Chipre es Europa
Chipre tiene problemas, pero para solucionarlos es inaceptable amenazar con echarla de la UE
Para Pilar Navarro, in memoriam
La decisi¨®n de la troika de obligar a los depositantes de ahorros a pagar con un impuesto bancario las p¨¦rdidas del sistema financiero chipriota, constituye un giro hist¨®rico en el proceso de construcci¨®n europea. Desde la ¨²ltima cumbre sobre los presupuestos, en febrero, se sab¨ªa que Alemania se mostraba reacia a activar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para rescatar a los pa¨ªses con fallos; la canciller Merkel dijo claramente que las condiciones para conseguirlo ser¨ªan duras. Su ministro de Finanzas, el se?or Sch?uble, se encarg¨® de precisar estas condiciones a los chipriotas, con la propuesta de hacer nada menos que un corralito europeo.
Nadie habr¨ªa imaginado tal decisi¨®n, pues toca un principio sagrado que va m¨¢s all¨¢ de la construcci¨®n europea: el respeto al ahorro privado. Se nos est¨¢ diciendo que, en nombre de la conformidad con los requisitos del euro, tal y como son concebidos por el Banco Central, la Uni¨®n Europea y el Fondo Monetario Internacional, los ciudadanos europeos deber¨ªan, en caso de quiebra de su sistema bancario, pagar parte de la factura ellos mismos. Es el precio por permanecer en la zona euro.
El perfil del rescate para Chipre es de 17.000 millones de euros: 10.000 millones prestados por el FMI y la Uni¨®n Europea, y 7.000 millones que se deben sacar del ahorro o de las inversiones extranjeras en Chipre. El Parlamento de este pa¨ªs ha rechazado tajantemente esta ¡°oferta¡± envenenada y Chipre pide ahora ayuda a una potencia, Rusia, que no est¨¢ dentro del conjunto europeo. No es la primera vez que se viola as¨ª la solidaridad europea. Basta recordar que durante la crisis de 2008 y la del euro que se produjo un a?o despu¨¦s, el Banco Central, en lugar de bajar los tipos de inter¨¦s del euro para relanzar la econom¨ªa (tal y como ped¨ªan Barack Obama y Nicolas Sarkozy), los aument¨®, provocando el estallido sist¨¦mico de la zona monetaria. Los mercados, que vigilaban la moneda europea, atacaron como lobos a los pa¨ªses cuya deuda soberana entraba en quiebra. A pesar de que la disciplina prevista por el tratado monetario no preve¨ªa pr¨¦stamos fuera de la zona euro, pudimos ver a algunos Estados europeos pedir limosna a China y a los pa¨ªses ¨¢rabes del Golfo. Asimismo, nadie pod¨ªa imaginar que el FMI podr¨ªa convertirse en actor de pleno derecho dentro de la zona euro o, lo que es lo mismo, ?que EE UU, que sigue conservando la mayor¨ªa de derechos de voto en su seno, podr¨ªa arbitrar los pr¨¦stamos en esta zona! En realidad, el caso de Chipre dice mucho m¨¢s de lo que parece.
Tras ense?ar la puerta de salida a Papandreu, Alemania tiene ahora acorralado a Chipre
Est¨¢ claro que no nos enfrentamos solo a una cuesti¨®n t¨¦cnica de gesti¨®n de la zona euro. Se trata, de forma m¨¢s radical, de un problema estrat¨¦gico, pues la moneda europea es, ante todo, una apuesta pol¨ªtica de Europa como polo independiente en el seno de la globalizaci¨®n. Por eso es muy dif¨ªcil entender lo que quiere Alemania hoy d¨ªa, pues, despu¨¦s de haber ense?ado la puerta de salida al griego Papandreu, est¨¢ poniendo a Chipre contra las cuerdas. Por supuesto, tiene derecho a vigilar el funcionamiento de una moneda en la que tiene un papel central; tiene derecho a exigir reglas y normas serias para ello. Pero no poniendo en juego la viabilidad econ¨®mica de un pa¨ªs, pues la oferta del corralito implica, a corto plazo, pr¨¢cticamente la retirada de Chipre de la moneda ¨²nica. O el sometimiento de este pa¨ªs a Rusia. ?Es lo que busca Europa? ?Quiere eso decir que el proyecto de uni¨®n bancaria previsto para sanear las reglas financieras tambi¨¦n va a funcionar de manera tan dr¨¢stica?
Hay algo podrido en la zona euro hoy d¨ªa. Las autoridades europeas est¨¢n perdiendo el norte; ni siquiera se puede confesar qui¨¦n se ha inventado hacer esta propuesta a los chipriotas. ?Cuantas crisis tienen que sufrir los europeos para comprender que se trata del porvenir de un continente en adelante acorralado entre una Asia conquistadora y unos EE UU que no piensan m¨¢s que en sus intereses? ?Cu¨¢ntas para comprender que la construcci¨®n de Europa no debe solo obedecer a criterios contables, sino a una voluntad compartida? Reglas comunes s¨ª, pero no una Europa disciplinaria. Chipre tiene problemas, de acuerdo; pero para solucionarlos, es inaceptable amenazar con echarla de Europa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.