La Capilla Sixtina se prepara para el c¨®nclave
Las estrellas del escenario son las dos estufas de hierro colado que servir¨¢n para quemar las papeletas de las votaciones
El mundo queda muy lejos cuando se atraviesa el port¨®n de bronce, a la derecha de la bas¨ªlica de San Pedro, y se sube por la fastuosa escalinata decorada con escudos papales, hasta la Capilla Sixtina. El Vaticano, en un esfuerzo de apertura informativa, ha permitido a un grupo de periodistas (entre ellos a una representante de EL PA?S) recorrer las estancias majestuosas que llevan a la capilla construida por orden de Sixto IV, en el siglo XV y comprobar?in situ c¨®mo van los trabajos de acondicionamiento del que ser¨¢, a partir del martes, el escenario del c¨®nclave.
Miles de turistas hac¨ªan cola en el exterior para visitar la bas¨ªlica de San Pedro, bajo el sol pegajoso que ha vuelto a brillar despu¨¦s de d¨ªas de lluvia ininterrumpida. Dentro, bajo la vigilancia estricta de funcionarios de la Santa Sede en traje y abrigo negro, era posible contemplar de cerca como se prepara la Capilla Sixtina, donde se celebra la elecci¨®n de los Papas desde 1513, para acoger la elecci¨®n del Pont¨ªfice 266? de la Iglesia Cat¨®lica.
Bajo la b¨®veda pintada por Miguel ?ngel con escenas del Juicio Final, en la atmosfera de paz que se supone a las reuniones del c¨®nclave, es posible imaginar que un momento de ¨¦xtasis m¨ªstico embargue a los cardenales. Al menos para ponerse de acuerdo en cu¨¢l de ellos puede ser el mejor Papa posible. El destinado a encontrar el sitio adecuado para la Iglesia en el mundo moderno.
En v¨ªsperas de ese momento, la Sixtina, una de las mayores joyas del arte religioso, presentaba durante el mediod¨ªa, un estado algo calamitoso. Una fila de mesas, tapizadas de beige y con largos faldones rojos, estaba lista ya para servir de pupitre a los cardenales electores, mientras a la otra mitad le faltaba a¨²n la aportaci¨®n (esencial) de los tapiceros.
Las estrellas del escenario eran, sin embargo, las dos estufas de hierro colado que servir¨¢n para quemar las papeletas de las votaciones, una, y para acelerar el proceso de ignici¨®n, la otra, con la consiguiente expulsi¨®n del humo del color requerido. Negro, cuando las votaciones no son concluyentes, blanco cuando se ha producido la elecci¨®n. Seg¨²n los casos, se facilita la combusti¨®n de las papeletas con determinados productos qu¨ªmicos, o paja h¨²meda, para producir el humo que se requiere.
Entre la antesala y la capilla propiamente dicha, se ha instalado una peque?a rampa de madera, forrada de tela de un beige intenso, para salvar el peque?o desnivel. Un trabajo discreto que no perturbaba la contemplaci¨®n de los frescos de Boticelli, Rafael y Ghirlandaio.
La estufa principal se usa desde el c¨®nclave que eligi¨® a P¨ªo XII, en marzo de 1939. Y lleva grabadas cuidadosamente, en la parte superior, las fechas de todos los c¨®nclaves en los que ha sido utilizada. El de octubre de 1958, que eligi¨® a Juan XXIII, el de junio de 1963, con Pablo VI, los dos de 1978, en los que fueron elegidos sucesivamente Juan Pablo I y Juan Pablo II, y el de abril de 2005, que concluy¨® con la elecci¨®n de Benedicto XVI.
En ese ¨²ltimo c¨®nclave se utiliz¨® por primera vez la estufa auxiliar para favorecer la emisi¨®n de humo. Los resultados no fueron perfectos, porque la fumata blanca que anunciaba la elecci¨®n de Benedicto XVI, empez¨® siendo claramente negra para pasar despu¨¦s del gris al blanco inequ¨ªvoco.
En la Capilla Sixtina se han celebrado 24 c¨®nclaves hasta la fecha (el que comienza el martes ser¨¢ el n¨²mero 25). Aunque ninguno de ellos con un Papa em¨¦rito, en condiciones de seguir por televisi¨®n la procesi¨®n de cardenales entre las capillas Paulina y Sixtina, donde el ceremoniero pontificio pronunciar¨¢, el martes por la tarde, las famosas palabras ¡°Extra omnes¡±. Todos fuera, y dar¨¢ comienzo el c¨®nclave.
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