El poder del crimen anula a la sociedad civil en Tamaulipas
El cierre de una web que alertaba de zonas de peligro contin¨²a la erosi¨®n social del Estado m¨¢s opaco de M¨¦xico


¡°Hoy por la ma?ana apareci¨® una camioneta con varios ejecutados por el chaparral. Estaba balaceada la camioneta. Y los soldados llegaron por ella a las meritas 12 de la tarde." Este mensaje fue publicado este martes a las 19.11 en la p¨¢gina de Facebook de Valor por Tamaulipas. Es una web dirigida por un internauta an¨®nimo en la que se avisa de qu¨¦ zonas es preferible evitar y de qu¨¦ sucesos ocurren a lo largo del d¨ªa en Tamaulipas. Tanto ha arraigado la violencia en este Estado del noreste de M¨¦xico que para los tamaulipecos el concepto de informaci¨®n de servicio incluye saber en qu¨¦ erial han aparecido cad¨¢veres metidos en bolsas o en qu¨¦ calle han sonado disparos de kalashnikov. Pero dentro de unos d¨ªas ya no podr¨¢n consultar esta informaci¨®n en Valor por Tamaulipas. Su autor ha anunciado que la cerrar¨¢ la semana que viene porque el crimen organizado le ha puesto precio a su cabeza: 600.000 pesos. 46.000 d¨®lares. La erosi¨®n de la sociedad civil de este Estado contin¨²a hasta en el ciberespacio.
Tamaulipas es un territorio casi vedado para las iniciativas no gubernamentales en favor de los derechos humanos. En una entrevista concedida hace una semana a EL PA?S por el jefe de la oficina regional contra el delito de Naciones Unidas, su encargado, Antonio Luigi Mazzitelli, reconoci¨® que ellos no trabajan en este estado porque no pueden garantizar la seguridad de sus operadores. Hace un a?o, el Colectivo de An¨¢lisis de la Seguridad con Democracia tante¨® en su nombre al Gobierno tamaulipeco para saber si era factible hacer all¨ª un taller sobre las condiciones de seguridad de los periodistas. La respuesta fue negativa. ¡°Nos dijeron que mejor ni fu¨¦ramos¡±, dice el presidente de esta organizaci¨®n asesora, Ra¨²l Ben¨ªtez Manaut. Este experto en seguridad afirma que la virulencia de las mafias en esta zona y su control del territorio impiden el desarrollo de la sociedad civil. ¡°Nadie organiza nada en Tamaulipas. La cohesi¨®n social y pol¨ªtica est¨¢ muy deteriorada, y su soberan¨ªa territorial est¨¢ muy mermada¡±. Mientras tanto el Gobierno federal se limita a reconocer de una manera gen¨¦rica su preocupaci¨®n por Tamaulipas. Este mi¨¦rcoles el secretario de Gobernaci¨®n (ministro del Interior mexicano), Miguel ?ngel Osorio Chong, dio una rueda de prensa sobre la evoluci¨®n de la violencia en M¨¦xico y se le pregunt¨® c¨®mo valoraba el hecho de que una organismo del peso de Naciones Unidas no se atreviese a poner un pie en Tamaulipas. Osorio Chong solo dijo que es un Estado con ¡°complicaciones¡± y que era uno de los objetivos del plan de seguridad del gabinete del presidente Enrique Pe?a Nieto.
La realidad concreta para la sociedad civil es asfixiante. Desde la oficina mexicana de Amnist¨ªa Internacional explican que ellos no hacen nada en Tamaulipas porque no han tenido ocasi¨®n de encontrar a ning¨²n grupo de ciudadanos que pueda servirles de enlace local para sus actividades. La secci¨®n de Human Rights Watch en M¨¦xico lamenta que se trata de uno de los estados con m¨¢s necesidad de activistas y sin embargo carece de ellos por el riesgo que supone defender los derechos humanos donde el poder del crimen parece ubicuo. ¡°No solo por la falta de apoyo de las autoridades estatales y por la violencia de la delincuencia organizada, sino tambi¨¦n por el siniestro nexo entre ambos¡±, dice Nik Steinberg, investigador de esta organizaci¨®n. Las ONG locales en Tamaulipas son una especie civil amenazada.
La m¨¢s consolidada del Estado cerr¨® en 2011 despu¨¦s de 12 a?os de actividad. Se llamaba Centro de Estudios Fronterizos y de Promoci¨®n de los Derechos Humanos, CEFPRODHAC, y ten¨ªa su base en Reynosa. Un miembro de la organizaci¨®n cuenta por correo electr¨®nico, bajo condici¨®n de anonimato, por qu¨¦ han tenido que echarse a un lado. ¡°Lleg¨® un momento en que no sab¨ªas a qui¨¦n estabas defendiendo, pod¨ªa ser un delincuente, y el trabajo de monitoreo y de registro de las torturas era altamente riesgoso¡±. Pone un ejemplo de la inviabilidad del trabajo civil para las agencias locales y para las for¨¢neas. ¡°El a?o pasado visitaron nuestra ciudad dos mujeres que hacen investigaci¨®n sobre derechos humanos y literalmente salieron huyendo por las amenazas que recibieron¡±.
Otro caso es el del Comit¨¦ de Derechos Humanos de Nuevo Laredo. Su presidente, Raymundo Ramos, explica que su grado de inseguridad llega a tal punto que trabajan siempre con su oficina cerrada con llave, y nunca de noche. Ramos est¨¢ bajo protecci¨®n de la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n a petici¨®n de la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos. Su ONG document¨® la ¡°desaparici¨®n forzada¡± de seis hombres en junio de 2011 a manos supuestamente de miembros de la Armada, y la Comisi¨®n Nacional exigi¨® la aclaraci¨®n del caso en su Recomendaci¨®n 39/2012. ¡°Entonces hubo actos de intimidaci¨®n hacia los familiares de las v¨ªctimas y hacia un servidor¡±, dice Ramos, que igual que reconoce que en su momento la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n se ocup¨® de protegerlo, denuncia que hace cuatro meses que intenta sin ¨¦xito reunirse con miembros de este organismo. ¡°Aunque estemos en riesgo, a los de la provincia no quieren escucharnos¡±. ?l dice que vive entre dos fuegos. ¡°Por un lado, el crimen organizado, y por otro las posibles represalias del Ej¨¦rcito, de la Armada y de la Polic¨ªa Federal¡±.
Tamaulipas tampoco ha sentido el calor del fen¨®meno civil m¨¢s importante de los ¨²ltimos a?os en M¨¦xico, la aparici¨®n del Movimiento por la Paz, liderado por el poeta Javier Sicilia. Ninguna de las caravanas contra la violencia que ha hecho esta organizaci¨®n ha pasado por all¨ª. Uno de sus miembros, Daniel Gershenson, explica que no lo han hecho porque ellos apoyan sus viajes en la colaboraci¨®n de las asociaciones locales, y en este Estado no han encontrado ¡°la infraestructura ciudadana¡± que necesitan. De todos modos el Movimiento por la Paz tiene en mente ir a Tamaulipas. ¡°Es el epicentro del horror¡±, dice Sicilia, ¡°y sentimos que estamos en deuda con este lugar. Es casi un territorio tomado por el crimen y con muchas violaciones de derechos humanos que no se han podido visibilizar. Tamaulipas es territorio de nadie¡±.
Una de las amenazas de la zona son los halcones. As¨ª le llaman a los sujetos que sirven de vig¨ªas en las calles para los criminales, los ojos de las mafias, sus o¨ªdos. Ellos son una amenaza para los activistas civiles y para cualquier otro cuyo oficio, de una forma u otra, consista en preguntar. Por ejemplo, las empresas de sondeos. ¡°En Tamaulipas nos vigilan, hasta saben donde nos hospedamos¡±, dice Roy Campos, director de Consulta Mitofsky. Ellos no han renunciado a trabajar all¨ª, pero se preocupan de que sea evidente que son consultores y no cualquier otra cosa. En los hoteles se registran a nombre de la empresa, el alquiler de los coches lo hacen a nombre de la empresa, en la calle visten camisa y visera de la empresa. Para que los ojos de los halcones no se confundan. Otra empresa de sondeos, Parametr¨ªa, ha llegado a sufrir la ¡°retenci¨®n¡± de unos de sus consultores durante unas horas, aunque luego los soltaron y no les hicieron nada. Su director, Franciso Abundis, cuenta que siempre que hacen un sondeo prescinden de alg¨²n municipio porque antes les chivan que est¨¢ caliente. ?Qui¨¦n los avisa? ¡°A veces el Ej¨¦rcito, a veces los vecinos, a veces los propios criminales. Ellos en las carreteras tienen retenes de hombres armados y te dicen ¡®regr¨¦sate¡¯, o ¡®por aqu¨ª no pasas¡¯, y eso evita problemas¡±.
Otros profesionales de la pregunta que se han encontrado con el bozal de silencio de Tamaulipas son los periodistas. Los peri¨®dicos locales han renunciado a investigar al crimen organizado, e incluso a informar de los meros cr¨ªmenes diarios, y ni siquiera la ONG que m¨¢s vela por la seguridad de los reporteros mexicanos, Art¨ªculo 19, hace incursiones en el Estado. ¡°Es una zona demasiado monitoreada. Hay informantes en cada esquina. Trabajamos a distancia, tanto por nuestra seguridad como por la de los reporteros locales. All¨ª la situaci¨®n est¨¢ sostenida con alfileres¡±, dice Ricardo Gonz¨¢lez, miembro de est¨¢ organizaci¨®n.
51 minutos despu¨¦s del mensaje con el que empezaba esta cr¨®nica, aparec¨ªa otra anotaci¨®n en Valor por Tamaulipas. ¡°Reynosa. ?Alguien supo qu¨¦ pas¨® por el cuartel como a las 2:25? Indican que se escucharon algunas detonaciones¡±. La p¨¢gina de informaci¨®n de servicio segu¨ªa funcionando. Todav¨ªa.
¡°El riesgo ha sobrepasado a Valor por Tamaulipas¡±
El peligro le ha ganado a la libertad. La decisi¨®n del administrador de Valor por Tamaulipas de cerrar su p¨¢gina de Facebook y su cuenta en Twitter es definitiva y se debe a las amenazas. En declaraciones a EL PA?S por correo electr¨®nico, el internauta an¨®nimo ha confirmado que en los pr¨®ximos d¨ªas cerrar¨¢ su p¨¢gina.
¡°Cuando comenc¨¦ no tom¨¦ las precauciones necesarias. Hay varios factores que, si los junto con el temor que tengo a que se tomen acciones contra los usuarios que siguen a Valor por Tamaulipas, me hacen considerar que los riesgos empiezan a sobrepasar cualquier apoyo que genere el mantener la p¨¢gina¡±.
El gestor de las cuentas tambi¨¦n asegura que ¡°hay personas que no comprenden esta decisi¨®n, pero desde mi perspectiva, la consideraci¨®n de da?os a terceros pesa demasiado¡±. Hace unos dos meses, cuando aparecieron los folletos que ofrec¨ªan una recompensa de 600.000 pesos para saber algo de su paradero, el administrador reconoci¨® que su mujer y sus hijos hab¨ªan tenido que pasar a Estados Unidos y abandonar M¨¦xico por miedo a represalias.
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