Venezuela: casi el peor resultado
El votante ha dicho aparentemente ¡®s¨ª¡¯ al chavismo pos-chavista, pero con escasa convicci¨®n
Y no porque uno prefiera que gane este o aquel, sino casi el peor para la estabilidad del pa¨ªs y por extensi¨®n de la zona y del mundo bolivariano. El votante ha dicho aparentemente ¡®s¨ª¡¯ al chavismo pos-chavista, o sea despojado de su l¨ªder natural, pero lo ha hecho con escasa convicci¨®n. Las toldas oficialistas han recogido casi 700.000 sufragios menos que Ch¨¢vez en las presidenciales de octubre, que son pr¨¢cticamente los mismos que han engordado las cifras del candidato de la oposici¨®n. Y ello ha estrechado el margen de victoria de algo menos de 11 puntos, que obtuvo Ch¨¢vez, a algo m¨¢s de uno con que ha quedado Maduro. Y dado el grado de irregularidades que se registran en buen n¨²mero de elecciones, no solo venezolanas, sino en gran parte de la regi¨®n, una diferencia de 230.000 votos, sobre casi 15 millones de sufragios, permite todas las especulaciones y da aire a la pretensi¨®n de Henrique Capriles de pedir recuentos aqu¨ª, all¨¢ y acull¨¢.
La victoria del ¡®presidente encargado¡¯ deber¨ªa hacer, con todo, posible la gobernaci¨®n para enfrentar los pavorosos problemas que aquejan al pa¨ªs, despu¨¦s de m¨¢s de 13 a?os de chavismo: inflaci¨®n, desabastecimiento, inseguridad ciudadana; sobre todo porque lo exiguo de su margen deber¨ªa cerrar, al menos de momento, las fisuras que pudieran existir en el bloque oficialista. Solo habr¨ªa sido peor, repito que desde el punto de vista de la estabilidad, no de la moral o de la pol¨ªtica, que hubiera ganado por parecido margen el candidato de la Unidad Democr¨¢tica. Capriles se habr¨ªa visto entonces ante una situaci¨®n extraordinariamente dif¨ªcil porque el alto mando militar, las milicias bolivarianas, PDVSA como fuente de fondos para operar, y, en general, el ¡®Estado Profundo¡¯, amueblado por a?os de chavismo, habr¨ªan constituido un formidable obst¨¢culo para gobernar. Sin necesidad de recurrir a medidas mayores, caso de que esa fuera la tentaci¨®n, la Administraci¨®n in situ, que va desde el nivel comunal a las gobernaciones de provincia e instancias superiores de la econom¨ªa y del Ej¨¦rcito, habr¨ªan sido por el solo hecho de existir todo un Himalaya que escalar en tiempo necesariamente reducido. En cambio, con este resultado la oposici¨®n, si es capaz de mantenerse cohesionada a medio plazo, puede vivir para gozar de una nueva oportunidad.
El exsindicalista Maduro ha obtenido una victoria que puede ser p¨ªrrica. Con todos los medios del Estado a su favor, una legi¨®n de votos fervorosamente asegurados, cuando se habla de las organizaciones bolivarianas, o econ¨®micamente cautivos cuando se trata de votar parta conservar el empleo, se ha salvado solo por algo m¨¢s que los pelos. La opini¨®n externa a la m¨¢s intensa feligres¨ªa chavista tiene que haberse tomado a mal que pretendieran hacerle creer que Hugo Ch¨¢vez hubiera aprendido a volar.
En manos del chavismo estar¨¢ por alg¨²n tiempo decidir entre la victoria y la derrota de su proyecto. Si los ¨ªndices de asistencia a las urnas, pr¨®ximo al 80%, son exactos, los resultados apuntan a un primer descreimiento del voto adquirido del excoronel. Y, no tanto su refugio en la abstenci¨®n, como su traslado a las toldas oposicionistas, es lo que puede poner fin ¨Co un par¨¦ntesis- al experimento chavista. Para la oposici¨®n, el 14-A no ha sido malo y para Capriles, en particular, aun siendo su tercera derrota consecutiva ¨Cpresidenciales de octubre, regionales de diciembre, y presidenciales del domingo- puede que hasta una tabla de salvaci¨®n; para el oficialismo no pasa, en cambio, de regular, y para Maduro, en particular, muestra lo que va del producto genuino a una voluntariosa imitaci¨®n; pero quien sale menos beneficiado de todos es el proyecto bolivariano, tanto en casa como en el exterior, porque Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador saben que hoy est¨¢n mucho m¨¢s solos que ayer. Y puede que eso no les disguste en absoluto.
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