Aumenta la confrontaci¨®n pol¨ªtica ante las elecciones del 14 de abril en Venezuela

Tachar a los opositores de pitiyanquis, oligarcas o escu¨¢lidos; llamar cochino al l¨ªder de la oposici¨®n, Henrique Capriles; tratar a los rivales pol¨ªticos como enemigos, emplear un lenguaje belicoso, rodilla en tierra y fusil al hombro¡­ Todo eso contribuy¨® a que el presidente Hugo Ch¨¢vez ganara 13 de las 14 elecciones que disput¨® desde 1998. La oposici¨®n, sin embargo, solo pudo so?ar con derrotarle cuando consigui¨® unirse el a?o pasado en torno a un l¨ªder como Capriles, que comenz¨® a responder a las agresiones con un lenguaje conciliador.

El pasado 7 de octubre Ch¨¢vez venci¨® con el 54% de los votos, pero Capriles alcanz¨® el 45% y obtuvo el respaldo de seis millones de venezolanos. Ahora, tras la muerte de Ch¨¢vez, su sucesor pol¨ªtico, Nicol¨¢s Maduro, dispar¨® de inmediato con el arsenal de insultos ¡ª¡°prensa canalla¡±, ¡°traidores a la patria¡±¡ª heredado. Pero Capriles, al contrario de lo que ven¨ªa haciendo hasta ahora, dio un paso al frente y respondi¨® con palabras in¨¦ditas en su carrera de candidato presidencial.

Ambos bloques, chavistas y antichavistas se medir¨¢n el pr¨®ximo 14 de abril en las urnas, seg¨²n han anunciado las autoridades electorales.

Capriles hab¨ªa permanecido callado el jueves cuando el presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, anunci¨® que Maduro ser¨ªa juramentado presidente el viernes, despu¨¦s de las exequias de Ch¨¢vez. Guard¨® silencio a pesar de que ¨¦l considera que es el propio Cabello el que deb¨ªa asumir la presidencia hasta que se celebren las pr¨®ximas elecciones. Tanto el Gobierno como la oposici¨®n aseguran que la Constituci¨®n avala sus posturas. Pero lo que subyace debajo de esa batalla jur¨ªdica es que, hasta que se celebren los comicios, el candidato Maduro podr¨¢ beneficiarse de todo el poder y visibilidad que le otorgue el presidente Maduro. Capriles guard¨® silencio tambi¨¦n durante la ma?ana del viernes cuando una treintena de mandatarios internacionales acudieron a las exequias de Ch¨¢vez. Y call¨® cuando esa misma ma?ana el Tribunal Supremo de Justicia aval¨® la decisi¨®n del Gobierno para que Maduro asumiera la presidencia. Pero al llegar la tarde, una vez concluido el funeral, convoc¨® a la prensa y estall¨® como nunca lo hizo hasta ahora.

Calific¨® la sentencia de ¡°fraude constitucional¡±, anunci¨® que no asistir¨ªa a la Asamblea porque la jura era ¡°espuria¡±, es decir, falsa, enga?osa, seg¨²n la Real Academia Espa?ola. Y se permiti¨® tutear al pr¨®ximo jefe de Estado: ¡°Nicol¨¢s, a ti nadie te eligi¨® presidente, chico. El pueblo nunca vot¨® por ti. ?Cu¨¢l es el miedo, Nicol¨¢s?¡±. Y a los jueces del Supremo les dijo: ¡°Ustedes no son el pueblo, ustedes no deciden qui¨¦n es el presidente¡±.

Prueba de la fractura que vive el pa¨ªs es que los medios p¨²blicos no emitieron las palabras del hombre al que hab¨ªan votado seis millones de venezolanos, que ahora hablaba de ¡°fraude constitucional¡± y se negaba a asistir a la jura. Una parte de la oposici¨®n, sin embargo, decidi¨® acudir al acto en la C¨¢mara. La sesi¨®n extraordinaria comenz¨® con alusiones y ataques del presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, a Capriles.

¡°El Gobierno sabe que en el terreno de la confrontaci¨®n siempre va a salir ganando¡±, explica un asesor del Ejecutivo. ¡°La gente humilde de este pa¨ªs ha sufrido mucho, ha sido humillada y ninguneada por la clase dirigente. La fractura social no la invent¨® Ch¨¢vez, ya exist¨ªa. Pero ¨¦l consigui¨® que el pueblo m¨¢s humilde fuera consciente de sus derechos¡±.

Maduro jur¨® por fin en la noche del viernes como ¡°presidente encargado¡±. Y en la jura que lo convert¨ªa en el presidente n¨²mero 48 del pa¨ªs no pod¨ªa dejar de utilizar el lenguaje b¨¦lico que acu?¨® su antecesor. Con la mano derecha levantada dijo: ¡°Juro a nombre de la lealtad m¨¢s absoluta al comandante Hugo Ch¨¢vez que cumpliremos y haremos cumplir esta Constituci¨®n bolivariana con la mano dura de un pueblo dispuesto a ser libre¡±.

Despu¨¦s, Maduro no pudo evitar el sollozo cuando sinti¨® el peso de la banda presidencial. ¡°Esta banda de mi comandante, esta presidencia¡­ Perdonen estas l¨¢grimas, pero esta banda es de Hugo Ch¨¢vez¡±. Intentaba imitar al l¨ªder no solo en el tono y la prosodia de su discurso, sino hasta en esas pausas ret¨®ricas en las que Ch¨¢vez sol¨ªa preguntarse en voz alta, como si estuviera solo, por alguna expresi¨®n de la que no terminaba de acordarse. Maduro hizo referencias a la enfermedad del anterior presidente, la calific¨® de ¡°extra?a¡±, pero evit¨® revelar qu¨¦ tipo de c¨¢ncer le provoc¨® la muerte. Su primera decisi¨®n al frente del pa¨ªs fue nombrar vicepresidente al ministro de Ciencia y Tecnolog¨ªa y yerno de Ch¨¢vez, Jorge Arreaza. Con el nombramiento de este antiguo periodista de 39 a?os, todo qued¨® bien atado.

A partir de ese momento, la poderosa maquinaria electoral del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se puso en marcha. Y a sus rivales los sorprend¨ªa, una vez m¨¢s, divididos y sin una estrategia clara. Roberto Enr¨ªquez, el presidente del Partido Socialcristiano Copei, declar¨® ayer que el deber de su grupo era asistir a la Asamblea. ¡°No se hace oposici¨®n en ausencia ni en silencio¡±, se?al¨®.

¡°Las palabras de Capriles fueron imprudentes, han encendido los motores de la confrontaci¨®n¡±, explica el periodista y pol¨ªtico opositor Vladimir Villegas, hermano mayor del tambi¨¦n periodista y ministro de Comunicaci¨®n, Ernesto Villegas. ¡°Al declarar fraudulenta la sentencia se crea mayor polarizaci¨®n y se cuestiona a todo el chavismo¡­ Cada vez que se hace eso, est¨¢s recordando los errores que ya cometi¨® la oposici¨®n cuando no se present¨® en otras elecciones y le dej¨® todo el poder al oficialismo¡±, sostiene.

Ernesto Villegas, exembajador en M¨¦xico y Brasil con el Gobierno de Ch¨¢vez, cree que Nicol¨¢s Maduro solo buscar¨¢ la reconciliaci¨®n con la oposici¨®n ¡°cuando el escenario de su partido lo permita¡±. Hasta entonces, cree que es conveniente dejar al Gobierno ¡°que juegue su juego¡±. ¡°Ellos van a desarrollar sus propias contradicciones y hay que dejar que pase esta vaina. El cementerio de la pol¨ªtica est¨¢ lleno de impacientes¡±.