El PRI va a misa
Por primera vez en la historia un presidente pri¨ªsta asiste a un servicio religioso en p¨²blico
Enrique Pe?a Nieto se convirti¨® este martes en el primer presidente mexicano surgido del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en asistir p¨²blicamente a una misa. El domingo pasado el mandatario viaj¨® a Roma para estar en el rito cat¨®lico con el que de manera oficial comenzar¨¢ el papado del cardenal argentino Jorge Bergoglio, Francisco, elegido pont¨ªfice el mi¨¦rcoles pasado. Con su asistencia, Pe?a Nieto marc¨® un hito en la diplomacia entre M¨¦xico y El Vaticano en tiempos del PRI.
Rotas en 1867, las relaciones entre M¨¦xico y el Estado Vaticano fueron inexistentes durante 130 a?os. El a?o en que naci¨® el partido Nacional Revolucionario, 1929, tambi¨¦n marc¨® el fin de una guerra civil de car¨¢cter religioso instigada en parte por Plutarco El¨ªas Calles, fundador de ese antecesor del PRI. A partir de ello, y durante las siguientes seis d¨¦cadas, los gobernantes surgidos de la Revoluci¨®n Mexicana tuvieron relaciones m¨¢s o menos discretas con los jerarcas religiosos hasta que en 1992 el presidente Carlos Salinas de Gortari reform¨® la ley, reanud¨® relaciones con la Santa Sede y dio personalidad jur¨ªdica a las organizaciones religiosas. Pero ni Salinas ni su sucesor del mismo partido, Ernesto Zedillo, asistieron nunca como presidentes a misa p¨²blica alguna.
En cambio, el pri¨ªsta Pe?a Nieto ha decidido dar un perfil muy distinto a su relaci¨®n con la jerarqu¨ªa cat¨®lica. Desde que fue gobernador del Estado de M¨¦xico (2005-2011) ya hab¨ªa dado un lugar especial a la Iglesia de Roma. Como ejemplo de ello es lo acontecido en diciembre de 2009, cuando en El Vaticano y luego de presentar a su entonces pareja, Ang¨¦lica Rivera, a Benedicto XVI, el pol¨ªtico anunci¨® que se casar¨ªa con ella, cosa que hizo 11 meses despu¨¦s en la catedral del Toluca.
En sus primeros 71 a?os en el poder (1929-2000) el partido Revolucionario Institucional tuvo en la laicidad del Estado uno de sus recursos discursivos m¨¢s emblem¨¢ticos. Durante esas d¨¦cadas hubo adem¨¢s limitantes legales al culto en lugares p¨²blicos, a la transmisi¨®n en televisi¨®n o radio de servicios religiosos e incluso los ministros de las iglesias ten¨ªan prohibido votar. Este marco regulatorio no impidi¨® que gobernantes y jerarcas cat¨®licos se relacionaran, pero supuso conductas p¨²blicas donde se ensalzaba que al ¡°C¨¦sar lo del C¨¦sar...¡±
Todo comenz¨® a cambiar de manera m¨¢s dram¨¢tica a partir de la primera visita de Juan Pablo II a M¨¦xico, en enero de 1979, cuando para salvar las formas, el presidente Jos¨¦ L¨®pez Portillo dio la bienvenida al papa polaco con unas palabras que dejaban a salvo el hecho de que no era recibido como jefe de Estado: "Que su misi¨®n de paz y concordia y los esfuerzos de justicia que realiza tengan ¨¦xito en las pr¨®ximas jornadas¡±, dijo L¨®pez Portillo. ¡°Lo dejo en manos de la jerarqu¨ªa y fieles de su Iglesia, y que todo sea para bien de la humanidad".
El disimulo del presidente contrast¨® con el arrebato de un pueblo que sigui¨® en directo por la televisi¨®n y la radio cada uno de los pasos de la primera de cinco visitas que har¨ªa Juan Pablo II a M¨¦xico. Y mucho tiempo despu¨¦s se supo que la aparente indiferencia de L¨®pez Portillo ante el religioso no impidi¨® que el entonces mandatario llevara al papa a la residencial oficial de Los Pinos para que oficiara una ceremonia privada para la madre del gobernante.
Durante su administraci¨®n Miguel de la Madrid (1982-1988) no acudi¨® a El Vaticano a una visita oficial ni el papa regres¨® a M¨¦xico en ese periodo. En cambio, Carlos Salinas de Gortari promovi¨® el restablecimiento de las relaciones, lo que en su momento suscit¨® un gran debate sobre el riesgo que eso supondr¨ªa para la laicidad del Estado mexicano. En ese periodo, Juan Pablo II visitar¨ªa el pa¨ªs en dos ocasiones (1990 y 1993).
El debate sobre la laicidad se encendi¨® de nuevo cuando Vicente Fox, presidente surgido del derechista partido Acci¨®n Nacional, bes¨® en 2002 el anillo papal de Juan Pablo II, quien realizaba entonces su quinta y ¨²ltima visita. En cambio, Felipe Calder¨®n Hinojosa, presidente de 2006 a 2012, recibi¨® en Guanajuato en marzo del a?o pasado a Benedicto XVI y lo salud¨® solo con un apret¨®n de manos. Calder¨®n y cuatro de los cinco candidatos que en julio pasado se disputaron la presidencia, entre ellos el propio Pe?a Nieto, estuvieron en la misa celebrada .
Tanto Fox como Calder¨®n asistieron como presidentes de la Rep¨²blica a sendos actos religiosos en honor a Juan Pablo II en El Vaticano. En 2005, el primero acudi¨® a la misa de difuntos del papa polaco, y en 2011 el segundo acudi¨® a San Pedro a la misa por la beatificaci¨®n de Karol Wojtyla. A pesar de ser panistas, sus viajes no estuvieron exentos de cr¨ªticas por tratarse de jefes de un Estado laico donde la poblaci¨®n cat¨®lica, si bien mayoritaria, va a la baja: pas¨® de casi 90% en 1990 a 83% en 2010.
Rumbo a Roma, y a bordo del avi¨®n presidencial, Pe?a Nieto dijo a la prensa mexicana que iba al Vaticano ¡°con la intenci¨®n de poderle saludar (al Papa Francisco), de expresarle toda clase de parabienes por su designaci¨®n. Y ratificar el inter¨¦s de que M¨¦xico quiere una relaci¨®n cordial, respetuosa¡±.
El especialista Bernardo Barranco ha dicho en La Agenda Pendiente (Editorial Planeta, 2012), que todo hace suponer que el hoy ¡°presidente de la Rep¨²blica desempolva la tesis salinista de la necesaria participaci¨®n del clero cat¨®lico como un factor clave para la gobernabilidad¡±. ?Cu¨¢les ser¨¢n los alcances de esa relaci¨®n? La respuesta se conocer¨¢ al correr de la presidencia de Pe?a Nieto, quien este lunes se reuni¨® con los cuatro cardenales mexicanos que se encontraban todav¨ªa ayer en Roma, horas antes de participar todos en la misa por la llegada de un nuevo papa, que podr¨ªa marcar tambi¨¦n el arribo de nuevas relaciones entre El Vaticano y M¨¦xico.
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