La renuncia del Papa sacude al clero mexicano en crisis a¨²n por el caso Maciel
La Iglesia Cat¨®lica vive una situaci¨®n parad¨®jica: la jerarqu¨ªa est¨¢ cada vez m¨¢s cuestionada, mientras la religiosidad popular sigue siendo viva y din¨¢mica
El fin del papado de Benedicto XVI marca tambi¨¦n al clero de M¨¦xico, sumido en una crisis como consecuencia de los esc¨¢ndalos de los sacerdotes pederastas, en particular por las secuelas del caso de Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo y quien fuera obligado por este papa a dejar el ministerio en 2006.
La noticia de la renuncia del pont¨ªfice ¡°nos llen¨® de estupor, de tristeza, y nos dej¨® un sentimiento de orfandad, de desamparo¡± anunci¨® el mi¨¦rcoles pasado el arzobispo primado de M¨¦xico, Norberto Rivera, en una carta escrita a Benedicto XVI. Las palabras de uno de los tres purpurados mexicanos que participar¨¢n en el c¨®nclave para elegir nuevo pont¨ªfice pudieran usarse tambi¨¦n para ilustrar el estado de la iglesia cat¨®lica mexicana al final de un papado en el que el propio cardenal Rivera fue relegado.
Especialistas consultados por EL PA?S coinciden en que en el momento del anuncio de Benedicto XVI la fe cat¨®lica vive una situaci¨®n parad¨®jica en M¨¦xico: la autoridad del sacerdote o de la jerarqu¨ªa est¨¢ en entredicho por los esc¨¢ndalos de los curas pederastas, al tiempo de que el catolicismo popular sigue siendo rico y din¨¢mico.
Junto con Brasil, M¨¦xico es considerado un gran basti¨®n del catolicismo en Am¨¦rica Latina, a pesar de que los cat¨®licos son cada vez menos en t¨¦rminos proporcionales. Seg¨²n datos del Instituto Nacional de Geograf¨ªa y Estad¨ªstica, en el censo de 2010, ¨²ltimo disponible, 83,9% de los mexicanos se dec¨ªan cat¨®licos, mientras que en 2000 fueron 88% los que dijeron profesar esa fe y en 1990 representaban 89,7%.
Ese universo, equivalente hoy a 93 millones de personas, fue sacudido el pasado lunes por la noticia de que el ¨²ltimo d¨ªa de febrero Benedicto XVI dejar¨¢ de ser Papa. Pero el anuncio no hab¨ªa sido recibido igual por todos. Seg¨²n el estudioso de las religiones Bernardo Barranco, la decisi¨®n no puede sino representar alegr¨ªa para el cardenal Rivera ¡°porque hab¨ªa quedado relegado durante el pontificado de Benedicto XVI". "?l estaba muy identificado con la vieja guardia del Vaticano, con el grupo que apoy¨® siempre a Marcial Maciel, aliado de Angelo Sodano, conocidos como el Club de Roma, donde tienen estrechos v¨ªnculos org¨¢nicos, program¨¢ticos y de corrupci¨®n, que operaron durante el pontificado de Juan Pablo II¡±, asegura.
Para Barranco, cuando Benedicto XVI decide retomar los casos de abusos de sacerdotes, Norberto Rivera y ese grupo cercano a Maciel queda fuera pol¨ªticamente. Y en la visita de Benedicto a M¨¦xico (marzo de 2012) el cardenal Rivera "qued¨® invisible, relegado a un tercer o cuatro plano, debilitado sobre todo porque es cuestionado por encubrimiento de abusos sexuales¡±.
Rivera fue interrogado en 2007 por una corte de California por el caso de Nicol¨¢s Aguilar Rivera, un sacerdote que lleg¨® en 1987 a Los ?ngeles recomendado por Rivera, que era entonces obispo de Tehuac¨¢n, Puebla. En una carta confidencial hecha p¨²blica hace dos semanas por la Archidi¨®cesis de Los ?ngeles, el entonces obispo Rivera dec¨ªa al arzobispo californiano Roger Mahony que hab¨ªa varias acusaciones sobre la ¡°homosexualidad¡± de Aguilar Rivera. En la misiva, el obispo no menciona nada de casos de abusos de ni?os por parte de Aguilar Rivera, y en su declaraci¨®n dijo que nunca supo nada al respecto. El hoy cardenal de la ciudad de M¨¦xico fue exonerado en 2009, pero su nombre surge a menudo al recordar los esc¨¢ndalos de curas pederastas.
Fernando M. Gonz¨¢lez, coautor de La voluntad de no saber; lo que s¨ª se conoc¨ªa sobre Maciel en los archivos secretos del Vaticano desde 1944, expresa que los ultraconservadores reciben con profundo benepl¨¢cito la noticia de la salida de Benedicto XVI. "Si bien Ratzinger fue c¨®mplice total de la pol¨ªtica estructural del silencio sobre los pederastas, a partir de que reabre el caso Maciel lo vieron como una amenaza. Aunque ni siquiera fue coherente. Porque despu¨¦s de haber destronado en diversas partes a obispos y a sacerdotes, aqu¨ª no toc¨® ni con el p¨¦talo de una rosa a nadie, entre ellos a Norberto Rivera¡±.
El tambi¨¦n miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM subraya que a final de cuentas Benedicto XVI aplic¨® en M¨¦xico una pol¨ªtica de ¡°s¨ª, pero no¡± con respecto a los abusos en contra de ni?os. Aunque oblig¨® a Maciel a retirarse, en la visita del Papa del a?o pasado, por ejemplo, fue la ¨²nica de sus giras en la que no recibi¨® a las v¨ªctimas de los sacerdotes pederastas. El Vaticano dijo entonces que los obispos mexicanos nunca hab¨ªan solicitado la audiencia para las v¨ªctimas y el episcopado mexicano capote¨® el reclamo sin dar mucha importancia al tema.
¡°El affaire de los Legionarios de Cristo ha sido un fuerte golpe para la iglesia cat¨®lica de M¨¦xico. Fue un desencanto fort¨ªsimo. Mucha gente busc¨® salida hacia otras religiones o se alej¨® desencantada¡±, sostiene Ren¨¦e de la Torre, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores de Antropolog¨ªa Social (CIESAS) .
¡°En las encuestas vemos que hay una baja en el inter¨¦s hacia la iglesia, a relacionarte con el rito, con el sacerdote, mas no con Dios. Lo que sale del control de los curas est¨¢ aceptado, pero hay desaprobaci¨®n por la conducta en los esc¨¢ndalos y cada vez apreciamos menos ganas de la gente de tener que ver con las figuras eclesiales¡±, agrega la autora, junto con Cristina Guti¨¦rrez Z¨²?iga, del Atlas de la Diversidad Religiosa en M¨¦xico 1950-2000.
Y en contraste, los entrevistados mencionan que a pesar de los esc¨¢ndalos, las fiestas religiosas populares gozan hoy de gran convocatoria, y que lo mismo ocurre con fen¨®menos como el culto a la Santa Muerte, ¡°culto del submundo mexicano, de la econom¨ªa informal, prostituci¨®n, rateros, narcomenudeo¡±, explica el investigador Barranco. En el mismo sentido, De la Torre sostiene que hay una ¡°tendencia muy fuerte al neopaganismo, sobre todo en las clases medias, y un gran regreso a la magia popular. Eso est¨¢ creando nuevas tensiones internas adentro del catolicismo. Han surgido sacerdotes sanadores y otros exorcistas, que en distintas ciudades y con mucho carisma est¨¢n logrando gran convocatoria¡±.
Para monse?or Eugenio Lira, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, el reto al que se enfrenta la Iglesia Cat¨®lica en el pa¨ªs es la evangelizaci¨®n y la llegada de una cultura de secularizaci¨®n, ¡°es decir se est¨¢ perdiendo la noci¨®n de la trascendencia por una actitud de vivir el aqu¨ª y el ahora sin mucha preocupaci¨®n, sin buscar el sentido de la vida ni el servicio a los dem¨¢s¡±.
Cuestionado sobre los costos para la iglesia de casos como el de Maciel, Lira dijo que ¡°sin pretender minimizar el caso, que es grave y que no debe permitirse jam¨¢s, no es el mayor de los retos, no es algo que est¨¦ difundido, que sea como una plaga. Ser¨ªa inexacto pensar que un caso aislado representa la verdad total de la iglesia en M¨¦xico (¡) Es como si cuando miramos la aleta de un tibur¨®n se piensa que esa parte es el todo. Eso no es el tema de la iglesia cat¨®lica en M¨¦xico¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.