La liberaci¨®n de la rector¨ªa de la UNAM deja un amargo sabor
En la ma?ana del mi¨¦rcoles el grupo de 15 encapuchados abandon¨® el edificio Jos¨¦ Narro pide que el di¨¢logo sea con personas identificadas
La salida en la ma?ana de este mi¨¦rcoles de los quince encapuchados que desde el 19 de abril hab¨ªan tomado la rector¨ªa de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico supone un respiro para la instituci¨®n y su m¨¢ximo responsable, Jos¨¦ Narro, pero no es en ning¨²n caso la soluci¨®n al conflicto. El allanamiento ha concluido con nula certeza de que actos violentos como este no volver¨¢n a pasar.
"Entiendo que tenemos que ver hacia adelante, que si lo que se ha pedido es di¨¢logo, di¨¢logo tiene que haber, pero un di¨¢logo de universitarios, di¨¢logo entre gente identificada, en donde prevalezca el argumento, la informaci¨®n y el m¨¢s amplio debate al respecto de los asuntos que preocupan", aseguraba el rector horas despu¨¦s de que los estudiantes abandonaran las instalaciones. En el ¨²ltimo documento entregado en la noche del martes a los encapuchados, el abogado de la ?Universidad ofrec¨ªa crear una mesa de di¨¢logo que inclu¨ªa a los manifestantes.
La noche del viernes 19 de abril un grupo de 15 j¨®venes con los rostros cubiertos, identificados como alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades de Naucalpan, un centro de bachillerato adscrito a la Universidad, irrumpi¨® en las instalaciones a golpe de machete y secuestr¨® el edificio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, consiguiendo paralizar la actividad administrativa de la instituci¨®n durante 13 d¨ªas. Ped¨ªan entonces la readmisi¨®n de cinco compa?eros que hab¨ªan sido expulsados en febrero tras agredir a varios trabajadores del centro de estudios despu¨¦s de que estos impidieran la entrada a un estudiante borracho. A esta reivindicaci¨®n primera se sumaba la revisi¨®n de la reforma educativa que afecta a los colegios.
Durante la madrugada de este mi¨¦rcoles varios estudiantes instalados en las inmediaciones de la rector¨ªa en apoyo a los encapuchados, decidieron levantar el campamento. As¨ª, a primera hora de la ma?ana los asaltantes abandonaban el edificio aceptando la propuesta de la UNAM, con quien se sentar¨¢n a hablar el pr¨®ximo 9 de mayo.
Desde que fue tomada la Universidad, el rector opt¨® por denunciar ante las autoridades federales la toma violenta del edificio y pedir el desalojo de los encapuchados ¡°sin ninguna condici¨®n previa¡±. Sin embargo, asegur¨® que agotar¨ªa todas las v¨ªas antes de permitir que la polic¨ªa federal entrase en el inmueble, una actuaci¨®n, que en ¨²ltima instancia, depend¨ªa de la Procuradur¨ªa (fiscal¨ªa) General de la Rep¨²blica. Seg¨²n el profesor Manuel Gil, del centro de estudios sociol¨®gicos del Colegio de M¨¦xico, se quer¨ªa evitar una toma violenta que mostrara al mundo la imagen de un Estado represivo y que sirviese para convertir a los encapuchados en m¨¢rtires, como sucedi¨® en el 68 con la brutal matanza de Tlatelolco. ¡°Los mexicanos ya no sabes distinguir entre una intervenci¨®n l¨®gica y un acto de autoritarismo desmedido¡±. En su opini¨®n, lo que era hasta el momento un movimiento minoritario y separado del estudiantil ¨Cel viernes pasado tan solo un centenar de personas participaron en la marcha por Ciudad Universitaria en apoyo de este grupo- podr¨ªa extenderse a todo el campus.
En paralelo al problema en la UNAM, durante las ¨²ltimas semanas se recrudec¨ªan las protestas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educaci¨®n de Guerrero, donde tras la aprobaci¨®n de la reforma educativa, grupos de encapuchados incendiaron las sedes de los partidos pol¨ªticos en Chilpancingo, la capital del Estado. D¨ªas antes, hab¨ªan tomado la Asamblea Legislativa y bloqueado carreteras. Pronto estudiantes de la UNAM afines a la protesta de la rector¨ªa anunciaron p¨²blicamente su apoyo a los maestros y declararon que se unir¨ªan a sus marchas el 1 de mayo.
No es esta la primera vez que la UNAM es secuestrada por los estudiantes. En el a?o 2000 y tras diez meses de huelga, la polic¨ªa se vio obligada a desalojar a 700 paristas que protestaban por la modificaci¨®n del Reglamento General de Pagos. A lo largo de 2013 la UNAM ha sido v¨ªctima de un total de seis ataques. Los atentados contra el personal y los edificios comenzaron el 1 de febrero. Ese d¨ªa siete trabajadores del CCH Naucalpan fueron agredidos cuando imped¨ªan la entrada al centro de un estudiante en estado de ebriedad. El d¨ªa 5 del mismo mes, un supuesto grupo de estudiantes lanzaba piedras, petardos y c¨®cteles molotov contra el edificio. Hubo diez detenidos. En la jornada del d¨ªa siguiente los activistas protagonizaron una marcha hacia la Direcci¨®n General del CCH en Ciudad Universitaria. Con el rostro cubierto y unidos en fila empujaron a los funcionarios y acad¨¦micos y rompieron los vidrios para tomar las instalaciones, exigiendo la readmisi¨®n de los expulsados. Tardaron casi tres d¨ªas en comenzar a negociar con el centro. Dos meses m¨¢s tarde, en la madrugada del 2 de abril, otro grupo de encapuchados tom¨® durante seis horas el edificio de Preparatoria 6 de la Universidad, colocando barricadas en los accesos principales para evitar la entrada del personal. En este caso exig¨ªan estacionamiento para bicicletas, servicio m¨¦dico, acceso libre a las canchas y la retirada de las c¨¢maras de vigilancia. Dos d¨ªas despu¨¦s 20 j¨®venes lanzaban piedras contra el plantel 5 de la escuela Jos¨¦ Vasconcelos.
Este martes la Universidad recordaba en el documento entregado al grupo de j¨®venes todav¨ªa en la torre de la rector¨ªa que las personas sancionadas por parte del Tribunal Universitario tendr¨ªan ¡°garantizados sus derechos para interponer los recursos que la Legislaci¨®n Universitaria prev¨¦, as¨ª como otros recursos legales ante los Tribunales del Poder Judicial de la Federaci¨®n". En nueve d¨ªas el rector se sentar¨¢ a hablar con personas que a¨²n no se han descubierto el rostro, aunque Narro exija verles las caras como condici¨®n para dialogar. La pregunta es qu¨¦ ley ha sido la que ha imperado hasta ahora en el intento de encarrilar un conflicto, uno m¨¢s de los que enfrenta el Gobierno de Pe?a Nieto al inicio de su mandato, y cu¨¢nto m¨¢s deber¨¢ ceder la autoridad para no hacer de la universidad las trincheras de ninguna guerra.
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