Pier Luigi Bersani fracasa en su intento de formar Gobierno en Italia
El l¨ªder del centroizquierda comunica al presidente que no tiene los apoyos para formar un Ejecutivo Napolitano empezar¨¢ una nueva ronda de reuniones para buscar una alternativa
Italia no consigue darse un Gobierno. Despu¨¦s de cuatro d¨ªas hablando con unos y con otros, el candidato del centroizquierda, Pier Luigi Bersani, subi¨® este jueves a ver al presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano, y le confes¨® que no hab¨ªa obtenido los apoyos necesarios para formar un gobierno estable. Napolitano, un antiguo comunista de 88 a?os que concluir¨¢ su mandato el 15 de mayo, le respondi¨® que lo intentar¨¢ ¨¦l. Y, a los pocos minutos, organiz¨® para el Viernes Santo una intensa jornada de consultas con todas las formaciones pol¨ªticas. A la salida del palacio del Quirinal, Bersani resumi¨® su fracaso con amargura: ¡°Las condiciones eran inaceptables¡±.
Bersani se lo hab¨ªa jugado todo a una carta: obtener el apoyo del Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo. Y el mi¨¦rcoles, con la televisi¨®n en directo, se reuni¨® con sus portavoces en la C¨¢mara de Diputados, Roberta Lombardi, y el Senado, Vito Crimi. El secretario general del Partido Democr¨¢tico (PD) les dijo que necesitaba su voto para hacer todo aquello por lo que hab¨ªan luchado plaza a plaza ¨Cla reforma de la ley electoral, el tajo a los gastos de la pol¨ªtica¡--, les asegur¨® que por su cabeza jam¨¢s hab¨ªa rondado una alianza con Silvio Berlusconi y, en resumen, les pidi¨® que aceptaran su parte de responsabilidad con un pa¨ªs que lleva 100 d¨ªas con un gobierno en funciones en medio de la peor recesi¨®n desde despu¨¦s de la guerra. La respuesta fue no.
¡°Desde hace 20 a?os¡±, dijo Roberta Lombardi a modo de ¨²nica explicaci¨®n, ¡°vengo escuchando las mismas palabras y luego no se hace nada¡±. Bersani le respondi¨® que no aceptaba que lo metieran en el mismo saco que a Berlusconi, pero no sirvi¨® de nada. Lombardi y Crimi no ven¨ªan a negociar, sino a escenificar p¨²blicamente su rechazo frontal. No se sabe si la presencia en directo de las c¨¢maras fue una exigencia de Grillo para controlar a Bersani o para controlar a los suyos, despu¨¦s de que durante la votaci¨®n del presidente del Senado algunos de los senadores del Movimiento 5 Estrellas desobedecieran su consigna de votar en blanco y apostaran por el candidato del PD, Piero Grasso, exfiscal nacional antimafia.
De hecho, a¨²n se espera una explicaci¨®n seria por parte de Beppe Grillo a su rechazo frontal a permitir un Gobierno que llevar¨ªa adelante sus propuestas. De ocurrencia en ocurrencia, marineando h¨¢bilmente por el ¨¢rbol de los insultos, el l¨ªder del Movimiento 5 Estrellas intenta obviar lo que ya es inevitable: su parte de responsabilidad en la ingobernabilidad de Italia y, m¨¢s a¨²n, en la salud pol¨ªtica de Silvio Berlusconi. Si Grillo se hubiera aliado con Bersani, aun de forma puntual, Il Cavaliere estar¨ªa ya eligiendo la tierra donde cavar su tumba pol¨ªtica.
Pero el Viernes Santo, ¨¦l o algunos de los suyos, volver¨¢n a subir al palacio del Quirinal con las expectativas de volver a ser determinante en la pol¨ªtica de un pa¨ªs que situaron al borde del precipicio en noviembre de 2011. Aquellos d¨ªas, una acci¨®n de Napolitano logr¨® sacar del poder a Berlusconi y sustituirlo por un gobierno t¨¦cnico liderado por Mario Monti. Da idea de la impotencia de la pol¨ªtica italiana para resolver los problemas del pa¨ªs que tenga que ser de nuevo Napolitano quien ¨Ctras el fracaso de la irrupci¨®n electoral de Monti y el ¨¦xito de un Movimiento basado en la cr¨ªtica a la pol¨ªtica tradicional¡ªtenga que volver a buscar un as en la manga. ?Hay posibilidad para ello?
O, mejor, ?hay posibilidad de formar un Gobierno estable sin tener que caer en las ¡°condiciones inaceptables¡± a las que se refer¨ªa Bersani? Durante los ¨²ltimos d¨ªas, la prensa italiana ha venido contando los intentos de Berlusconi por obtener alguna tajada de poder a cambio de un hipot¨¦tico apoyo a Bersani. Incluso en alg¨²n momento se ha llegado a postular ¨C¨¦l, un pol¨ªtico en v¨ªas de ser condenado por fraude fiscal o inducci¨®n a la prostituci¨®n de menores¡ªcomo pr¨®ximo presidente de la Rep¨²blica. En todo momento, el candidato del centroizquierda cerr¨® las puertas a un apoyo que, a la corta y a la larga, terminar¨ªa siendo mortal. A nadie se le escapa que lo ¨²nico que desea Berlusconi en estos momentos es un salvoconducto para evitar los juicios. O, en el peor de los casos, nuevas elecciones. Una nueva campa?a electoral le servir¨ªa para revalidar la excusa del ¡°leg¨ªtimo impedimento¡± que tiene paralizados sus procesos en contra.
Las consecuencias de la ingobernabilidad ya se est¨¢n notando. La prima de riesgo se dispar¨® hasta los 360 puntos b¨¢sicos, 11 puntos m¨¢s que el d¨ªa anterior, ya en los niveles de septiembre de 2012. De ah¨ª que Napolitano, tras su reuni¨®n con Bersani, anunciara la nueva ronda de consultas, que se iniciar¨¢ a las once de la ma?ana con el Pueblo de la Libertad (PDL) de Silvio Berlusconi y terminar¨¢ a las seis de la tarde con el Partido Democr¨¢tico (PD) de Pier Luigi Bersani. Tambi¨¦n volver¨¢n a ver al presidente de la Rep¨²blica los parlamentarios de Grillo, cuya ¨²ltima ocurrencia fue la de proponer que Italia siga funcionando sin Gobierno: ¡°Para ir adelante basta con el Parlamento¡±.
Tras la reuni¨®n de Bersani con Napolitano, el PD precis¨® que su candidato no hab¨ªa tirado la toalla, sino que ahora la pelota estaba en el tejado del presidente de la Rep¨²blica. ¡°La situaci¨®n es complicada y el jefe del Estado ha preferido tomarse alguna hora m¨¢s para verificar qu¨¦ condiciones habr¨¢ a corto plazo¡±. En cualquier caso, salvo la nunca descartable capacidad de la pol¨ªtica italiana para encontrar alguna soluci¨®n, no parece que hayan m¨¢s opciones que dejar que Bersani se someta a la confianza del Parlamento ¨Ca la espera de que los parlamentarios del Movimiento 5 Estrellas vuelvan a romper la disciplina de voto--, o bien proponer un candidato de consenso o, en el peor de los casos, certificar la gravedad de la aver¨ªa y encaminar al pa¨ªs a unas nuevas elecciones.
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