La herencia de Ch¨¢vez
Cuando comenz¨® a gobernar, muchos pusimos atenci¨®n en su discurso provocador y en la inviabilidad del ¡°Socialismo del Siglo XXI¡±; le dimos poca importancia a un punto sustancial: Ch¨¢vez era el primer gobernante de izquierdas con pretensiones revolucionarias que dispon¨ªa de una enorme masa de efectivo. Otras experiencias populistas no gozaron de una bonanza tan prolongada y los pa¨ªses comunistas nunca fueron ricos; regalaban armas, tractores, becas, entrenaban militares o propon¨ªan trueques. No hab¨ªa existido un gobierno de izquierda que hiciera pol¨ªtica con abundancia de d¨®lares americanos como lo hizo Ch¨¢vez. La renta petrolera venezolana ha alcanzado lo mismo a barrios de Caracas que a Cuba, Bolivia, Nicaragua y hasta el Bronx de Nueva York. Por encima de simpat¨ªas o antipat¨ªas, es indispensable analizar el impacto pol¨ªtico que el dinero y las ideas de Ch¨¢vez han tenido sobre la estructura de poder en Venezuela y Latinoam¨¦rica.
Ch¨¢vez fue el l¨ªder de un grupo de presidentes autollamados ¡°bolivarianos¡± que se han convertido en foco de atenci¨®n por acciones antidemocr¨¢ticas, soberbia ideol¨®gica o cinismo pol¨ªtico. Sin embargo, la atenci¨®n a personajes y sucesos ha hecho perder de vista el proceso pol¨ªtico que albergan. Muchos de los excesos de los bolivarianos tienen relaci¨®n con su condici¨®n de extremas izquierdas que al caer el muro de Berl¨ªn buscaron reciclarse. Estas han asumido la representaci¨®n de venganzas estructurales por los agravios pasados y se fortalecieron con las crisis de anti-pol¨ªtica que destruyeron a los partidos precedentes. Se los ha juzgado por los excesos, muy poco por sus l¨ªmites y casi nada por el impacto hist¨®rico que podr¨ªan tener.
Los bolivarianos han gobernado en un continente dominado por gobiernos de izquierda, que han hecho prevalecer en la OEA y en casi todos los organismos continentales una pol¨ªtica de tolerancia hacia los excesos. Hace medio siglo los principales destinos de los militantes de izquierda en Latinoam¨¦rica eran el exilio, la c¨¢rcel y el cementerio. La liberalizaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica iniciada hace treinta a?os trajo democracia y estabilidad macroecon¨®mica; sin embargo las grandes masas de pobres que hab¨ªan permanecido social, econ¨®mica y pol¨ªticamente excluidos siguieron igual. La estabilidad macroecon¨®mica no produjo rebalse para los pobres y Latinoam¨¦rica se convirti¨® as¨ª en la regi¨®n con m¨¢s progresos democr¨¢ticos, pero permaneci¨® como la m¨¢s desigual del planeta.
En ese escenario, las fuerzas de centro y extrema izquierda pudieron armarse de votantes, tomar posiciones de poder, obtener victorias electorales consecutivas y convertirse en hegem¨®nicas en muchos pa¨ªses. Fue as¨ª como con millones de pobres excluidos, con millones de d¨®lares en sus manos y con un continente gobernado por amigos, Ch¨¢vez hizo lo que hizo. La vieja hegemon¨ªa conservadora termin¨® y ya nada volver¨¢ a ser como en los 60, cuando se expuls¨® a Cuba de la OEA. En ese sentido, otorgar la presidencia de la CELAC a Ra¨²l Castro no fue para apoyar a un r¨¦gimen moribundo, sino para cobrar un agravio hist¨®rico.
Si bien hay razones para cuestionar la vocaci¨®n democr¨¢tica de los ¡°bolivarianos¡±, en realidad se trata de gobiernos que intimidan, pero no matan ni torturan, que ejercen una represi¨®n limitada y se sostienen en incuestionables mayor¨ªas electorales. Estos gobiernos repiten lo que hicieron durante d¨¦cadas los gobiernos conservadores de aprovecharse del Estado para fortalecer econ¨®mica y pol¨ªticamente a grupos de poder propios. No importa si a esto se le llama corrupci¨®n, cambio de turno o tradici¨®n; en esencia, son las debilidades institucionales heredadas las que les han permitido hacerlo. El conflicto que mantienen con los medios de comunicaci¨®n se explica por el poco poder y espacio que tienen las izquierdas en este terreno, por la real existencia de monopolios medi¨¢ticos conservadores y por el cobro de cuentas por agravios pasados.
Si bien no se los puede considerar plenamente democr¨¢ticos, tampoco son reg¨ªmenes autoritarios, est¨¢n muy lejos de ser lo que fueron Videla o Pinochet y tambi¨¦n de lo que ha sido el r¨¦gimen cubano. Es la solidez de su mayor¨ªa electoral y la debilidad de sus opositores fragmentados lo que los mantiene en el gobierno. Es en extremo dif¨ªcil que se transformen en dictaduras; permanecer¨¢n en el poder el tiempo que mantengan esa mayor¨ªa electoral. Han atendido la inclusi¨®n social, pero en general son estructuralmente ineficientes y a futuro esto afectar¨¢ su fuerza electoral. La recuperaci¨®n de la institucionalidad democr¨¢tica tendr¨¢ que emerger del nuevo balance de fuerzas que est¨¢ construy¨¦ndose.
La pobreza que viven muchas regiones de Latinoam¨¦rica empuja a personas a vivir como damnificadas de un desastre permanente; no se asemejan a los trabajadores griegos o espa?oles perdiendo beneficios, se trata de gentes sin esperanzas de nada. En casos como estos el asistencialismo es indispensable. En ese sentido, las pol¨ªticas sociales bolivarianas son cuestionadas como asistencialistas e insostenibles porque dependen de los altos precios del petr¨®leo y de las materias primas. Efectivamente as¨ª es; sin embargo en Latinoam¨¦rica hubo otros per¨ªodos de bonanza rentista que acabaron en despilfarro de las clases altas, la diferencia es que ahora ser¨ªa la primera vez que los pobres no se la pierden y esto tiene una implicaci¨®n pol¨ªtica muy importante.
En efecto, la sostenibilidad o no sostenibilidad en el largo plazo de las pol¨ªticas sociales no puede depender de los precios del petr¨®leo, sino de si a futuro ser¨¢ posible o no elevar la tributaci¨®n, y esto es precisamente lo que mantiene a Latinoam¨¦rica como la regi¨®n m¨¢s desigual. Mientras la media de recaudaci¨®n fiscal de los pa¨ªses de la OCDE es 35% del PIB la de Latinoam¨¦rica es 19%. La ¡°revoluci¨®n fiscal¡± que necesita el continente no surgir¨¢ de la sensibilidad de las clases altas, sino de la competencia democr¨¢tica y la demanda ciudadana. En ese sentido, el impacto pol¨ªtico m¨¢s estrat¨¦gico del llamado ¡°populismo¡± es que est¨¢ modificando positivamente la demograf¨ªa electoral. En el proceso hist¨®rico de valoraci¨®n del voto popular podemos hablar de quienes no existen como electores, de quienes no votan porque no saben que votar es importante, de quienes votan manipulados y de quienes aprenden a vender el voto. Esto concluye cuando se convierten en mayor¨ªa quienes descubren que votar les permite ser representados y tener beneficios. Este proceso civilizatorio lo vivieron los europeos en el siglo pasado y condujo a mayor equidad y desarrollo. En otras palabras, quien quiera gobernar tiene que pensar seriamente que los pobres importan, por ello la inclusi¨®n y la generaci¨®n de una identidad pol¨ªtica que los integre es vital para la democracia, aunque por ahora esa identidad tenga caracter¨ªsticas contestar¨ªas.La herencia m¨¢s particular de Ch¨¢vez ha sido la generaci¨®n de nuevos ricos, esto muy a pesar del conflicto moral que la extrema izquierda tiene con la riqueza. Por ello ha sido realmente surrealista que grupos de la extrema izquierda latinoamericana, ¡°algunos de ellos comunistas de pura raza¡±, fueran enriquecidos y convertidos por Ch¨¢vez en lo que se conoce como ¡°boliburgueses¡±. Esto no es malo, al contrario, es muy positivo que la izquierda tenga empresarios y poder econ¨®mico para fortalecer el balance de poder y mejorar su comprensi¨®n sobre el mercado y la democracia.
En Nicaragua los recursos llegados de Venezuela est¨¢n dando tiempo para un despegue productivo del pa¨ªs. Entre los muchos proyectos se ha construido un gran parque de diversiones gratuito que visitan diariamente decenas de miles de ni?os y j¨®venes con sus familias. Esto podr¨ªa considerarse insostenible a futuro; sin embargo, si se tiene en cuenta la contagiosa infecci¨®n criminal que padecen los violentos vecinos El Salvador, Guatemala y Honduras, el parque es un formidable instrumento de prevenci¨®n del delito que est¨¢ protegiendo la seguridad y el crecimiento econ¨®mico de Nicaragua. Visto as¨ª, Ch¨¢vez en realidad ha subsidiado indirectamente a los empresarios. Si a futuro los recursos venezolanos dejan de llegar, los ricos nicarag¨¹enses tendr¨¢n que decidir si prefieren pagar m¨¢s impuestos o enfrentarse a los narcotraficantes y a la ¡°mara salvatrucha¡±.
Joaqu¨ªn Villalobos fue guerrillero salvadore?o y es consultor para la resoluci¨®n de conflictos internacionales
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.