qui¨¦n la compart¨ªa. Su vida personal (su vida aparte del partido) fue siempre un misterio que se cuid¨® siempre de guardar con la invencible firmeza con la que emprend¨ªa todo. Algunos lo achacaban a una obsesi¨®n casi neur¨®tica por la seguridad nacida en los tiempos terribles de la clandestinidad. Y, sin embargo, como novelista cont¨® (disfrazando sus recuerdos y prest¨¢ndoselos a los personajes) sus aventuras amorosas y sus desenga?os, sus oscuros d¨ªas en la c¨¢rcel, sus a?os de exilio o la relaci¨®n dif¨ªcil con su ¨²nica hija.
Naci¨® en una familia de clase media en Coimbra, por eso siempre se autodenomin¨® ¡°hijo adoptivo del proletariado¡±, llegando a presentarse en casa ¡ªpara disgusto de su madre, cat¨®lica y conservadora¡ª con mono de trabajo o botas de obrero. A los 21 a?os es ya secretario pol¨ªtico del Comit¨¦ Regional de las Juventudes Comunistas, a los 23 asciende al Comit¨¦ Central y en 1940 se convierte en su principal l¨ªder. Luch¨® en la Guerra Civil espa?ola y en 1945, en una visita a Portugal, Santiago Carrillo, por entonces en el exilio, se sorprendi¨® de las duras condiciones de la clandestinidad de los comunistas portugueses al ver llegar a una cita acordada a un alarmantemente enflaquecido Cunhal montado en bicicleta.
Tras la Revoluci¨®n de los Claveles y un periodo convulso en el que Portugal coquete¨® con la guerra civil, el PCP fue derrotado en las urnas por el Partido Socialista de M¨¢rio Soares, el ¡°enemigo ¨ªntimo¡± de Cunhal. Los dos hist¨®ricos l¨ªderes de la izquierda portuguesa, de personalidades opuestas, cuyas biograf¨ªas se hab¨ªan cruzado innumerables veces desde que en los a?os cuarenta Cunhal fuera profesor de Soares en el colegio del padre de ¨¦ste, definieron entonces sus destinos: Soares, m¨¢s d¨²ctil, m¨¢s abierto, m¨¢s sociable, socialdem¨®crata y europe¨ªsta, alcanzar¨ªa el poder; Cunhal, cada vez m¨¢s aislado, se enroc¨® en sus posiciones marxistas, desvincul¨® al partido del eurocomunismo imperante y presenci¨® impotente el progresivo declive de su formaci¨®n. Con todo, a¨²n ahora, la huella ideol¨®gica del antiguo l¨ªder es palpable en un partido activo que constituye la cuarta fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs, con 14 diputados, pero que desde 2002 no ha sobrepasado el 8% de los votos.
En el a?o 2000, con 86 a?os, retirado de la jefatura del partido, convertido en un icono vivo, el viejo comunista, ya enfermo, accedi¨® a entrevistarse con Maria Jo?o Avillez, que reprodujo el encuentro en el libro Conversas con ?lvaro Cunhal. Tras o¨ªrle despotricar de Soares y elogiar a Fidel Castro, la periodista le pregunt¨® de golpe algo que apuntaba a su vida entera:
¡ª?Ha sido una derrota amarga?
¡ªAmarga es una palabra demasiado peque?a.
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