Intimidaci¨®n en Venezuela: el caso de Miguel ?ngel Hern¨¢ndez
La preocupante erosi¨®n del derecho a la libertad de expresi¨®n en Venezuela ha sido documentada por organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos
El 14 de abril pr¨®ximo, Nicol¨¢s Maduro ¡ªsucesor de Hugo Ch¨¢vez¡ª se enfrentar¨¢ a una oposici¨®n unida liderada por Henrique Capriles en las elecciones presidenciales en Venezuela. Con seguridad, los an¨¢lisis posteriores se centrar¨¢n en si la votaci¨®n se realiz¨® de manera libre y justa. Sin embargo, para tener una lectura precisa del proceso electoral, basta con observar la situaci¨®n de quienes protestan pac¨ªficamente en el pa¨ªs.
As¨ª como el encarcelamiento de la banda rusa de punk rock Pussy Riot ejemplifica bien el autoritarismo del gobierno ruso, hay un caso poco conocido de persecuci¨®n pol¨ªtica en Venezuela que nos describe a la perfecci¨®n el clima de intimidaci¨®n bajo el que se producir¨¢ la contienda electoral en ese pa¨ªs. Se trata del caso de Miguel ?ngel Hern¨¢ndez Souquett, un ciudadano venezolano de 51 a?os de edad, de ocupaci¨®n mec¨¢nico automotriz.
El 5 de febrero de 2010, Hern¨¢ndez fue detenido por efectivos de la Guardia Nacional y acusado por la supuesta comisi¨®n del delito de ¡°ofensa a los jefes de gobierno¡±, mientras se encontraba en un estadio de Porlamar, Venezuela, presenciando un encuentro de beisbol entre Venezuela y M¨¦xico. ?La raz¨®n? Hern¨¢ndez llevaba puesta una camiseta de mangas cortas, de color amarillo, con la inscripci¨®n ¡°Hugo me cago en tu revoluci¨®n¡± estampada en letras may¨²sculas negras, as¨ª como una caricatura del personaje de dibujo animado ¡°Bart Simpson¡± de espaldas, con los pantalones abajo y exponiendo los gl¨²teos.
Hern¨¢ndez pas¨® las ¨²ltimas horas de la noche en una instalaci¨®n militar, para luego ser entregado a la delegaci¨®n territorial de la infame polic¨ªa secreta de Venezuela ¡ªel SEBIN¡ª donde pas¨® una segunda noche. En la ma?ana del 7 de febrero, un fiscal solicit¨® la imposici¨®n de una medida cautelar sustitutiva a la privaci¨®n de libertad a su favor y la prosecuci¨®n de un proceso judicial por la v¨ªa abreviada.
Desde entonces y en tanto el juicio est¨¦ en curso, Hern¨¢ndez se encuentra obligado a presentarse y firmar cada 30 d¨ªas ante el tribunal que conoce su causa. El proceso ha incluido al menos seis diferimientos de juicio debido a la incomparecencia o reticencia de la fiscal¨ªa para presentarse ante el tribunal. En lugar de sobreseer el caso, el juez de turno simplemente aplaza las audiencias para una nueva fecha, puesto que sabe de antemano que el sobreseimiento de la causa podr¨ªa ser considerado una traici¨®n a la revoluci¨®n. De acuerdo al precedente sentado con el caso de la jueza Afiuni, los jueces venezolanos que dictan resoluciones contrarias al gobierno bien pueden terminar en prisi¨®n. Con tal motivo, Hern¨¢ndez se encuentra viviendo en un limbo legal de poco m¨¢s de tres a?os, por el simple hecho de haber vestido una camiseta ofensiva contra la ¡°revoluci¨®n¡± de Ch¨¢vez. Lo que es peor, el proceso judicial penal en su contra podr¨ªa concluir en una condena de hasta dos a?os y medio de prisi¨®n en una de las temibles c¨¢rceles venezolanas, famosas por tener las tasas de homicidios m¨¢s altas del mundo. La pr¨®xima audiencia del juicio de Hern¨¢ndez est¨¢ programada para junio.
Las autoridades venezolanas que hicieron posible la acusaci¨®n de Miguel Hern¨¢ndez, as¨ª como su enjuiciamiento y eventual condena, han violado el est¨¢ndar internacional de protecci¨®n de la libertad de expresi¨®n, vinculante para el Estado de Venezuela a partir de la ratificaci¨®n la Convenci¨®n Americana sobre Derechos Humanos (CADH) el 9 de agosto de 1977.
La preocupante erosi¨®n del derecho a la libertad de expresi¨®n en Venezuela ¡ªy de violaci¨®n de derechos humanos en general¡ª ha sido documentada a trav¨¦s de informes, comunicados y diversos pronunciamientos a cargo de organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos. Desde el 2008 hasta la fecha, tanto la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos han condenado al Estado venezolano por m¨²ltiples violaciones a la CADH o Pacto de San Jos¨¦ de Costa Rica. Por su parte, Venezuela ha ignorado sucesivamente estos pronunciamientos, y el a?o pasado lleg¨® al extremo de convertirse en el primer Estado latinoamericano en denunciar la convenci¨®n, con la finalidad de evadir la jurisdicci¨®n de la Corte Interamericana, y evitar que sus est¨¢ndares en materia de libertad de expresi¨®n contin¨²en siendo obligatorios bajo la revoluci¨®n de Ch¨¢vez.
Hern¨¢ndez declar¨® ante la prensa: ¡°[¡] mantengo mi libertad de expresi¨®n y si vivimos en un pa¨ªs democr¨¢tico yo tengo derecho a decir: a m¨ª esto no me gusta. Yo no me refer¨ª a Ch¨¢vez sino a su revoluci¨®n porque no la quiero ni la querr¨¦ nunca.¡±
El caso de Hern¨¢ndez es tan s¨®lo un peque?o ejemplo de la realidad diaria que enfrentan los venezolanos, y una radiograf¨ªa del clima de intolerancia e intimidaci¨®n en el que se desarrolla la actual campa?a electoral.
Son millones los venezolanos que comparten la posici¨®n cr¨ªtica de la ¡°revoluci¨®n bolivariana¡± que tiene el Sr. Hern¨¢ndez, m¨¢s all¨¢ de que no se involucren en incidentes similares para comunicar su opiniones e ideas. Y es que las acciones del gobierno env¨ªan un mensaje inequ¨ªvoco: las expresiones de aversi¨®n a la revoluci¨®n de Ch¨¢vez son un crimen cuyo castigo son a?os de problemas en los tribunales y la posibilidad de una pena de prisi¨®n en las c¨¢rceles m¨¢s letales del mundo. Por desgracia, aunque el gobierno chavista renunciara a sus maniobras de manipulaci¨®n y fraude electoral ¡ªque son muy similares a las utilizadas por el gobierno de Putin¡ª el actual clima de temor y sumisi¨®n al caudillo tiende a garantizar que la pesadilla de Venezuela continuar¨¢ por otro per¨ªodo de seis a?os.
*Garry Kasparov es excampe¨®n mundial de ajedrez y presidente de la junta directiva y del consejo internacional de Human Rights Foundation (HRF), una organizaci¨®n de derechos humanos con sede en Nueva York. Thor Halvorssen es presidente de HRF.
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