3. ?Militares de todos los pa¨ªses, un¨ªos!

?Militares de todos los pa¨ªses, un¨ªos! ?Es posible que el relanzamiento de la construcci¨®n europea tenga que pasar por un salto adelante de la participaci¨®n en pol¨ªtica exterior y, sobre todo, de defensa? ?Y si los europeos se organizaran para dejar de ser enanos pol¨ªticos en el mundo?

La opini¨®n p¨²blica se asombra a menudo de ver a los miembros de una misma Uni¨®n tan dispersos a la hora de actuar, sin que exista ning¨²n verdadero frente com¨²n. Pero Europa sigue siendo un actor importante en el mundo, que a veces interviene donde Estados Unidos y la OTAN no quieren o no pueden, como en el continente africano. La veintena de misiones dirigidas por la Uni¨®n Europea, aunque no siempre hayan sido eficaces ni visibles, constituyen experiencias muy valiosas, en general de vocaci¨®n m¨¢s bien civil que militar. La operaci¨®n Atalanta, primera operaci¨®n naval de la Uni¨®n Europea (UE), con la que los buques de guerra de varios pa¨ªses restablecieron la seguridad mar¨ªtima en las aguas del Cuerno de ?frica, es un triunfo que no se ha reconocido lo suficiente. Los europeos pueden participar en operaciones en Congo, en Kosovo, en funci¨®n de sus medios y sus intereses: incluso es posible pensar en que se re¨²nan para ayudar a uno de los miembros a actuar en nombre de todos ellos.

No se trata en absoluto, desde luego, de jugar a ser la hiperpotencia. "Una de las prioridades de los europeos debe ser la de jerarquizar... sus prioridades", advierte Arnaud Danjean, vicepresidente de la subcomisi¨®n de Defensa en el Parlamento Europeo. A largo plazo, lo importante ser¨ªa como m¨ªnimo --y como desea Estados Unidos-- actuar unidos en los pa¨ªses vecinos, la cuenca mediterr¨¢nea, el per¨ªmetro oriental de la UE, de Ucrania a Bielorrusia, pasando por Georgia. El hecho de cerrar filas frente a China, en vez de intentar salir adelante cada uno por su cuenta, permitir¨ªa que Europa tuviera m¨¢s peso en Pek¨ªn y en los pa¨ªses emergentes.

En teor¨ªa, por supuesto, hay una diplomacia europea. En Bruselas existe un embri¨®n de dilplomacia com¨²n que es el Servicio de Acci¨®n Exterior, dirigido por Catherine Ashton, alta representante para Asuntos Exteriores y Pol¨ªtica de Seguridad, a la sombra m¨¢s o menos ben¨¦vola de las diplomacias nacionales. Sobre el papel, sus posibilidades son enormes, pero su puesta en marcha ha sido muy complicada, sobre todo por las diferencias de intereses y cultura entre Brusales y las distintas capitales europeas. No cabe duda de que lady Ashton ha dejado su impronta, con gran dificultad, en dos asuntos fundamentales: las negociaciones con Ir¨¢n sobre el programa nuclear militar y los Balcanes, donde Europa est¨¢ haciendo de ¨¢rbitro entre Serbia y Kosovo.

Ahora bien, ?qu¨¦ es una diplomacia sin el correspondiente brazo armado? Como buena inglesa, Catherine Ashton ha hecho todo lo posible para cortar de ra¨ªz cualquier veleidad de defensa europea. La alta representante considera, seg¨²n el modelo de las autoridades brit¨¢nicas y alemanas, que la protecci¨®n del continente debe estar garantizada por la OTAN. Y que, por tanto, no es necesario hacer nada m¨¢s, aparte de los casos de cooperaci¨®n bilateral entre Francia y el Reino Unido; sobre todo cuando los Estados se resisten a compartir su soberan¨ªa en el ¨¢mbito que la simboliza. En Libia y Mal¨ª, la UE brill¨® por su ausencia como colectivo, mientras los brit¨¢nicos y los franceses, en el primer caso, y los franceses solos, en el segundo, asum¨ªan sus responsabilidades y decid¨ªan intervenir. Alemania, reacia, se neg¨® en redondo.

Sin embargo, tres a?os despu¨¦s de que comenzara la crisis de la deuda, podr¨ªa tener cierta l¨®gica una aproximaci¨®n de las fuerzas militares, aunque solo sea para evitar redundancias. En total, el gasto militar de los europeos es la mitad del de Estados Unidos. Vista su incapacidad de gastar m¨¢s en este periodo de austeridad, los 27 podr¨ªan, al menos, tratar de gastar mejor, poner en com¨²n sus esfuerzos y organizar su sector de la defensa en funci¨®n de las necesidades colectivas. Hasta ahora, los programas de construcci¨®n de aviones, helic¨®pteros de guerra y submarinos se desarrollan en una competencia feroz. El acercamiento de EADS y BAE (British Aerospace) con el fin de crear un gigante europeo de la aeron¨¢utica y la defensa tendr¨ªa sentido para los europeos. En 2012 no se logr¨®. La canciller Merkel impuso su veto.