La UE decreta recortes para toda la d¨¦cada
Los Veintisiete pactan por primera vez una rebaja en los presupuestos comunitarios Cameron canta victoria: ¡°Hemos puesto un tope a la tarjeta de cr¨¦dito europea¡±
Europa sigue empe?ada en tratar una pulmon¨ªa como si fuera un simple resfriado. La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Uni¨®n pas¨® este viernes de puntillas por la crisis del euro, por la recesi¨®n econ¨®mica y por la depresi¨®n social que se abre camino a machetazos con m¨¢s de 25 millones de parados en el continente, y alcanz¨® un acuerdo raqu¨ªtico, de m¨ªnimos, que consagra la austeridad ¡ªla inevitable tijera¡ª para lo que queda de d¨¦cada. Los Diecisiete del euro progresan a peque?os pasos para ir abrochando las grietas del euro, pero esa tentativa de avance se convierte en franco retroceso cuando deciden los Veintisiete, cuando el Reino Unido est¨¢ en el ajo, y sobre todo cuando hay que poner sobre la mesa dinero contante y sonante. Los l¨ªderes, en fin, acordaron el primer recorte en los presupuestos comunitarios desde que existe la UE.
Pero al menos lo aprobaron: fueron necesarias 26 horas de regateos, querellas y reproches. Bruselas se convirti¨® durante dos d¨ªas una especie de teatrillo en el que el premier brit¨¢nico, el mismo David Cameron que pronunci¨® hace apenas unas semanas un pol¨¦mico discurso entre euroesc¨¦ptico y eurof¨®bico, llev¨® la voz cantante. Y en el que a ¨²ltima hora todo el mundo acab¨® firmando la paz en un extra?o final feliz: hay cada vez m¨¢s pa¨ªses y hay cada vez menos dinero para repartir, pero los l¨ªderes volvieron a casa aparentemente contentos, cada cual con algo en el zurr¨®n para salvar la cara ante la ciudadan¨ªa.
Aun as¨ª, la funci¨®n no ha terminado. Frente a la complacencia de la Comisi¨®n y al indisimulado alivio de Herman Van Rompuy, anfitri¨®n ayer y presidente del Consejo, el Europarlamento tiene la ¨²ltima palabra. Y amenaza con hacer uso de su derecho de veto ante el vuelo gallin¨¢ceo de unas cuentas ¡°rid¨ªculas y mediocres¡±, seg¨²n fuentes de la Euroc¨¢mara.
En el largu¨ªsimo duelo entre David Cameron, m¨¢ximo representante de la Europa rica partidaria de los recortes, y Fran?ois Hollande, defensor de una UE m¨¢s ambiciosa, Par¨ªs acab¨® ayer hincando la rodilla en el suelo ante la mirada fr¨ªa de la canciller Angela Merkel. Con esa gr¨¢fica imagen describ¨ªan anoche fuentes europeas la intrahistoria cumbre, que se cerr¨® con unas Perspectivas Financieras Plurianuales ¡ªla f¨®rmula elegida para referirse a los presupuestos en el argot comunitario¡ª que ascender¨¢n a 959.000 millones de euros entre 2014 y 2020. Esa cifra corresponde a algo menos del 1% del PIB europeo, y es 20 veces inferior a la de los presupuestos de pa¨ªses federales como Estados Unidos.
Cameron sali¨® exultante de la sala. En un tono triunfalista y con un discurso centrado en la bondad de los recortes y en la victoria que supone para Londres mantener intacto el cheque brit¨¢nico pese a la tijera aplicada a casi todo lo dem¨¢s, declar¨® que Reino Unido ha conseguido ¡°poner tope a la tarjeta de cr¨¦dito europea¡±. ¡°El pueblo brit¨¢nico puede estar orgulloso de lo conseguido¡±, insisti¨® jubiloso. El resto de mandatarios opt¨® por un perfil m¨¢s bajo, pero qued¨® clara la victoria de los contribuyentes netos, de los ricos: ¡°El resultado es bueno porque se centra en tres ejes: m¨¢s crecimiento, empleo y competitividad. Se ajusta a los esfuerzos de consolidaci¨®n¡±, resumi¨® Merkel. Visiblemente menos satisfecho, Hollande ¡ªque parec¨ªa dispuesto a hacer mayor presi¨®n junto a Espa?a e Italia, en un frente com¨²n que acab¨® desdibujado¡ª sali¨® peor parado: le toca financiar los cheques de Reino Unido y de otros pa¨ªses ¡ªPar¨ªs pagar¨¢ m¨¢s que antes, a diferencia de Londres¡ª, pero prefiri¨® evitar el cuerpo a cuerpo y destacar que al menos la pol¨ªtica agraria resiste a los embistes de la tijera. ¡°El acuerdo no es el que dese¨¢bamos¡±, reconoci¨®.
En el caso espa?ol, los retoques de ¨²ltima hora permitieron al presidente Mariano Rajoy sacar pecho ante la prensa. Rajoy afirm¨® que los fondos destinados a luchar contra el desempleo juvenil, adem¨¢s del dinero para cohesi¨®n y para desarrollo rural, permiten a Espa?a seguir siendo receptor neto en el presupuesto comunitario. El saldo neto ser¨¢ algo superior al del actual periodo, en torno a 2.000 millones de euros al a?o. Un triunfo agridulce por los recelos y la inquietud que se extiende en Europa respecto a los casos de corrupci¨®n ¡ªde los que no se habl¨® en la cumbre, seg¨²n el presidente¡ª y a la crisis oce¨¢nica que sufre la econom¨ªa espa?ola, que avanza con paso decidido hacia un r¨¦cord mundial de paro, con casi seis millones de desempleados y subiendo.
La macedonia de cifras y el lenguaje imposible de los presupuestos son claros ejemplos de esa man¨ªa tan bruselense de enturbiar las aguas para que parezcan profundas. Porque los Veintisiete no aprobaron una cifra, sino dos: los 959.000 millones ¡ª33.000 millones o un 3% menos que la cifra de las ¨²ltimas cuentas europeas¡ª corresponden a los compromisos de gasto de 2014 a 2020, pero Van Rompuy detall¨® tambi¨¦n un presupuesto de pagos inferior, de 905.000 millones, para contentar a los pa¨ªses que quieren enfatizar la mayor austeridad. Bruselas pretende as¨ª usar una especie de ingenier¨ªa financiera (que es, en realidad, una forma de hacerse trampas al solitario) para contentar a unos y otros: a los que quieren ver el vaso medio lleno, con proyectos para estimular el crecimiento, y a los que prefieren destacar el progresos con la tijera.
Pasado ya el primer lustro de la crisis, los presupuestos europeos son una suerte de agujas de marear del proyecto europeo. La UE parece distra¨ªda; camina entre el antiguo y el nuevo r¨¦gimen sin que el anterior orden haya desaparecido del todo y el actual se haya implantado decididamente. En medio de ese marasmo, Berl¨ªn (con el apoyo de Londres) acumula poder y se constata un repliegue hacia lo nacional o lo intergubernamental. Y la pol¨ªtica de austeridad sigue firmemente instalada en el puesto de mando, a pesar de los pesares. Con las c¨¢maras apunt¨¢ndole, y frente a quienes le acusaban de no haber sido m¨¢s ambicioso, Van Rompuy admiti¨® que ¡°no es el presupuesto perfecto para todos, pero hay algo en ¨¦l para todos¡±, en una versi¨®n amable del castizo mal de muchos.
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